Los vecinos de los esqueletos de Playa Blanca: "Las casas que nos arrendaban ahora son vacacionales"

Algunas de las doce familias exponen la falta de alternativas habitacionales en Lanzarote y que la subida del precio del alquiler hace imposible arrendar una casa

23 de noviembre de 2025 (19:34 WET)
Actualizado el 24 de noviembre de 2025 (11:32 WET)
Vecinos de los inmuebles de Playa Blanca (Yaiza). Foto: Juan Mateos.
Vecinos de los inmuebles de Playa Blanca (Yaiza). Foto: Juan Mateos.

Escucha el artículo ahora…

0:00
0:00

A través de las imágenes aéreas que el Gobierno de Canarias captura de forma periódica sobre la evolución de las islas se puede ver el desarrollo desenfrenado de Playa Blanca. La localidad turística de Yaiza, en el sur de Lanzarote, llegó a albergar el tramo de costa con más hoteles ilegales del país. En la actualidad, la mayoría de establecimientos pudieron regularizar su situación, mientras que otros esqueletos de hormigón se mantienen desde hace décadas en un limbo: no se han regularizado, pero tampoco se ha recuperado su estado original. 

Al desarrollo urbanístico sin control, se suma la actual crisis de vivienda habitacional en la que está inmersa Lanzarote y el resto del archipiélago. La falta de vivienda y los altos costes del alquiler son la principal preocupación de los residentes en la isla, por encima de cualquier otra. 

Ante la escalada continua de los precios del alquiler, que ascendió hasta los 1.155 euros de media en las islas de Lanzarote, Fuerteventura y Gran Canaria, crecen los casos de personas que se ven abocadas a recurrir a dormir en autocaravanas, a compartir piso con varias familias o a alojarse en esqueletos urbanísticos

Este último caso es el de las doce familias que viven en los esqueletos de hormigón de Villas Camelot, entre las calles Laurel y Malvasía de Playa Blanca (Yaiza), un esqueleto de hormigón que fue paralizado por incumplir las leyes urbanísticas. Parte de estos vecinos han hablando con La Voz para denunciar la falta de alternativas habitacionales que padece la isla y los problemas que afrontan a la hora de poder abandonar estos inmuebles. 

Filas de viviendas inacabadas de Villas Camelot, en Playa Blanca. Foto: Juan Mateos.
Filas de viviendas inacabadas de Villas Camelot, en Playa Blanca. Foto: Juan Mateos.

 

 

"No tenemos para donde ir"

"Todas las casas que nos arrendaban ahora son vacacionales", señala Antonia (nombre ficticio). "Aquí uno encontraba arriendo, pero ya nada, y lo que sale es carísimo. ¿Cómo vamos a pagar nosotros una casa de 1.700 euros?", continúa.  

Mientras tanto, señala que las habitaciones, sin acceso a la cocina, solo para dormir están por 600 euros. En esta línea, Drago Canarias denunció en verano que las habitaciones en Lanzarote rondaban ya los 500 euros.

Antonia y su marido fueron de las primeras tres familias que se establecieron en estos esqueletos de hormigón. Su marido y ella se instalaron en uno de ellos hace un año y medio, aseguran que con el beneplácito de la propiedad, a cambio de cuidar el resto de inmuebles. Ambos trabajan limpiando villas o en cualquier trabajo: "En lo que vaya saliendo". 

"No encontrábamos para donde ir, no teníamos arriendo", comienza Antonia durante una conversación con La Voz. "No tenemos ni para dónde ir", añade. Esta vecina de Yaiza es una de las 2.300 que están inscritas como solicitante de vivienda social en Lanzarote e insiste en que aunque ha tratado de encontrar un alquiler en las inmobiliarias e incluso se ha planteado pedir un préstamo para comprar una vivienda, la situación "es imposible". 

Desde que arribaron a estos inmuebles, Antonia explica que habrían tratado de cumplir con el acuerdo con el propietario y que incluso llegaron a echar a personas que se quedaban a dormir en estas viviendas. "Al ver que la gente no tiene para dónde, a uno también le da pesar. Muchas familias tienen niños y uno dice 'dios mío', uno se pone en el lugar de esa persona", explica esta vecina, que acabó permitiendo que otras personas se instalaran en la zona.

"Nosotros sabemos que esto no es de nosotros, que ante todo esto es de su dueño, pero son casas que no están habitadas, abandonadas", defiende.   

Antonia tiene en su vivienda un motor de luz, desde el que otros vecinos se enganchaban para poder encender un bombillo en sus viviendas y poco más. Sin embargo, asegura que los responsables de la empresa de desocupación Lanzaokupa, contratada por la propiedad, presuntamente rompieron los cables que conectaban con otras viviendas. 

El motor de luz de la casa de Antonia. Foto: Cedida.
El motor de luz de la casa de Antonia. Foto: Cedida.

 

Estela y Jaime (nombres ficticios para salvaguardar su integridad) viven en una estas viviendas inacabadas. Él trabaja de cocinero en uno de los hoteles de la localidad turística, mientras que ella limpia villas turísticas cuando sale la posibilidad. Ambos, de nacionalidad colombiana, llegaron a la isla hace tres años y aseguran que acabaron en estas viviendas ante las dificultades para asumir los elevados costes del alquiler en la isla. 

Primero se quedaron en una vivienda de un conocido y luego decidieron establecerse en una de estas edificaciones inacabadas. A la zona también se mudaron con otros familiares, que viven en otro de los esqueletos de hormigón. 

"Yo amañado no estoy aquí, a mí me sale una vivienda, yo la pago y me voy", señala en una conversación por La Voz. Esta pareja señala que con el sueldo de la hostelería, en su caso en torno a 1.400 euros mensuales, no puede hacer frente a un alquiler de 1.700 euros más gastos. "Es ilógico que no le alcance ni para el arriendo", añade. 

Este vecino denuncia la formas de esta empresa de desocupación, que acumula decenas de denuncias ante la Guardia Civil y ante el Juzgado. "Otra cosa son las formas. Nos están maltratando y sacando a patadas". En este sentido, señalan que el "el día que el juez, que salga la orden, entrego la casa y me voy"

Finalmente, Pedro (nombre ficticio), otro ciudadano residente en los esqueletos, señala que acabó viviendo en esta zona tras divorciarse. En la actualidad, trabaja en turno partido en la cocina de un restaurante en la isla. En su caso, asegura que se encuentra "aterrado" por las formas de la empresa de desocupación. "¿Dónde está escrito que por tomar unas casas que son esqueletos, hay que hacerle a uno una cantidad de cosas?", se cuestiona. 

Pedro señala que el propietario de los inmuebles "dejó unas casas sin construir, sin servicio, sin nada. En estos momentos no hay vivienda, si tal vez a ellos les pasara lo mismo, pensarían diferente". 

Dos vecinas señalan una de las viviendas inacabadas. Foto: Juan Mateos.
Dos vecinas señalan una de las viviendas inacabadas. Foto: Juan Mateos.

 

Agentes de la Guardia Civil, Policía Local y trabajadores de Lanzaokupa en las viviendas de villas Camelot. Foto: Cedida.
De huir de la violencia en Colombia a malvivir en un esqueleto de hormigón con sus hijas en Lanzarote
Uno de los trabajadores pinchando una de las piscinas. Foto: Cedida.
Un Juzgado prohíbe al dueño de Lanzaokupa y a dos trabajadores acercarse a un vecino en Playa Blanca
LO MAS LEÍDO