La V edición del Certamen de Microrrelatos de Radio Lanzarote sigue sumando participantes y ya hay decenas de cuentos enviados con dos temas en común: El Quijote y la radio. Ésos son los dos elementos que deben aparecer en la historia en esta nueva edición del concurso, para la que ya se han definido los premios.
Este año, el micorrelato ganador conseguirá una comida o cena degustación en el Restaurante Sushi Bar Minato, ubicado en Puerto Calero. El segundo premio consistirá en una comida degustación para dos personas en el Restaurante Turco Turkuaz, en el Centro Comercial Jameos Playa, de Puerto del Carmen. Por último, el tercer premiado se llevará un bono para un dos personas en el circuito spa del "Spa Costa Calero", en Puerto Calero.
Al igual que en las anteriores ediciones, los microrrelatos deben tener una extensión máxima de cien palabras, incluyendo el título si lo hubiera. Cada autor podrá presentar un máximo de cinco relatos, que podrán estar firmados con pseudónimo siempre que se adjunten el nombre y teléfono de contacto de su autor.
El plazo para participar en este concurso literario se abrió el 1 de julio y concluye el día 31 de agosto. Aquellos que deseen participar podrán hacerlo enviando sus obras al correo electrónico concursorelatos@lanzarotemedia.net. De momento, estos son los micorrelatos recibidos entre el 13 y el 26 de julio:
Directo
Entramos en la radio local para deleitar con una composición propia; me aguardaba una sorpresa: leería El Quijote. Esperamos. Desde hacía rato mi hambre era notoria. Mi boca llevaba su ritmo. Mi tía comprendió al fin; tomó el libro, y acercándose al locutor hizo un gesto. Este nos llevó hasta una mesita blanca ¡había leche, bollos de crema, y chocolate caliente! Pregunté mientras devoraba el bizcocho, ¿nos dejan merendar? "Tranquila. Come lo que tengas ganas". Leerás después.
Dije, masticando con la boca llena: -¿Conoces a alguien aquí?- Rio. La observé. Llevaba colocado un pinganillo. Trasmitían nuestra merienda en directo.
Porqué
-Elena, comenté aterrada, no quiero actuar en la radio ahora-. Añadí: -Como diría ese caballero andante: " Menester es aprovisionarse de buena luz y generoso tiempo"; déjame pensarlo. Ensayaré para darle tono; ya verás. Me divertirá empaparme de Don Quijote. De la esencia de su tiempo. Así entenderé estos que tocan vivir; iré más adelante y saludaremos a tu amigo, eh. Uffff… No disimules ¡Vi cómo os miráis! Salimos-.
Tocó mi hombro, encajando la broma, y se alejó con una tímida sonrisa. Pensé, ¡al fin lo comprende! Pero enseguida regresó con la fecha del día siguiente en un papel.
Becaria
Celebraban lecturas del Quijote en la radio. "La reflexión y el dialogo no es de locos o para locos". Dije ante el micrófono. Y lanzada añadí: Estoy de acuerdo. El combate dialéctico no debe acercarnos a discusiones, solo opinar; sin imponer criterios. Entonces escuché. -Conoce el libro de memoria-.
Sentí responsabilidad. Recordé los villancicos de las tiendas, necesitaba tranquilizar el estómago lleno de mariposas, no funcionó. Entonces añadí: Es bonito creer en hechizos, encantamientos, reforzar ese hilo que nos une para que no salte con la distancia. Hacernos responsables de nuestras opiniones.
Con los micrófonos cerrados me ofrecieron empleo.
Mostrar
Me encontraba cansada y sin darme cuenta me distraje observando las ilustraciones del Quijote. Despisté la lectura colectiva. Mis compañeros de micrófono, perdidos y extrañados, estudiándome dijeron: -Qué te ocurre-. Reaccioné y comencé a concentrarme. Miré el libro y dije: Todos necesitaríamos un Quijote en nuestra maleta particular; perdonarme, rectifico; ¡mejor en el corazón! Seriamos más felices" ¡Se miraban y me escrudiñaban atónitos! No os pongáis tan serios, añadí consciente de que estábamos en directo y fuera de guion, tranquilos. No voy a ocuparme de temas mundanos, aunque sea navidad y una buena chica como pensáis cuando callo.
El hidalgo y el volcán
Me ajusté el auricular del smartphone para escuchar mejor la lectura del primer capitulo del Quijote que retransmitían por la radio. Mientras paseo por la Geria , justo en el momento en que el ocaso del sol tiñe de rojo Timanfaya, escucho la profunda voz del narrador e imagino al ilustre hidalgo luchando contra el volcán y gritando a Sancho : " cuidado con la lengua de fuego del monstruo y no cejes pese al calor ".
La música interrumpe mi ensoñación , ¿leí completo el libro?
Cabalgando los días
Estimaban que Juan estaba loco; quizás, locura instrumental.
Se identificaba con don Quijote, un dislate de caballero andante con burla del idealismo humano y amarga ironía.
Por culpa de un ERE, vivía su regla, creando una realidad propia. Inventaba excusas para justificar su aciaga situación.
Caminó despacio por el pasillo. No oyó su nombre por los auriculares, escuchaba la radio con un volumen elevado. Llegó a la sala.
El jurado dirigió la mirada más abyecta hacia él. Un "ovillo" interrumpió la conexión entre sus neuronas.
- Me convertiré en mecenas de mi dicha baladí. Dijo.
Fue confinado.
Dulcinea escucha la radio
Dulcinea escucha la radio, suena su canción favorita, cierra los ojos, un manto amarillo de trigo en verano, un manto negro de arena en invierno, su historia y la de su Quijote sonando en una canción. Dulcinea llora por lo que pudo ser y no fue. Le alivia escuchar su sintonía favorita. Cuándo radian su canción puede tocar a su Quijote, puede sentir a su Quijote. Breves minutos de felicidad…
Última hora
Un hombre ha irrumpido armado y a caballo en el Congreso. Según testigos presenciales, el atacante arremetió contra el Presidente del Gobierno al grito de "mal encantador, príncipe de gigantes", y hubiera atravesado a éste "de lado a lado" si no fuese por el providencial traspiés de su montura, a consecuencia de la cual ha sufrido un traumatismo craneoencefálico severo, por lo que ha sido trasladado en Ambulancia al Hospital, custodiado por la Policía. Se confirma de la existencia de un cómplice, que se ha dado a la fuga. Ampliaremos información en el informativo de las ocho.
Sin título
El interno de la habitación 17 creíase Don Quijote desde que había oído aquella maravillosa versión radiada de la novela cervantina. Andaba sumido en una profunda melancolía porque echaba de menos a su fiel escudero, y como apenas comía por tristeza, su figura estilizada le asemejaba cada vez más al auténtico caballero. Pero una mañana, la guapa enfermera Dulcinea le presentó a su nuevo compañero de cuarto, bajito y rechoncho, al que enseguida bautizó como Sancho Panza, lo que el otro aceptó de buena gana, y así, por fin juntos, cabalgarían para luchar contra los gigantes anclados en su mente.
El consejo
-En cultura, después del Quijote, esto es lo más grande que hay.
Eso decía mi abuelo mientras sacaba brillo a la pesada figura del caballero andante apoyada sobre su querida caja de madera marrón, la radio. Los colocaba juntos para recordarnos que, si queríamos ser alguien entendido y destacar intelectualmente en la vida, había que utilizar los ojos para leer la novela de Cervantes y los oídos para escuchar las novelas radiofónicas tan de moda en aquella época… y en el fondo, el hombre, no iba mal encaminado, porque a mí me funcionó.
Sabio consejo, mi querido Sancho.
Un Quijote en apuros
Sabía que no era suficiente. Se caería, seguro. Mas, lo intentó.
Se sintió estúpido encaramado en lo alto del árbol.
Ella lo miraba, entornados los párpados, asustada, sonrojada, avergonzada...No recordaba cómo se había subido ahí.
-¡Ayúdala ya, hombre!
Tarde calurosa.
Música en la radio.
Se sintió temerario, valiente, todo un aventurero, un Quijote ayudando a una preciosa dama en apuros. Su inseparable amigo regordete abajo...¿era su fiel...Sancho?. Entonces ella...era su...amada ¿Dulcinea?...
Los ojos se encontraron. Sus manos temblaron agarradas a la cintura de ella...
...Y los dos se cayeron del árbol.
Sin título
Andanzas nos cuenta usted señor Cervantes que satisfacen plenamente nuestra escucha y regocijan nuestras almas con historias de aventuras, pero deje la pluma a un lado, aproveche el papel para otros menesteres más escatológicos, no se distraiga con ensoñaciones Quijotescas, del que todos tenemos algo, y dedique el tiempo a su encomienda sacando el brazo que le queda por la ventana, que nosotros encadenados no podemos, y siga sujetando esa antena para que no se pierda la señal y no nos deje usted sin poder escuchar la radio, única satisfacción que nos queda en esta nuestra última morada, nuestra celda.
Quinta temporada
Cuando el director de la cadena terminó de leer, no pudo reprimir su cólera.
–¿Qué es esto, Miguel?
El libretista sólo acertó a responder que la lógica de la historia hacía necesaria la muerte del protagonista.
–Podríamos continuar con alguno de los secundarios...
–Nada de secundarios. Ha sido el protagonista el que ha convertido esta radionovela en un éxito. Es el que hace reír. Quiero que mañana me entregue un nuevo libreto.
–Bien, señor director.
Después de reflexionar durante un rato, el libretista decidió que en la nueva versión don Quijote derrotaría al Caballero de la Blanca Luna.
Kijote Siglo XXI
En un barrio de cuyo nombre no quiero acordarme vivían dos chicos conocidos como Quijano y Sánchez. Eran muy amigos y recorrían las calles a lomos de sus bicicletas. Iban juntos incluso a entrevistas de trabajo. Sánchez había encontrado un trabajo de camarero; por diez horas le daban el salario mínimo y podía pagar un piso compartido. Mientras Quijano había rechazado ya varios: que no era lo que había estudiado, que trabajaría para una gran marca donde le valoraran, que enamoraría a una empresaria y vivirían con beca. Pero las noticias de la radio decían otra cosa…
Sin título
Algunos deberían llevar siempre ese esparadrapo. ¡Evitaríamos oírles babiecadas!.
-¡Eres una irónica!.
-¡Si cuestionan esa Ley, es porque les permite arengarla!.
-Soberbia es discapacidad de infelices mortales tropezando con pizco poder.
-Civismo y educación no están reñidos con la protesta.
-¡El exabrupto se hace notar!.
-Empero deslegitima cualquier petición. ¡Tu libertad, no puede limitar la mía!.
-Cervantes sufrió privación de libertad. Esa situación significó en su personaje mas famoso, un canto a disfrutarla, resultado inequívoco de propia experiencia.
-Discutimos descontextualizados. No debatimos sobre libertades. ¡Es recorte brutal de derechos!
-¡insisto!, ¡Tus derechos no autorizan incumplir tus deberes conmigo!.
-¡Alto!, ¡Publicidaaaaaaaad!...
Visita
De repente la puerta del estudio se abrió.
La locutora se dio la vuelta, y se quedó boquiabierta. Allí estaba un tipo enjuto con una armadura, y a su lado un hombre pequeño y regordete.
Éste se acercó al micrófono y le rogó que le dejara hablar. La mujer se levantó de inmediato.
-¿Voy con ello, mi señor?
-Claro, Sancho.
Entonces el regordete llegó al micro, y dijo:
-Señores oyentes, no hagan caso de lo que oigan por ahí: mi señor ama a su señora Dulcinea, y es mentira que Ana Obregón ocupe su lugar en su corazón...
Sin título
- Me abrigo y paso por tu casa, fue mi mensaje de whatsapp.
A los diez minutos estaba tocando su telefonillo. Ni preguntó quién era, como siempre tan ingenuo y confiado nuestro hidalgo...Me sonrió. Le sonreí. Bajamos al párking donde Rocinante nos esperaba tan espléndido como hace 400 años. Nos montamos. Antes de partir hacia nuestra próxima aventura, sintonicé la radio en el móvil y nos hicimos una selfie para inmortalizar aquel encuentro, pero su cuerpo no apareció, ni su caballo tan suyo...sólo yo fui testigo silencioso de haber galopado junto a mi querido don Quijote una vez más...
Parte 1
Encontrandose Don Quijote y Sancho de vacaciones en Lanzarote, recalaron en el Charco, donde refrescaronse del ardor remojando los pies. La armadura no era la mejor prenda para estas latitudes, pero ni aquí se la quiso quitar, porque protegiérale bien del viento. Era sábado 25 de julio, la noche les cubría y seguían allí, contemplando lo que a su alrededor se engendraba. Por el aire viajaba música acompañando la voz de Techy radiando el evento que comenzaba. Entonces, irguiéndose sobre sus asentaderas y apoyando su lanza, relatose a su escudero lo que veíase y ollésese en ese momento.
Parte 2
Oille y vielle muy atento amigo Sancho, que eso que ves no son sino espectros deambulando en rededor nuestro, plagan estas ínsulas meridionales; y eso que oyes son sirenas que del mar han escapado. Y en pronto terminose diciendo esto –momento en que se encendieron las luces haciendo brillar su armadura- levantose envistiendo contra los focos y los músicos, que saltaron solos unos y empujados otros. Pero lo más espectacular fue ver a Techy dando vueltas por el aire, intentando retransmitir por radio el concierto. Don Quijote la había cogido con su lanza por el cable del micro.