Desmontando  mitos electorales

Migdalia Machín
28 de mayo de 2018 (17:26 CET)

La semana pasada votamos en el Parlamento el dictamen de la Comisión de Estudio de la Reforma Electoral; uno de los temas claves de esta legislatura.

En 1982, los estatuyentes se enfrentaron a un Archipiélago en el que el peso político, económico y social lo tenían las islas capitalinas. En su afán por construir una tierra con desarrollo en todas las islas, fueron capaces de ver a Canarias más allá del momento político que estaban viviendo.

Fueron capaces de debatir y reflexionar sobre el posible  desarrollo del Archipiélago, llegando a la conclusión de que el sistema tenía que representar  las distintas realidades geográficas de las islas y para ello se utilizó la fórmula de la triple paridad.

En 1993 nace Coalición Canaria y se enfrenta a ese sistema electoral establecido con anterioridad a su nacimiento y en el cual ya habían participado distintos partidos como el PSOE o Alianza Popular.

Coalición Canaria fue el partido más votado en las elecciones de 1995, al igual que lo fue en 1999 y en 2003. En el periodo electoral de 2007 hay un punto de inflexión; el PSOE es el partido que consigue mayor número de votos después de la tendencia nacionalista.

¿Qué quiero demostrar con estos datos?, ni más ni menos que con este mismo sistema electoral el PSOE también ha conseguido ser el partido más votado.

Hasta el momento, he hablado sólo de elecciones pero no de los distintos gobiernos que han gobernado en Canarias; y es que Coalición Canaria lo ha hecho con PSOE y PP en los diferentes mandatos.

Me paro en esta cuestión porque jamás hemos tenido en Canarias mayorías absolutas y eso  ha hecho  que tengamos que hacer pactos. Nos acusan constantemente de que, a pesar de que en algunas elecciones no hemos sido la fuerza más votada, sí hemos gobernado. Esto es posible por el sistema proporcional tiende a generar sistemas multipartidistas y permite que cualquier partido político que se presente a las elecciones y consiga representación pueda gobernar, tanto si es el partido que ha conseguido mayor número de votos como el que menos votos ha logrado. Y son estos votos los que se transforman en representantes políticos.

Por ejemplo, un partido consigue 10 representantes políticos y otro consigue 2. Ambos están legitimados para formar gobierno e incluso el que tiene menos representantes puede liderar.

Otra cuestión  diferente es que estuviéramos en un sistema mayoritario, con tendencia a propiciar el bipartidismo. Entonces sí tendría que liderar el que consigue mayoría de votos.

Hay que recordar que España tiene un sistema proporcional y en el que se aplica la fórmula de Ley D'Hont.

Durante la Comisión de estudio de la Reforma Electoral, cada grupo parlamentario proponía ponentes. Cada uno exponía y defendía lo que creía que era el mejor sistema para Canarias. Hubo muy pocas coincidencias entre los ponentes, incluso ponentes del mismo grupo nos ofrecían posibilidades diferentes.

Esto nos puedo dar una idea de lo complicado de la situación y de la heterogeneidad de modelos para nuestro sistema electoral que tiene que representar las distintas realidades poblacionales.

Sin embargo, dos cosas sí han quedado claras en la Comisión: En primer lugar, el sistema actual no es antidemocrático, como algunas fuerzas políticas han criticado, atacándonos sin razón, ya que ningún experto ha dicho lo contrario y eso también lo avala la sentencia del Tribunal Constitucional. En segundo lugar, todos coincidíamos en la conveniencia de bajar los topes o barreras electorales.

Lamentablemente el resto de grupos parlamentarios, excepto la Agrupación Socialista Gomera (ASG), nos ha tachado de inmovilistas; que, según la RAE, es la tendencia a mantener sin cambios una situación política, social, económica o ideológica. No es cierto. Coalición Canaria puso sobre la mesa una opción que era pasar de 60 a 63 parlamentarios (subiendo uno a Fuerteventura, Gran Canaria y Tenerife), con el aumento de un diputado para Fuerteventura (de 7 a 8) por su fuerte crecimiento demográfico, y subir también el número de parlamentarios de Gran Canaria y Tenerife para mejorar la proporcionalidad.

Hemos dado pasos para el consenso. Y eso que CC nunca tuvo entre sus líneas políticas cambiar el sistema electoral, pero ante la situación de la oposición, decidimos actuar.  Rompimos la triple paridad pero no traicionamos los principios de equilibrio y solidaridad, tras un debate profundo en nuestra organización y en el máximo órgano decisorio, el Consejo Político Nacional.

Son muchas las personas que me han dicho, ¿por qué no subir otro diputado a Lanzarote que ha tenido una evolución en positivo de la población? Mi reflexión siempre ha sido que este Archipiélago está basado en el equilibrio y solidaridad o por lo menos lo creo así.

Si aplicáramos este criterio poblacional de forma ortodoxa, las islas más pobladas (Tenerife y Gran Canaria) tendrían unos cuantos diputad@s, en detrimento de las islas con menos población (Lanzarote, Fuerteventura, La Palma, El Hierro, La Gomera). Tendríamos por lo tanto un Archipiélago con un gran desequilibrio.

En cualquier caso, lo que estamos decidiendo con un cambio del sistema electoral es cómo entendemos Canarias, desde un enfoque teórico. Entiendo nuestra Tierra desde nuestro hecho insular, desde la isla hacia el Archipiélago, es decir, construir Canarias de abajo para arriba. Otras fuerzas políticas observan Canarias desde la supremacía política de una superestructura que se construye de arriba hacia abajo. Apuesto por una Canarias en conjunto donde las aspiraciones de cada isla no supongan un freno  para el desarrollo en conjunto.

Otro de los aspectos que más rechazamos de la propuesta del dictamen, es la subida, en "una sola tacada" de diez diputados, algo inadmisible en los tiempos políticos y sociales en que vivimos, donde se cuestiona mucho la figura, no sólo de los políticos, sino de nuestra sobredimensionada Administración Púbica en cuanto a estructura. Por lo pronto, tendrán que explicar a la población el aumento de esos diez diputados, aclarar cómo van a lograr que no suba el presupuesto del Parlamento, y cumplir con todos los procedimientos jurídicos en tiempo para que se pueda aplicar el nuevo sistema electoral. Bueno, ahora se une la inestabilidad estatal de una moción de censura, en unos días sabremos si prosperará y, si es así, como afectará a la reforma.

Me quedo con la sensación agridulce de que realmente no buscaban el mejor sistema electoral que merece la población canaria, buscaban cómo derrotar a Coalición Canaria. Además, con la propuesta de reforma  parece que se ha  descubierto la panacea de solucionar todos los problemas de esta Tierra, como si todos los males partieran de nuestro sistema electoral canario.

 

Por Migdalia Machín Tavío, Secretaria general de Coalición Canaria en Lanzarote

 

 

 

 

 

 

 

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