"Mientras el sector turístico está cerrado, las arcas públicas dejan de percibir casi 7 millones de euros al día, una situación que a medida que se prolongue conduce al Archipiélago a la bancarrota regional". Ésa es la estimación que ha hecho el Gobierno canario, que este miércoles ha insistido en la necesidad de "adelantar" lo más posible la reapertura turística de las islas, donde el sector representa el 35% del PIB y el 40% del empleo.
"No existe otra fuente productiva semejante que asegure el sostenimiento de nuestras condiciones actuales de vida a corto y medio plazo, por lo que es vital para las Islas la recuperación urgente del sector turístico", ha señalado la consejera de Turismo, Yaiza Castilla. Por eso, ha insistido en defender el plan en el que siguen trabajando para convertir a Canarias "en un laboratorio de rediseño de procesos de toda la cadena de valor de la actividad turística, creando y verificando protocolos para cada servicio y minimizando cualquier riesgo con el fin de transmitir seguridad sanitaria".
En cualquier caso, tras el plan de desescalada anunciado por el Gobierno de España, ha quedado descartada cualquier posibilidad de iniciar a corto plazo un turismo entre islas, ya que ninguna de las fases de ese plan (que llegarán como mínimo hasta finales de junio) permite desplazamientos fuera de la provincia o isla de residencia.
Primera etapa con turismo interinsular que no permitirá reabrir todos los hoteles
Respecto al calendario que maneja para el sector, la Consejería de Turismo de Canarias ha señalado que para junio contempla "retomar parte de su actividad en cada ámbito insular aisladamente e iniciar el movimiento interregional gradualmente". Para ello, demanda que "la vigilancia sobre las fronteras debe ser estricta y rigurosa, ya que no podemos arriesgarnos a otro rebrote y empezar de cero una nueva cuarentena que nos terminaría de hundir económicamente y a largo plazo".
Para los siguientes meses de julio, agosto y septiembre, el Gobierno canario estima que "sería posible el desarrollo de una actividad turística interinsular, y, en el mejor escenario, la posible llegada de turismo exterior (nacional y extranjero) bajo el supuesto de control de la epidemia en origen o contando con medios para el testeo y trazabilidad de los viajeros". No obstante, sobre este punto aún aún máxima incertidumbre, dado que todavía no se ha dado ningún plazo estimado para reabrir el tráfico aéreo, lo que deberá hacerse además de acuerdo con otros países.
Así, en un escenario en el que podría haber solo turismo interior durante el verano, desde el Ejecutivo ya adelantan que "ese volumen "no permitiría una apertura del total de establecimientos, sino solo de parte de ellos". Y los que lo hagan, "deberán estar preparados para ofertar garantías sanitarias", advierten desde la Consejería.
Asimismo, asegura que "las previsiones con las que se trabaja apuntan que en octubre habrá ya un control europeo de la epidemia y una mejora importante en la accesibilidad a test de verificación de contagio y/o anticuerpos, por lo que, a partir de esa fecha, sería posible entrar en una etapa de cierta 'normalidad' para el arranque de la temporada de invierno de forma gradual".