Facundo Martín: "Los enólogos nos llaman mucho, y más que nos van a llamar"

El viticultor lanzaroteño recuerda campañas del pasado, en que hubo que tirar mucha uva, con la situación actual, en que la escasez ha disparado los precios

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27 de mayo de 2023 (19:19 CET)
Actualizado el 27 de mayo de 2023 (19:28 CET)
Finca del Grupo Marcial en La Vegueta
Finca del Grupo Marcial en La Vegueta

Facundo Martín lleva más de 30 años dedicado al cultivo de la uva de Lanzarote y actualmente trabaja más de 20 hectáreas de viñedo del Grupo Marcial en La Vegueta, que llegan a producir hasta 100.000 kilos de uva al año. El conductor del espacio radiofónico Más de Uno Gourmet, Carlos Chavaud, ha visitado esta plantación de la mano de Martín para conocer sus secretos. 

Carlos Chavaud conversa con Facundo Martín
Carlos Chavaud conversa con Facundo Martín
  • ¿Cómo te surge la idea de dedicarte a la uva?

Desde pequeño siempre me gustó el mundo de las parras. Primero, cuando tenía 14 años, estuve trabajando con Santiago Hernández, fundador de la Quesería El Faro, que tenía parras y me mandaba escardarlas y recoger las varas de los que habían podado. Luego tuve la oportunidad de trabajar con una máquina, porque mi profesión era tractorista y me quedé. Llevo en esta viña 29 años. 
 

  • ¿Cuántas hectáreas tiene la plantación y cuantos kilos de uva puede producir?

Son 44 hectáreas de terreno y 20 y algo de parras.  Está preparada para producir 100.000 kilos de uva. Había casi un 90% de listan negro, pero  ahora hacemos un 97% de malvasía.

 

  • Se trata de una plantación que resalta por su diseño, tiene que ser impresionante vista desde el aire. ¿Cómo se llevó a cabo? 

De forma artesanal, no había planos ni nada. Entre mi jefe, yo y los empleados nos pusimos cada uno en una punta y fuimos marcando con botellas donde tenía que colocarse cada parra. 

 

  • Ahora tratamos las uvas como si fueran lingotes de oro, pero entiendo que ha habido épocas malas, cómo fue aquello?

Sí, se vivió una época en que se tuvo que tirar la uva al vertedero. Creo que fue en 2009, se tiró mucha uva porque no la compraban. Fue una cosecha muy fuerte, un año muy bueno de uva, pero no tenía salida, así que fue al vertedero.  Dijeron que se iban a pagar una subvenciones por kilo de uva, que todavía no se ha cobrado. 

 

  • Las vueltas que da la vida,  ahora con la promoción que ha tenido y el hecho de que se valore más por parte de los lanzaroteños, ha cambiado completamente la situación y hay escasez de uva...

Ahora me llaman mucho desde las bodegas, en concreto los enólogos, para ver como va la cosecha. Y más que nos van a llamar, porque es en junio y julio cuando ya saben ya la cantidad de uva que hay y la cantidad que les hace falta. (risas).

 

  • Y después de tanto tiempo trabajando la viña, ¿se desarrolla una relación sentimental con las plantas?

A mi encantan los animales, y yo las miro como si fueran un animal más, yo casi hablo con ellas. Es tanto el tiempo que me pego con ellas.  He estado de vacaciones y he venido a verlas. Si un domingo no tengo nada, estoy en la finca. Mucha gente piensa que la finca, por lo grande que es, tiene un montón de gente trabajando y somos tres. 

En una viña lo importante es llevar el control, que se hace por parcelas, si llevas un buen control de la viña te haces con ella. Así sabes dónde hay una planta enferma o donde hay una variedad que tienes que quitar porque se mezclaron dos distintas. 

 

  • Háblame de los injertos, es verdad que igualan o incluso mejoran la calidad de la uva?

Para mi casi es mejor.  Hay años que son más de injertos, hay años que pegan menos, pero yo veo que nosotros tenemos una calidad tremenda y cada año tenemos más calidad. Estamos llevando la finca casi a un punto ecológico.

Una parra nueva sale en tres o cuatro años en un terreno nuevo, pero cuando la plantas cerca de parras viejas le cuesta mucho y a veces ni sale. Entonces con un injerto o un margullo se soluciona. 

 

  • Explícanos, ¿qué es un margullo?

Un margullo es sacar una vara de la parra vieja, pasarla por debajo de la arena, quitarle las yemas que quedan debajo para que no salgan raíces e injertarla en la nueva, a la que va alimentando, así te da uva el primer año, un par de racimos, porque la parra siempre tiende a dar uva en sus varas más largas. De esa forma la planta nueva no se pierde, va a vivir seguro. 

 

  • Tenéis una zona específica de producción ecológica, ¿no es así?

Sí, son cuatro hectáreas, pero tenemos intención de que toda la plantación sea ecológica. Cada día, le vamos quitando más fitosanitarios y los reemplazamos por azufre. Cuando el tiempo no nos deja sulfatar, lo hacemos con azufre líquido.

 

  • ¿Cuál es el principal enemigo de la parra? 

El oídio, que también se llama “ceniza”, y el mildiu. La ceniza es un hongo, que se desarrolla según las temperaturas. Si hay temperaturas altas por el día y por la noche bajan por ejemplo de 15 grados, habrá ceniza seguro. Mucha gente ve el tiempo gris y dice está cayendo ceniza. En realidad la ceniza está en el piso y con las humedades se dispersan las esporas. Se combate con azufre. 

 

  •  ¿Cómo se presenta este año la uva?

Yo la veo un poquito mejor, este año vienen más parejos los racimos. El año había tres racimos diferentes, hubo tres vengadas  la la la evidentemente los bodegueros te van a llamar todos los días cuando llegue junio.

 

  • ¿A qué peligros podría enfrentarse la uva de aquí a la vendimia? 

Está el factor tiempo, que venga un Levante y te haga polvo las parras.

 

  • ¿Y una ola de calor?

Depende de los grados que se alcancen, se podría quemar la uva que está encima de la arena.

 

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