Todos contamos con un diagnóstico más o menos aproximado sobre los avances que hemos experimentado desde que formamos parte de la Unión Europea y las nefastas consecuencias sobre nuestra economía y servicios públicos por los ajustes presupuestarios impuestos para corregir el déficit y el rescate del sector bancario. Con este escenario, marcado por la creciente desafección de los ciudadanos hacia sus representantes y el descrédito de todas las instituciones, nos adentramos en una de las citas electorales más difíciles e inciertas pero, a su vez, más importantes de nuestra democracia.
Los ciudadanos se sienten desprotegidos, doblemente castigados por la crisis y por los sacrificios decretados por todos los países a instancias de la troika europea. La indignación crece en las calles por la aplicación de una política injusta que salva a los bancos con sumas de dinero millonarias y que roba el presente de toda una generación de jóvenes cuya desesperanza es cada vez mayor. Y la percepción que existe es que los sacrificios, más allá de salvar de la quiebra a muchas entidades bancarias, sólo han servido para desmantelar los programa sociales y resquebrajar el estado de bienestar social.
Sin embargo, antes de que la crisis se colase en nuestras vidas, fuimos testigos de las buenas prácticas que permitieron la construcción de una Europa más cohesionada, con niveles crecientes de bienestar, con un modelo social forjado gracias al avance en materia de derechos fundamentales, además de las libertades individuales. Y ese es el reto que asumimos en este proceso electoral todos aquellos que creemos que nuestro futuro pasa por Europa: recobrar la confianza perdida y restablecer la hoja de ruta aniquilada en nombre de la crisis.
Existe una Europa posible, pero para ello es necesario forzar el cambio hacia los orígenes de una Unión que se fue cimentando progresivamente gracias a la suma del esfuerzo de todos. Esa es la salida que debemos encontrar entre todas las fuerzas políticas, entre todos los Gobiernos, para superar una pesadilla que dura muchos años y que se ha ido acentuando por los errores cometidos en el diagnóstico de la crisis y las políticas trazadas para superar la misma.
Pese a que el descrédito y la desconfianza son dos elementos comunes que se afianzan en todos los países, existen escenarios muy diferentes. Y más allá de la creciente frontera que existe entre el Norte y el Sur, hay realidades, como la que representa Canarias, que requieren, hoy más que nunca, un tratamiento más específico y solidario por parte del resto de nuestros socios comunitarios en beneficio de todas las partes. Un trato que nos permita, además, convertirnos en una fortaleza para el resto de la UE gracias a nuestra posición geográfica
De ahí la necesidad de que exista una fuerza política como Coalición Canaria en un proceso electoral en el, a diferencia del resto de partidos, concurriremos con un programa específico para las Islas. Un programa que ya estamos redactando, en colaboración directa con los la ciudadanía para definir los retos y las demandas que se tendrán que incluir en la agenda comunitaria.
Coalición Canaria es el único partido que garantiza la presencia de una voz propia que defienda en el Parlamento europeo los derechos legítimos de las Islas frente a las multinacionales del PP y el Partido Socialista Europeo, cuyas decisiones estarán condicionadas –como siempre lo han estado- por las directrices y los intereses que marcarán sus dirigentes nacionales y europeos.
Estas elecciones representan una oportunidad única para impulsar, a través de una representación propia, una agenda de trabajo en el seno del Parlamento europeo para que la UE desarrolle las fortalezas de Canarias a través de la mejora de las líneas aéreas y marítimas que nos conectan con Europa, los países africanos y con América, el impulso al intercambio económico con los países de nuestro entorno (especialmente al África Occidental), el aprovechamiento de la rica biodiversidad del Archipiélago para la creación de industrias de base tecnológica, el desarrollo del acceso a banda ancha en todo el territorio de Canarias, el cambio del modelo energético-económico que permita crear empleo en nuestras islas, el desarrollo de intercambios formativos en toda la UE, el relanzamiento de las políticas de igualdad de oportunidades y cohesión social, el fortalecimiento de la investigación en áreas como la astrofísica o la investigación de todas las oportunidades que se derivan de la correcta gestión de nuestro océano.
Las elecciones del próximo día 25 de mayo son las más importantes a las que se ha enfrentado nunca la Unión Europea por el incierto futuro al que nos enfrentamos y por el avance de los movimientos populistas y xenófobos. Vamos a votar por primera vez para la elección de un Parlamento que, posteriormente, designará al presidente de la Comisión Europea. Y queremos estar presentes en una nueva etapa en la que se decidirán los desafíos políticos y económicos para reconstruir la UE. Por ello, es fundamental que Canarias recupere su voz en el corazón de Europa para poder influir sin escalas ni intermediarios en las resoluciones del Parlamento Europeo.
Javier Morales, candidato de Coalición Canaria a las elecciones europeas