'AguaRenace', un proyecto de Lanzarote que busca ser pionero en el reciclaje de aguas grises en Canarias

La isla de los volcanes, a pesar de encontrarse en emergencia hídrica y de su dependencia al agua desalada, solo reutiliza el 6,7% de este bien de primera necesidad

4 de mayo de 2025 (09:54 WEST)
Actualizado el 4 de mayo de 2025 (13:35 WEST)
Jill Airoldi, cofundadora de AguaRenace (Fotos: Juan Mateos)
Jill Airoldi, cofundadora de AguaRenace (Fotos: Juan Mateos)

El aumento de la población en Lanzarote, impulsado por turistas y residentes, hace cada vez más urgente encontrar una solución a la gestión del agua y el control los residuos sin afectar al medioambiente. La isla sumó cerca de 60.000 habitantes en 30 años, desde 1993 a 2023, mientras que el año pasado superó los cuatro millones de visitantes, entre turistas convencionales y cruceristas. Asediada por la sequía y declarada en emergencia hídrica, Lanzarote solo reutilizó el 6,4% del agua, con datos de 2023. Esto supone, apenas un incremento del 1,6% respecto a 2001 y tres puntos por debajo de su máximo, en 2015. Así lo recoge el Informe 4 islas 2024, analizado por La Voz.

Frente a esta situación, Jill Airoldi y Anthony Meye, residentes en el municipio de Tías, fundaron el proyecto AguaRenace, una iniciativa canaria que busca convertir a Lanzarote en pionera en el reciclaje de aguas grises y dar a este recurso fundamental una segunda vida. Las aguas grises son aquellas que se generan en las duchas, lavabos, lavadoras, fregaderos o tras la limpieza y, a diferencia de las negras, no llevan desechos humanos.

Por ahora, estas aguas acaban en los sistemas de canalización de Lanzarote y terminan en pozos negros o en el mar.  Sin embargo, ciudades españolas medianas como Sabadell, o grandes urbes como Barcelona ya obligan a reciclar este tipo de aguas

 

La contradicción de Lanzarote

"En Lanzarote hay una contradicción entre pueblos y municipios. En algunos, hay una escasez enorme, donde casi viven sin agua y en otros lugares, como por ejemplo Puerto del Carmen, se hace una sobreexplotación de este recurso", revela Jill Airoldi durante una conversación con esta redacción. "Me choca pensar en que para tirar de la cadena estamos usando agua potable, mientras en otros lugares hay pueblos, que casi viven sin agua potable", reflexiona.

Esta emprendedora estuvo viviendo ocho años en la ciudad canadiense de Montreal y desde hace un año retornó a la isla. "En Canadá los recursos de agua son un poco menos limitados que aquí y cuando volví a vivir aquí, mi pareja y yo vimos la necesidad de poner en práctica soluciones", narra durante una conversación con La Voz

Así pues, entre los sistemas propuestos, está en Aqualoop, que es capaz de tratar entre 300 y  5.400 litros de agua al día, dependiendo de su tamaño. Este proyecto defiende que genera una "reducción del impacto ambiental", mientras "disminuye los costes en facturación y saneamiento" y fomenta la "autosuficiencia". Además, ha sido aplicado por la cooperativa de viviendas Sostre Civic, en Cataluña, en diferentes proyectos en la comunidad catalana. 

Ejemplo de la instalación de uno de estos sistemas.
Ejemplo de la instalación de uno de estos sistemas.

 

Un proceso sin químicos

Por ello, el proyecto de AguaRenace surgió en septiembre de 2024 para dar respuesta a esta situación en hogares unifamiliares, edificios, centros turísticos y hoteles. "Los sistemas, tanto el de recolección de aguas grises como el de agua de lluvia, forman parte de un kit que va a reciclar la cantidad de litros de agua que necesiten o produzcan", explica Airoldi. 

Para lograrlo, hacen uso de la tecnología de Intewa, una empresa alemana que instala estos sistemas desde hace 30 años, y de EcoSpai, una sociedad barcelonesa experta en construcción sostenible que cuenta con un grupo de arquitectos para instalar este sistema.  

Esta tecnología, en primer lugar, recolecta y prefiltra el agua. Luego, pasa por un sistema de aireación, que mueve la materia orgánica hacia la superficie y la filtra; mientras finalmente pasa por unas membranas capaces de depurar virus, bacterias o microorganismos.

"No vamos a añadir ningún producto químico y, posteriormente, hay un último filtrado que elimina todas las partículas que pueden haber quedado", añade Airoldi. Este agua reutilizada puede emplearse luego en llenar la cisterna del inodoro, en limpieza o también en el riego. 

Por otra parte, recolectar el agua de lluvia es más sencillo y ofrecen una tecnología que realiza un prefiltrado y un filtrado de las materias orgánicas y residuales. 

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