La Fiscalía ha pedido 15 años de cárcel para Sebastián B. H., presunto autor del crimen que acabó con la vida de Gerardo R.G. en La Graciosa. El Ministerio Público ha solicitado también que el presunto autor de los hechos indemnice a la viuda de la víctima y a sus hijos con más de 200.000 euros.
La Fiscalía considera que en la madrugada del 28 al 29 de julio de 2010, el acusado se encontró con la víctima en una pizzería. Según el escrito de acusación, "Gerardo y Sebastián eran parientes lejanos y vecinos de toda la vida de La Graciosa". "Su relación no era buena, pues con ocasión de una obra en la casa de Gerardo, la casa de la madre del acusado se había llenado de tierra, y esto era algo que Sebastián no perdonaba a Gerardo, que aprovechaba para molestarlo siempre que tenía ocasión desde ese día", según este documento, al que ha tenido acceso La Voz.
Durante el encuentro en la pizzería, comenzó "un intercambio de palabras entre ellos". De esta manera, se inició "una pelea en el curso de la cual se golpearon mutuamente y acabaron cayendo al suelo". Finalizó esta reyerta por la intervención dequienes se encontaban en ese momento en la pizzería, según la Fiscalía.
En el escrito de acusación se explica también que la víctima abandonó la pizzería, mientras que el acusado permaneció unos minutos en la misma. "Aprovechó el acusado para sacar unas tijeras que llevaba en su mochila y guardarlas en el bolsillo derecho de su pantalón, confiado en que si al salir se volvían a encontrar las utilizaría para darle muerte", afirma.
El procesado salió del bar y se dirigió hacia su casa. En las inmediaciones se encontró con la víctima, que había acudido allí "para tratar de arreglar las cosas". "En ese momento comienzan a discutir y se ensarzan en una nueva pelea, en la que ambos se agarran y forcejean mutuamente empleando únicamente sus manos", afirma la Fiscalía, que señala que el acusado aprovechó para "sacar las tijeras que minutos antes en el bar se había guardado en el bolsillo, y con ánimo de causarle la muerte a Gerardo o con conocimiento de que podía causársela se las clavó, por dos veces en el pecho".
Tras ello, el hombre apuñalado consiguió llegar hasta su casa, pero se desplomó en la puerta, en presencia de sus hijos. Previamente, había conseguido decirle a su mujer que "Chani le había pinchado". Posteriormente, falleció a causa del shock hipovolémico que le produjo la "laceración de vasos sanguíneos y la perforación del parénquima pulmonar", tal y como señala el informe médico forense.
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