Los pesimistas contraatacan

Por Kike Pérez Dicen que cada uno debe aprovechar las oportunidades que le brinda la vida, también el refranero español tiene un hueco para recordarnos cuando se tercie que "río revuelto, ganancia de pescadores", pues bien, ha llegado el ...

3 de agosto de 2012 (15:39 CET)
Por Kike Pérez
Dicen que cada uno debe aprovechar las oportunidades que le brinda la vida, también el refranero español tiene un hueco para recordarnos cuando se tercie que "río revuelto, ganancia de pescadores", pues bien, ha llegado el ...

Dicen que cada uno debe aprovechar las oportunidades que le brinda la vida, también el refranero español tiene un hueco para recordarnos cuando se tercie que "río revuelto, ganancia de pescadores", pues bien, ha llegado el gran momento de los pesimistas, vivimos la perfecta época de aquellos que no pueden callarse que "estamos fatal", cuando todos lo sabemos. Ahora tienen argumentos de sobra, los que "empurran" la cabeza, para decir que "todo es un desastre" y que "nos vamos a pique", esos mismos que cuando les das motivos para el ánimo, se disfrazan de realistas y te sueltan frases dilapidarias como: "¿En qué mundo vives?" o una quizás mejor: "No sé cómo te ríes con la que está cayendo". Mucho cuidado con ellos, están en todas partes, son los mismos que cuando todo iba bien, deseaban sólo que fuera aún mejor, una actitud pesimista, suele ir acompañada de una inconformista, algunas veces ambiciosa, porque nunca se está contento con nada.

Ahora, que nos vienen épocas flacas (las vacas también, porque ni buen pasto hay) todas las palabras que oímos son negativas, "Odio al Gobierno", "Estoy indignado", "Todo va mal", y quizás sea el momento que, personalmente, yo también tenga más motivos para unirme a este desánimo generalizado, simplemente porque estamos descubriendo el pastel, porque cuando nos hemos comido la capa de chocolate, nos hemos dado cuenta que el bizcocho estaba podrido, y aunque antes también vislumbrábamos que debajo había moho, nosotros comíamos sin preocuparnos por nada. Sin embargo, debemos darnos cuenta que no es bueno que "de golpe y porrazo" nos entre el bajón.

Me acuerdo cuando me buscaban las cosquillas en el colegio, o en el barrio mis amigos, recuerdo que lo que más satisfacción les daba, es que yo me enfadara y viceversa, lo más divertido de la travesura era ver al afectado con el ceño fruncido, pues ahora pasa algo parecido, pero a gran escala. Tengo la sensación, que desde arriba, nos están viendo enfadados, y se ríen como niños pillos. Creo que no es el momento de darles esa satisfacción y ahora, sonreír más que nunca, y a los pesimistas decirles que levanten la mirada y miren al mundo, sólo en ese instante, quizás comprendan que a lo mejor no somos tan desgraciados. Que sí, que estamos mal, pero para las otras tres partes del mundo sería un lujo tener la posibilidad de pedir una caja de leche al vecino, o tener un familiar que lo invitara a comer, sólo si pensamos globalmente, el pesimismo deja de tener sentido.

Y con ese pensamiento global, debemos seguir ofreciendo optimismo, vengan como nos vengan, seamos nosotros los pillos también, esquivemos las dificultades, utilicemos la imaginación, digámosle a quiénes nos han llevado a esta situación (asumamos también nuestra parte de culpa), que vamos a intentar ser justos con ellos, y que si ellos han hecho las cosas mal, nosotros ahora nos vamos a unir bajo una sonrisa para decirles que si es verdad que la cosa pinta fea, pero aún nos queda maquillaje.

Desde "nuestros lujos" no podemos ser pesimistas, la relatividad global nos convierte en privilegiados, aunque ahora creamos que no. Y manda a mudar a todo el que te diga: "Así no se puede vivir", respóndele que ha perdido 4 valiosos segundos para cambiar esa situación de la que te habla, no dejemos que los pesimistas nos metan en un bucle dónde parece que no hay salida, simplemente estamos viviendo un momento menos bueno que antes, pero te aseguro (y sólo hace falta levantar la vista un segundo) que podría ser muchísimo peor. Sonríe.

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