Premio social versus indignidad

28 de abril de 2023 (13:01 CET)
Actualizado el 29 de abril de 2023 (09:51 CET)

Radio Lanzarote se ha visto envuelta en las últimas semanas en una absurda polémica, por un premio a su trayectoria social que el Cabildo de Lanzarote había aprobado concederle. 

Ello ha provocado la ira de un personaje indigno y disoluto, al que no le vale con perseguir y difamar a sus adversarios sino, como bien definiría Arturo Pérez Reverte, querría ver a su familia rapada. 

Un personaje cuya indignidad tan solo lega el hecho de haber forrado a sus amigos (“Te hacen falta tres vidas para agradecer lo que has ganado conmigo”), a su novia (casa de la calle Fajardo) y a sí mismo, habiendo sido capaz de acumular 100.000 euros en efectivo viviendo de un sueldo público. 

Volviendo al Jameo Social, se trata de un premio que Radio Lanzarote ni buscaba ni esperaba, y que reconoce una trayectoria de cinco décadas compuesta por innumerables protagonistas.  Además, las empresas del grupo han logrado importantes reconocimientos el año pasado, como la Medalla de Oro de Canarias o el premio Clabe al Mejor Medio Local, por lo que cualquier anhelo de reconocimiento estaba más que colmado. Suponemos que al Cabildo le habrá movido el hecho de que si la Comunidad Autónoma reconoce la trayectoria de 50 años de Radio Lanzarote, no parece descabellado que la institución de su ubicación propia también lo haga. 

La polémica nace ya desde una disyuntiva falsa, creada por el infausto personaje, de que la concesión del premio a Radio Lanzarote evitaba que se le otorgara a Sor Ana. En nuestra modesta opinión, Sor Ana es digna de mucho más que el Jameo Social, siendo sus acciones merecedoras del reconocimiento de Hija Adoptiva. Pero se da la circunstancia de que el personaje, durante sus 10 años de presidencia, no fue capaz de otorgarle ni uno ni otro honor. 

Los méritos de Radio Lanzarote como altavoz social durante 50 años parecen poco discutibles. Por citar solo algunos hitos, por sus micrófonos pasaron personalidades locales tan importantes como Guillermo Topham, Rafael Ángel Domínguez, Leopoldo Cabrera, Agustín de la Hoz y Agustín Acosta. Allí irrumpía César Manrique para lanzar sus mensajes contra las atrocidades urbanísticas. Las ambulancias de Cruz Roja tenían un pequeño transistor en el coche, y a través de la radio se les avisaba de dónde había habido un suceso o un accidente que pudiera requerir su presencia. Cuando alguien perdía un objeto, acudía a buscarlo a la emisora. Los micrófonos siempre estuvieron abiertos a las necesidades de vecinos, asociaciones y agrupaciones culturales, teniendo un papel esencial en la consolidación del carnaval y las fiestas de los Dolores. Programas de Alcohólicos Anónimos o La Ovejita Negra de la asociación de salud mental El Cribo son solo algunos ejemplos de iniciativas de alto componente social. Hasta fue el canal oficial de los enamorados para cortejar a sus pretendidos. 

Pese a ello, un resquicio reglamentario ha servido al personaje para perseguir una vez más a los que no le rinden pleitesía. Incluso en este ámbito, cabría recordarle que hasta la transformación en 2011 de las licencias de radiodifusión sonora a licencias de comunicación audiovisual, las emisoras gozaban del carácter de servicio público. Con dicha transformación, las adjudicatarias pasan a considerarse entidades de interés general. 

Pero a él todo eso le importa bien poco. Seguirá atacando a todo aquel que no le rinda reverencia, incluyendo a los intimidados miembros de su partido, y favoreciendo solo a los más sumisos, a los que acepten degradarse hasta su máxima expresión. 

 

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