No se podrá construir una playa artificial en Costa Teguise. La Audiencia Nacional se suma a la Dirección General de Costas y rechaza la creación de este proyecto en un espacio protegido de Lanzarote. La afección medioambiental, la falta de interés público y el amplio rechazo social fueron los condicionantes para dar portazo a la iniciativa promovida por Tourin Europeo SA. La resolución no es firme y es susceptible de recurso en un plazo de 30 días a contar desde el 27 de enero.
La entidad Tourin Europeo SA solicitó en 2017 la concesión para explotar 2.615 metros cuadrados de dominio público marítimo terrestre en la localidad costera de Costa Teguise. Primero fue la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y el Mar quien dio carpetazo al proyecto. Entre otros motivos, la iniciativa se planteaba en un espacio protegido, bajo la etiqueta de Lugar de Interés Comunitario (LIC) y recogido dentro de las zonas de Protección de la Red Natura 2000.
Sin embargo, la promotora decidió recurrir ante la Audiencia Nacional. Tourin Europeo SA presentó un contencioso administrativo contra la resolución, sin obtener un mejor resultado. Entre las peticiones de la compañía turística estaban: traer arena de un yacimiento en el Sáhara, construir dos espigones para estabilizar el vertido de áridos o crear una pasarela flotante para “el uso lúdico de los bañistas”.
La Demarcación de Costas de Canarias enumeró los motivos por los que no era viable la creación de una playa artificial en la zona. Entre ellos, se encontraba la necesidad de presentar evaluación de impacto ambiental ordinaria, exigida por la ley y determinante en proyectos expuestos sobre espacios protegidos. Al mismo tiempo, la Demarcación canaria insistió en que la promotora tampoco había estudiado una alternativa cero, es decir, la opción de no realizar el proyecto.
El amplio rechazo en la población lanzaroteña para crear “nuevas playas en Teguise”, sumada a las “ofertas de playa suficiente” y la “imposibilidad” legal para extraer arena del Sáhara Occidental, fueron motivos presentados por el organismo de protección de la costa en el Archipiélago.
Afecciones medioambientales
Los vertidos de áridos en la costa tienen afecciones a los espacios intermareales, los espacios donde se crean los charcos canarios y conviven diferentes especies.
La creación de la playa artificial promovida en Costa Teguise afecta a la Red Natura 2000, en particular al espacio marino del oriente y sur de Lanzarote-Fuerteventura. Entre las especies más perjudicadas está la tortuga boba (caretta caretta), que está en peligro de extinción y es de interés especial para la preservación de los ecosistemas canarios. Al albergar especies como la tortuga boba, recogidas como prioritarias, los proyectos deben estar relacionados con la salud pública, tener fines medioambientales positivos o ser de interés público. Costas estimó entonces que ninguno de los tres puntos forman parte de los motivos por los que se promovía esta playa artificial.
La Demarcación de Costas insistió en que la construcción de la playa está ligada a la de un futuro proyecto hotelero, pero que “es un motivo insuficiente” para cumplir con la normativa para espacios protegidos en el litoral. Del mismo modo, recalca que la zona donde se pretende realizar “conserva en buen estado sus características naturales” y que esta situación debe prevalecer ante “una degradación antrópica”. Por su parte, la promotora contradijo el argumento e indicó que “la zona ya no conserva sus valores naturales” y que se ha visto afectada por la construcción de un paseo marítimo y por la existencia de otros hoteles.
Además, en la evaluación ambiental requerida por Costas cuestionó la presencia de animales como la tortuga boba o el delfín mular (tursiops truncatus), “porque son especies de hábitos oceánicos”. Asimismo indicó que los bancos de arena habían sido sustituidos por erizos y blanquizales, una especie de desierto marino. En el espacio no solo destacan la tortuga boba o el delfín mular.
La Audiencia Nacional avala que las actuaciones en el espacio Red Natura 2000 identificaron a más especies como el delfín común, el delfín listado, el delfín moteado el de dientes rugosos, la orca o el rorcual tropical, presentes en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial. Además del rorcual norteño y la yubarta, clasificadas como vulnerables en el Catálogo Español de Especies Amenazadas.
La empresa Tourin Europeo SA defendía que la zona ya no albergaba los valores por los que el espacio fue declarado lugar de interés comunitario. Por lo que estimó que las consecuencias ambientales de las obras serían de un carácter menor. Tras los requisitos exigidos por Costas, el proyecto fue subsanado por la empresa.
Mientras, la Audiencia Nacional estimó que independientemente del informe pericial entregado por Tourin, el proyecto está en un área dentro del LIC por lo que debe cumplir con la normativa reservada para ese tipo de espacios. En la misma línea, la Audiencia Nacional estima que la pretensión de la empresa con el proyecto “no es nada indicativa de la existencia de un interés general en la concesión”. Para el Tribunal, la construcción de la playa no es una respuesta a una necesidad ciudadana, sino un intento de aumento de valor al hotel. En este punto coincide con la Dirección de Sostenibilidad y Costas e indica que el proyecto altera el entorno, produce efectos ambientales adversos y no tiene en cuenta las afecciones en los hábitats marinos. Por lo que decidió al considerar que el fallo de Costas entraba dentro del derecho, que la empresa no ha sufrido indefensión real o material, sino que se ha dictado una resolución contraria a sus intereses pero acorde a la legalidad.
