Una interpretación deforme, sin duda, de los argumentarios azules que cada día FAES fabrica para la dirigencia del PP, allá donde se encuentren, prietas las filas, sus milicianos, ha provocado la reacción absurda de la presidenta insular de los conservadores conejeros, culpándome directamente de las presuntas carencias de distinta índole que aquejan al desdichado aeropuerto de Lanzarote. A mi humilde persona, nada menos, convertida desde finales de 2011 en mero afiliado de base de la modesta agrupación socialista de Teguise y sin actividad política conocida tras la debacle de mi partido en las últimas elecciones generales.
¿Podría achacarse el dislate de Astrid Pérez a la esquizofrenia diaria en la cual se debate su partido, entre la defensa a ultranza de las barbaridades medioambientales que en la actualidad acomete la multinacional petrolera Repsol en aguas cercanas a Canarias y la búsqueda de argumentos que contrarresten la voracidad caníbal de su gobierno de derechas a la hora de devorar el estado del bienestar? Tal vez, porque aunque FAES (algo así como una suerte de catecismo talibán ultraconservador, de obligado cumplimiento para el perfecto dirigente del PP) adoctrine haciendo uso de su dogma fundamental, esto es, "toda la culpa es del PSOE, los únicos culpables son los del PSOE, pase lo que pase, la culpa siempre será del PSOE, cuando no sepas que decir, échale el muerto al PSOE", me temo que Astrid Pérez se ha pasado cuatro pistas de aeropuerto culpándome en exclusiva de las deficiencias de Guacimeta.
Si no me equivoco, la secuencia de los hechos es como sigue: a) el presidente del Cabildo, de CC, solicita al PP que reivindique ante su gobierno las mejoras exigidas en campaña electoral por su diputado y su senador para el aeropuerto conejero; b) responde Astrid Pérez, recordando que durante la etapa de Miguel González en el Congreso de los Diputados, "se llegó a pedir que no se hablara del aeropuerto"; c) los hermanos Coll editorializan en su digital recordando que durante la estancia de González en el Congreso de los Diputados, "no se avanzó", al tiempo que continúan componiendo loas imperiales a los hoteles ilegales de Playa Blanca y a la bodega precintada de La Geria; y d) yo, perplejo.
Hago memoria. Una fría mañana de marzo, sede central de AENA, calle Arturo Soria, Madrid. Lo más granado de la sociedad lanzaroteña (Asolan, Aetur, Constructores, Cámara de Comercio, partidos políticos, etc), citado con el presidente de Aeropuertos Nacionales, al objeto de arrancarle compromisos tangibles para mejorar la infraestructura aeroportuaria. Toma la palabra un líder empresarial, un prohombre de la comunidad insular: "el aeropuerto no sirve, está obsoleto, es peligroso…" Interrumpe el presidente de AENA: "eso es falso. Es el octavo aeropuerto del país en tráfico de pasajeros. Está conectado diariamente con toda Canarias, con Madrid y Barcelona y con varias capitales europeas. Las compañías aéreas que operan en Lanzarote muestran su satisfacción al tratarse de un aeropuerto muy operativo. Es muy seguro, nunca ha sufrido un accidente, los días que permanece cerrado anualmente son insignificantes, la inversión ha decaído frente a La Palma y Fuerteventura porque Lanzarote fue prioritario y objeto de mejoras varios años antes que las otras islas citadas. Es uno de los "aeropuertos verdes" de AENA porque cumple diferentes exigencias medioambientales. Es un buen aeropuerto". Interviene la representante de una asociación empresarial alojativa con varios de sus dirigentes imputados en diversos casos de corrupción: "necesitamos una pista con el doble de longitud para traer turistas de Moscú, Varsovia o Budapest". Responde el alto cargo del Ministerio de Fomento: "La Palma y Fuerteventura disponen de pistas más largas que Lanzarote. ¿Maneja usted datos sobre los miles de rusos, polacos o húngaros que pululan por las zonas turísticas de esas islas?". Demoledor. Pienso en una familia de Nizhny-Novgorod paseando por Tiscamanita. Reprimo una risa floja y fin de la reunión.
Despedida cordialmente la pintoresca embajada político-empresarial conejera, sin opción a presentar un DVD interactivo muy currado elaborado para la Cámara de Comercio por alguien, a modo de glosa sobre las bondades del aeropuerto futuro, me persono en las oficinas operativas del ente en Avenida de América, s/n. Un importante directivo de la división medioambiental de AENA confirma mis temores: la pretensión de construir un dique de casi un kilómetro de longitud que parta de la playa de Guacimeta y penetre en el mar como continuación de la actual pista del aeropuerto, y colocar sobre este muro de la vergüenza la plataforma de despegue y aterrizaje de aeronaves, es una de las barbaridades ecológicas más brutales que jamás ha escuchado. Me habla del peligro de romper el equilibrio de las mareas, de impedir el aporte de arena a las playas de Puerto del Carmen, de perjudicar el Lugar de Interés Común (LIC) de la zona, del rigor europeo a la hora de redactar los estudios de impacto medioambiental. Me pregunta, en confianza, a que iluminados se les ha ocurrido semejante aberración. Le respondo, cariacontecido, que a unas cuantas instituciones públicas, a varias asociaciones de empresarios y a algún político del PP. Me mira estupefacto. "Será el siroco", le cuento, para relajar la tensión, y le explico, risueño, que según la leyenda, el viento africano provoca trastornos psíquicos a algunos canarios. "A estos, seguro", sentencia.
Y eso es lo que, estimo, le ha dado a Astrid Pérez. Un siroco. El jodido siroco, que nos trae la calima y nos invade el cerebro con polvo en suspensión procedente del Sahara y nos hace declarar públicamente que un tipo, del PSOE, cuando fue diputado, se dedicaba poco menos que a rular por ministerios y entes nacionales aeroportuarios para que, deduce la presidenta del PP, el gobierno de ZP castigara a Lanzarote con saña y mandoble. Será el mismo siroco que envuelve a los dirigentes empresariales de esta isla y les impide ver más allá de sus narices y entender que el territorio insular no se vende, que de horrendas e ilegales intervenciones urbanísticas está Lanzarote ahíta y que los ciudadanos necesitamos representantes públicos cualificados y decentes, capaces de ver el horizonte con nitidez por muy densa y espesa que venga la calima.
P.D. Es posible que a continuación se relacione un listado de insultos, calumnias y otros comentarios anónimos injuriosos. Permítame, lector, recomendarle que los deseche. Quien se escuda en el anonimato e insulta no sabe debatir ni admite el disenso. Salvando las distancias, algo así como los fanáticos que masacraron "Charlie Hebdo".