Hace menos de cien años la mayor parte de Arrecife era naturaleza. Los terrenos áridos rodeaban las construcciones del centro de la ciudad, mientras que los barrios apenas comenzaban a crecer. No fue hasta la década de los años 60 cuando el uso del vehículo privado comenzó a extenderse por todo el país y se colocó en el centro de la planificación de las ciudades. Ahora, una corriente urbanística persigue devolver a la ciudad la naturaleza que el asfalto le arrebató.
Hace tan solo una semana, la Consejería canaria de Transición Ecológica anunció que Arrecife había sido escogida como ciudad piloto para desarrollar un proyecto pionero en el archipiélago. A los mandos estará el ecólogo urbano Salvador Rueda, director de la Fundación Ecología Urbana y Territorial (FEUT) y creador de los términos Urbanismo sistémico y supermanzana, con quien ha podido hablar La Voz para desgranar este proyecto.
"El problema es que en la forma de desarrollar nuestras ciudades han estado un poco olvidados los aspectos de la naturaleza y sus leyes", reflexiona Salvador Rueda durante una entrevista con La Voz. Para tratar de mitigar los inminentes efectos del cambio climático este ecólogo urbano defiende que "hemos de adaptar nuestras ciudades a lo que se nos viene encima, no hay otra".
Rueda explica que esta iniciativa no contempla la aplicación práctica. Sin embargo, el proyecto que debe estar presentado en junio de 2026, puede servir de hoja de ruta, si está acompañado de voluntad política. El objetivo inicial es redactar y diseñar un manual para que todos los municipios canarios puedan abordar los retos a los que se enfrentan ante las consecuencias del cambio climático.
Las supermanzanas, un modelo pionero de ecourbanismo
Salvador Rueda, conocido como el padre de las supermanzanas, fue el responsable de implantar en Barcelona y en otras ciudades del mundo esta célula urbanística, de 300 y 400 metros de lado, que logra conectar de forma directa zonas de la periferia a través de vías básicas de paso de vehículos, mientras su interior sufre una transformación completa. Entre otros puntos, en el interior de las supermanzanas la velocidad de los vehículos se reduce a 10 kilómetros por hora para dar prioridad al disfrute de la ciudad por parte de los ciudadanos.
Rueda expone que si se aboga por la implantación de las supermanzanas en Arrecife, "alrededor del 80% del espacio que está dedicado a la movilidad de paso se convertirá en espacio con prioridad para el peatón".
Durante una conversación con La Voz defiende que este modelo, al alejar el uso excesivo del vehículo de las ciudades, ha sido capaz de evitar alrededor de 700 muertes prematuras al año, 18.000 ataques de asma y más de 12.000 bronquitis agudas. Lo que no solo mide en términos de salud, sino que repercute en el coste de la factura sanitaria y de la Seguridad Social.
En este sentido, Rueda expone que el modelo de las supermanzanas incrementa la actividad comercial y económica de proximidad, "como mínimo un 15%", pero en algunos casos, hasta el 60%. Este crecimiento económico, explica, se da al conseguir un espacio público con mayor calidad, que atrae a más peatones.
Renaturalizar para combatir el calor extremo
Hasta ahora, la planificación urbanística ha supuesto la "impermeabilización en exceso de las ciudades", provocando que se conviertan "en una especie de horno". Este efecto, conocido como isla de calor, se da cuando las ciudades experimentan temperaturas más altas que los entornos rurales de alrededor, a causa del asfaltado y la falta de vegetación.
Esta situación es cada vez más acuciante por los efectos del cambio climático. El mejor de los escenarios climáticos ya prevé que la temperatura del planeta aumente de media 1,5 grados dentro de 75 años. Lo que se traducirá no solo en unas ciudades más calurosas e inhabitables, sino en la subida del nivel del mar. En este punto, Arrecife ya se encuentra entre las ciudades del planeta, donde se prevé una mayor subida del nivel del mar, según la NASA.

Dos "alfombras verdes" para Arrecife
Una de las propuestas de Salvador Rueda para mitigar los efectos del cambio climático en Arrecife es la renaturalización de la ciudad a través de la implantación de dos "alfombras verdes": una en la fachada de los edificios con capacidad para aguantar el peso necesario y otra en la superficie, con árboles que aporten sombra.
Este experto persigue que Arrecife vuelva a permeabilizar su suelo para lograr refrigerar el ambiente y compensar la subida de las temperaturas, pero también para luchar contra las inundaciones que dejan imágenes de destrucción tras el paso de lluvias intensas por la capital. Para ello, Rueda propone que el agua regenerada en la depuradora reciba no solo los tratamientos básicos, sino que también se someta a un tratamiento biológico y a otro terciario para hacerla compatible para el riego y el baldeo de las calles.

Este experto indica que uno de los puntos que tratará de esclarecer el proyecto es el de a dónde llevar los vehículos privados de Lanzarote para poder descongestionar la ciudad. En este sentido, resalta la importancia de no llenar la capital de cargadores de vehículos eléctricos y de, en cambio, crear aparcamientos donde se puedan cargar estos vehículos, sin ocupar los lugares públicos, y que actúen como acumuladores de energía.
En este sentido, Rueda aboga porque sean los vehículos autónomos los que puedan intervenir a la hora de recorrer la ciudad. Al ser compartidos, estar conectados y ser alimentados por una fuente de energía renovable.









