Cuando parecía que el Carnaval había finalizado en Lanzarote, las percusiones de Villa Pipol resonaban de nuevo en la noche del jueves. La razón: homenajear el espíritu carnavalero de aquellas personas que, de forma anónima e individual, participan en el Carnaval y contribuyen a que la fiesta continúe.
Esta vez, el turno le tocó a Juan Medina, o mejor dicho, a "Charlot", que es como se le conoce en toda la Isla. "Todo empezó de broma", explicaba Juan, "un día me disfracé y poco a poco la gente empezó a decir ‘mira el Charlot de Tenerife, o el Charlot de Las Palmas, vamos a tener Charlot para rato".
"Queríamos premiar el espíritu carnavalero", afirmaba José, el presidente de Villa Pipol. "Mucha gente realiza un trabajo enorme no sólo durante los días del Carnaval, sino el resto del año, y representa esa ilusión". Gente anónima que hasta ahora no había tenido un reconocimiento expreso.
"Cuando José me comentó la idea quedé muy contenta", explicaba Encarna Páez, concejala de Festejos, "porque ya era hora de que se hiciera un homenaje a personas que llevan tanto tiempo. Pero es importante que esto no se quede en esta noche, sino que se siga homenajeando a las personas más representativas de las fiestas".
Juan Medina no pudo contener la emoción cuando se le hizo entrega de su trofeo y la batucada Villa People le expresó su agradecimiento. "Sólo como nosotros sabemos hacer", tal y como gritó uno de los miembros: "Tocando". A pesar de ser un personaje de cine mudo, el aire fresco de la noche se llenó de tambores y panderetas, mientras Juan representaba a su "Charlot" a son de percusiones.
El "Charlot de Lanzarote" expresaba su deseo de continuar viviendo el Carnaval: "Este año he ido a Haría, a San Bartolomé, a Tinajo, a Playa Blanca... He estado en todos los carnavales, a mí desde donde me llamen, allí voy, nunca digo que no".
