El cielo de Lanzarote ha estado ocupado durante este fin de semana por los aviones en miniatura de los pilotos que han participado en la segunda edición del Festival Internacional de Aeromodelismo. Diecisiete aviones acrobáticos y maquetas, entre los que se encontraba el avión de aeromodelismo más grande de España, que de maqueta, no tenía mucho. Con una envergadura de 3,70 metros y propulsado por un motor de 500 centímetros cúbicos, su piloto, el gran canario Germán Benítez, tardó dos años en construirlo.
El vuelo de éste y de otros aviones fue visto por unos 1.500 pares de ojos que se elevaron al cielo siguiendo la trayectoria de estos "mini-aviones", dirigidos desde tierra mediante control remoto por sus pilotos, que en la mayoría de las ocasiones, son también los constructores de estas aeronaves.
No faltaron las acrobacias de las maquetas de helicópteros y la réplica de un avión comercial DC10, aunque uno de las aeronaves que más curiosidad despertó, fue la réplica del avión militar F-16, pilotado por el tinerfeño José Saigil, propulsado por una turbina. Esta no fue la única turbina del día. Durante el festival, pudo verse una real de un avión en funcionamiento.
En el festival participaron pilotos procedentes de distintos puntos del Archipiélago, e incluso, pilotos ingleses y alemanes, que pasan aquí sus vacaciones y disfrutan de este hobby, muy extendido en Canarias. En casi todas las islas existen clubes de aeromodelismo y Lanzarote, no podía ser menos.