No se puede negar que de esta crisis podemos aprender algo muy importante, y es que una sociedad acostumbrada a convivir con problemas inventados pierde progresivamente la capacidad para identificar a tiempo los problemas reales. Y claro, cuando eliges a políticos que venden gestos y soluciones para problemas imaginarios, lo que obtienes como respuesta cuando llegan los verdaderos problemas es silencio y falta de liderazgo. Porque el mayor problema de esta crisis no es la crisis en sí, sino la falta de capacidad de decisión para aplicar las medidas necesarias e impopulares contra la crisis a pesar del coste político.
En nada más que seis días, nuestro país ha pasado de leer en todas las portadas mensajes alentando a la gente a asistir a las manifestaciones del 8M a pedir que se queden en casa y mantengan la calma. Nada más que seis días. Cualquiera diría que el séptimo se hará la luz, pero eso no sucederá. La realidad es que el Gobierno de Pedro Sánchez está demostrando que no está a la altura para gestionar la peor crisis de nuestra democracia.
Así, el día 8 de marzo había en España 516 casos. Hoy, 14 de marzo, tenemos más de 5.700 casos y más de 130 muertos. Se espera la declaración del Estado de Alarma (segunda vez que se declara en España en la democracia) y hemos pasado a superar la tasa de contagios de Italia y convertirnos en el foco de riesgo mundial según datos de la OMS. Y, a pesar de esta situación, el Presidente ha tenido que sufrir presiones desde diferentes ámbitos nacionales e internacionales para verse forzado a aplicar esta medida recogida en la Constitución. Es decir, si fuera por él seguiríamos como si nada. Esto se llama insensatez.
Aún recuerdo la crisis del ébola y como los ciudadanos, votantes de izquierda principalmente, salieron a la calle reclamando la dimisión de Rajoy por un misionero muerto que llegó contagiado y un perro. Hoy, como es normal, callan y defienden a toda costa a sus elegidos. Sí, sus elegidos, porque esto no es solo cosa de Pedro Sánchez. La responsabilidad de esta crisis recae en la coalición donde Pablo Iglesias también es responsable. Pero como buen estratega político, ha decidido pasar a un perfil bajo mientras dure la crisis y que su socio tenga que asumir la obligación de ser la cara que salga a informar a los ciudadanos de las (no)decisiones del ejecutivo.
No olvidemos que el 8M Irene Montero estuvo en una manifestación y que, según los especialistas, dado el tiempo de incubación probablemente estuviera ya infectada. Bien por ella y por la masa sectaria que sigue defendiéndola con los dientes a pesar de haber criticado con todas sus fuerzas el mismo error cometido por Ortega Smith en Vistalegre. Porque sí, aquí podemos ver que para la izquierda el mal siempre será responsabilidad de la derecha. Porque da igual que TVE diera pie a que un sanitario del Hospital La Paz en Madrid, miembro de Podemos y que ya se había presentado a las listas para la Asamblea de Madrid, diera datos falsos sobre el número de médicos o camas con afán de aprovechar la situación para sacar tajada política. Datos que tuvo que rectificar la propia directora de TVE más tarde en Twitter bajo amenaza de querella desde la Comunidad de Madrid. Que más da. Tampoco importa mucho que la Agencia Europea de Salud Pública advirtiera al Gobierno de Pedro Sánchez de que debía posponer las manifestaciones desde el día 5 de marzo dado el aumento exponencial de casos. Eso tampoco importa. Como tampoco es relevante que el Gobierno estuviera presionando a Diaz Ayuso para que no aplicase medidas contundentes para contener la explosión del virus en Madrid. Gestión que, por cierto, está dejando en evidencia al mismo ejecutivo nacional. Hay una clara diferencia entre cómo gestiona uno y otros. Nada de esto importa porque la izquierda está totalmente ideologizada y dominada por su sectarismo irracional.
Para esta izquierda es más importante defender a toda costa a sus líderes políticos antes que a simples principios racionales y morales. Porque hay que decirlo claro, la gestión de esta crisis por parte del Presidente y de sus socios ha sido nefasta y negligente, carente de toda pizca de liderazgo y de capacidad para tomar decisiones y aplicar medidas contundentes para evitar la situación en la que nos encontramos. Recordemos: más de 130 muertos. Pero esto no es el único fiasco de su gestión.
Si nos atenemos a que las medidas obligan a condicionar el desplazamiento de las personas porque son los vectores de contagio, debemos aceptar que el motor económico del país va a sufrir, y mucho. España depende del turismo y su sector servicios de este. Ahora tenemos que frenar todo movimiento de personas para evitar el contagio masivo y eso supone crisis económica en el horizonte. Recordemos que casi 60 países han vetado el acceso a los españoles y que las cancelaciones en las zonas turísticas han sido masivas. Hoy no lo notamos, pero dentro de una semana cuando los hoteles estén casi vacíos veremos lo duro de la situación. Ciertos medios de análisis económico ya han dibujado una pequeña recesión en nuestra economía debido a dos factores principales: la relevancia de nuestro sector servicios que depende del turismo y la falta de medidas que permitan suavizar el impacto económico de esta situación sobre las pymes, los verdaderos afectados. Otro tanto para Pedro Sánchez y su falta de valor a la hora de tomar decisiones.
Por todo esto me dirijo a ti, votante. Seas de izquierda o de derechas, seas afín al PSOE, Podemos, PP, C`s o cualquier otro partido político, lo que no puedes permitir es que tras la crisis dejes que las personas responsables, las que tienen el poder para tomar decisiones trascendentales, pasen sin ningún rasguño. Sin que nadie les pase la factura de sus errores. Porque en esta ocasión quizá no hayan sido tus padres mayores los que hayan fallecido, sino otros, pero algún día te gustaría que alguien se hiciera responsable de semejante falta de coherencia moral y política a la hora de decidir contundentemente que hace una semana se debía haber aplicado el Estado de Alarma, tal y como han hecho los países de nuestro entorno con menos de 100 casos. Se responsable y responsabiliza a los que eliges, no hay mejor democracia que eso.
Recuerda, pásale la factura a tu Presidente, o el próximo puede que seas tú o tus familiares.