Parece que el departamento de asuntos internos del Vaticano está empezando a remover papeles, así que... se prepare el padre Apeles (rima consonante).
Una nueva cruzada de la Iglesia Cristiana Católica llega para cauterizar cualquier brote heterodoxo que haga peligrar la hombría de los curas. Nada de gays. Los curas católicos deben ser los más machotes del mundo.Bueno, sin
pasarse. Lo que se pretende es posicionarse lo más lejos posible de la acera de enfrente, de hecho se están planteando en las altas esferas Vaticanas la posibilidad de comprobar y corroborar la virilidad de sus futuros sacerdotes y monjas... pero no se les ocurre nada. A mi sí, pero no lo digo porque seguro que me llaman sacrílego u otras cosas peores.
En principio yo ni pincho ni corto nada en la iglesia, una vez fui monaguillo pero me di de baja por enfermedad y no me volvieron a llamar, y no creo que eso me legitime para opinar sobre lo que debe o no hacer la iglesia... pero eso de que no acepten a los homosexuales como fieles pastores de la divinidad me parece una maniobra un tanto discriminatoria porque, al fin y al cabo, el sacerdocio es una profesión como otra cualquiera (bueno, como otra cualquiera no, que me mata un amigo que tengo ferrallista en una obra). Es como si a partir de hoy dijéramos que los curas no pueden comprar kiwis...ea, sólo por ser curas. Es un poco absurdo...¿no? pero además con poca visión de marketing porque o mucho me equivoco o cada vez hay menos sacerdotes y más iglesias vacías.
Por otro lado, no quiero ni mencionar que los creadores de ésta nuestra iglesia fueron doce hombres barbudos y sudorosos sin mas ropa que una túnica siguiendo por bosques, ríos, campos, desiertos y playas a otro señor
bastante bien parecido, al que no se le conoce relación conyugal con ninguna mujer, de muy marcado estilo Bee Gees, al que al final convierten en un icono para la posteridad despojado prácticamente de toda su ropa. Yo no
quiero señalar, pero los orígenes, son los orígenes.
Y para colmo, para una salida que les quedaba al colectivo homosexual mundial, que como es bien sabido, jamás podrían ir al cielo, sino al Purgatorio como los bebés recién nacidos contra los cuales tampoco se puede demostrar ningún pecado, van y lo eliminan del mapa. Ya no hay Purgatorio señores. Así de fácil. Y no está cerrado por reformas ni nada de eso, sino que es algo definitivo. El Vaticano acaba de hacer pública la no-existencia universal de susodicho lugar... A partir de esta semana a ver ¿dónde diablos van a ir los gays cuando se mueran?
David Sergio