Las tres personas que fueron detenidas el pasado domingo por agentes de la Policía Local de Arrecife, en un polémico arresto que fue grabado por varios vecinos, han pasado este martes a disposición judicial y han quedado en libertad provisional, investigados por un posible delito de resistencia o de atentado contra agentes de la autoridad, que se dirimirá según avance la instrucción en el Juzgado Número 4 de Arrecife.
Mientras tanto, los detenidos valoran con sus abogados presentar una denuncia contra los dos policías, por emplear la violencia contra ellos. Concretamente, en las imágenes se ve a los agentes golpear a un hombre y empujar a una mujer, que estaba grabando con el móvil la detención de la tercera persona implicada en los hechos, que era el conductor del vehículo en el que circulaban.
En el acta policial del arresto, los agentes sostienen que intentaron dar el alto al coche por una posible conducción bajo los efectos del alcohol, y que el conductor se dio a la fuga circulando incluso en dirección prohibida en varias calles. Sin embargo, según han trasladado a La Voz desde el Tribunal Superior de Justicia de Canarias, en principio no hay una imputación formal contra él por delitos contra la seguridad vial. Respecto a la conducción bajo los efectos del alcohol, en el atestado policial tampoco consta que se le realizara la prueba de alcoholemia.
En ese atestado, los agentes relatan que previamente habían identificado a estas tres personas bebiendo en la terraza de un kiosko de Arrecife, ya que estaban cinco personas en la misma mesa, cuando la actual normativa vigente en Lanzarote frente a la Covid-19 permite un máximo de cuatro. Ahí, afirman que les “faltaron al respeto”, “riéndose de ellos y diciéndoles: Ahora ya somos siete, no cinco. Iros a buscar a los cochitos que están haciendo rallys y dejadnos en paz”.
Tras pedirles sus datos a ellos y al responsable del kiosko, informándoles de que serían sancionados, los agentes afirman que abandonaron el lugar. Sin embargo, “unos 15 minutos después” volvieron a ver a estas personas en un vehículo en la avenida Fred Olsen, donde intentaron darles el alto, basándose en que “mostraban signos evidentes de embriaguez en la anterior intervención”. Entonces, según señalan en el atestado, “emprendieron la huida a gran velocidad” y se inició una persecución por las calles de Arrecife, llegando a circular “en dirección contraria”.
Finalmente, el coche se detuvo en la calle Pedro Barba, donde ocurrieron los hechos que han desatado la polémica. Inicialmente, los agentes detuvieron al conductor, que aseguran que se bajó del coche gritando e insultándoles, con expresiones como “pegadme, pegadme, sois muy hombres, mariconas, venga, pegadme”, mientras pedía a su compañera que grabara con el móvil.
Los policías sostienen que fueron entonces a “interceptarle” y que él intentó “arremeter” contra ellos “de manera violenta, realizando aspavientos y lanzando golpes hacia los agentes”, hasta que finalmente lo redujeron en el suelo “utilizando la fuerza mínima imprescindible”.
Es en ese instante cuando se inicia el vídeo que más ha puesto en cuestión la intervención de los policías, que está siendo investigada por el Ayuntamiento. Ahí, se ve ya esposado en el suelo al conductor -que es el que podría haber incurrido en delitos contra la seguridad vial, aunque de momento no consta que esté imputado por ello-, y a sus dos acompañantes observando la escena y a ella grabándola con el móvil.
En el atestado, los policías alegan que le hicieron indicaciones para que dejara de grabar, y que como no lo hizo, uno de ellos “golpeó el terminal móvil” de la mujer “para que cesara de su actitud”. Al respecto, cabe recordar que la ley no prohibe grabar a policías en la vía pública, y que lo único que puede estar penado es el posterior uso de esas imágenes, si ponen el riesgo a los agentes o a sus familias.
A partir de ahí, el relato del atestado difiere en varios aspectos con lo que se aprecia en las imágenes grabadas por los vecinos. En el vídeo, tras el fuerte manotazo que da el agente al móvil tirándolo al suelo, efectivamente se ve al hombre encararse con el policía y levantarle la mano -según afirman, le dio un “fuerte bofetón en la mejilla”-, pero lo que no se aprecia es el “forcejeo” posterior que relatan los agentes, ni tampoco que el policía tuviera que “separarse de la agresión”. De hecho, lo que se ve es al hombre intentando alejarse del agente, que le sigue por la calle dándole varios golpes hasta que lo reduce en el suelo.
Es ahí cuando vuelve a intervenir la mujer, que sí se dirige al policía levantándole la mano, pero cae al suelo, donde recibe dos empujones por parte del agente cuando estaba intentando levantarse. Al verlo, su acompañante se vuelve a encarar con el agente, pero ya se había alejado cuando se produce la escena de mayor violencia. En ese momento, el otro policía que custodiaba al primer detenido se dirige al hombre y le da un puñetazo que lo tira al suelo. Según el atestado, quedó “semiinconsciente, con los ojos abiertos y sangrando por la cabeza”, por lo que tuvo que ser trasladado en ambulancia al Hospital Molina Orosa, con un traumatismo craneal.
Después intentó marcharse voluntariamente del centro, pero fue interceptado por los agentes y se le trasladó junto a los otros dos detenidos a la Comisaría de la Policía Nacional. Antes, tanto la mujer como el primer arrestado habían sido trasladados también al centro de salud de Valterra “para ser asistidos”. Por su parte, los agentes señalan en el atestado que acudieron también después al mismo centro de salud para ser atendidos de las “lesiones” que sufrían, aunque apuntan que adjuntarán el parte médico “con posterioridad”, y en el acta no detallan esas “lesiones”.
Además, en el atestado también daban cuenta de que procedieron a identificar a una de las vecinas que estaba grabando lo ocurrido desde los balcones, y advertían de que otros también habían grabado vídeos y los estaban difundiendo en las redes sociales.
A los agentes que intervinieron inicialmente se sumaron después otros dos de la policía local, y también acudió a la zona una patrulla de la Policía Nacional, que fue quien se hizo finalmente cargo de los tres detenidos.
Ahora, tras su pase este martes a disposición judicial, la investigación continuará para esclarecer los hechos y los tres detenidos volverán a ser citados a declarar, en lo que podría convertirse en un caso con denuncias cruzadas y que podría llevar también a los agentes a comparecer en los Juzgados