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Una madre denuncia "llorando de impotencia" las vueltas que ha dado con su bebé para que le atendiera un pediatra en la Seguridad Social

"Escribo esto llorando de impotencia porque estoy harta de lo que pasa con la Seguridad Social en esta isla. Resulta que este miércoles me llaman de la guardería donde llevo a mi hijo porque estaba con fiebre. Llevaba ...

20 de febrero de 2012 (19:30 CET)

"Escribo esto llorando de impotencia porque estoy harta de lo que pasa con la Seguridad Social en esta isla. Resulta que este miércoles me llaman de la guardería donde llevo a mi hijo porque estaba con fiebre. Llevaba así 3 días, además de dos meses con tos, mocos y legañas. Decido pasar de la Seguridad Social y llevarlo a un pediatra privado y ¡qué bien hice!

El pediatra, nada más ver cómo respiraba el pobre y la tos que tenía, me dijo: 'Este niño está muy enfermo, ¿no lo ha llevado usted al pediatra?' Lo llevé a principios de enero a mi centro de salud, el de Playa Blanca, y me dijeron que tenía un simple catarro, que no le diese importancia porque el niño al ir a la guardería iba a enfermarse mucho.

A mediados de enero lo llevé a su correspondiente revisión. El médico me dijo que como me dieron mal la cita no me atendía. A pesar de estar sin pacientes y no ser culpa mía, se negó a darme la cita. Fui al mostrador y me dieron hora para la semana siguiente.... en fin.

Esa misma noche el niño vomitó tres veces con los ataques de tos y tenía algo de dificultad respiratoria. No me lo pensé y a primera hora acudí al Hospital General. Supuse que allí lo vería un pediatra. Nada más lejos de la realidad. Me atendió el médico de Urgencias, un médico de medicina general que me trata como si fuese una delincuente por acudir al Hospital General, para algo que a su parecer no era una urgencia.

Paso por alto esta falta de respeto ante alguien que paga religiosamente sus impuestos, de los que por cierto, sale el sueldo de este médico, y le vuelvo a relatar los hechos. Me hizo repetirle 4 ó 5 veces lo que le pasaba al niño hasta que, como es de suponer, me cansé y le pregunté si me iba a seguir preguntando o iba a atender al niño. El educado médico me responde: El relato de los hechos ha de ser lo más fehaciente posible... ¿sabe usted el significado de la palabra fehaciente? Me indignó aún más, pero nuevamente pasé por alto la falta de respeto con tal de que atendiera al niño. Su diagnóstico: el niño tiene catarro, el vómito es normal, la falta de apetito es normal, dele un poco de Apiretal o Dalsy.

A la semana siguiente fui a la revisión con el médico del Centro de Salud de Playa Blanca y me dijo que estaba un poco acatarrado. Le comenté lo de los vómitos, que continuaban noche sí y noche no, y me dijo que es normal, que me quede tranquila.

Ese sábado acudí a Urgencias porque el niño tenía los ojos muy rojos y unas legañas que hacían que le doliera cuando los abre. Me dijeron que tenía una conjuntivitis catarral y me recetaron un colirio. Me dijeron que no me preocupara, que es normal.

Este lunes acudí nuevamente a mi centro de salud, porque el niño no había dormido por la noche debido a la tos y además se levantó con fiebre. Esta vez había una nueva pediatra a la que al comentarle que lleva el niño 2 meses con tos me sonrió y me dijo: "Esto no es una urgencia, te lo voy a mirar pero es mejor que lo vea su médico que ahora está por las tardes".

Le hizo un examen rutinario, oídos, garganta, pecho, y me dijo que lo que tenía el niño no llegaba ni a un catarro, que tenía los bronquios un poco congestionados pero nada para preocuparse. Me contó que al ir a la guardería sus bronquios están luchando continuamente contra los virus, que no es que el niño esté con el mismo catarro desde diciembre, sino que sus bronquios hasta el año, año y medio, no van a estar desarrollados.

El niño seguía con fiebre y esa tarde devolvió todo lo que había comido. Este miércoles lo llevé al pediatra, a uno de verdad y, enfadado conmigo me preguntó si no le había llevado al médico. Me río por no llorar.

Mi niño, bueno, mi bebé de 10 meses presenta conjuntivitis, otitis en los dos oídos, amigdalitis y principio de neumonía. Me mandó un tratamiento y en función de cómo evolucionaba, decidiría si ingresarlo en el hospital. Pero no me preocupo, porque es normal, es sólo un catarro porque el niño va a la guardería".

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