Científicos internacionales alertan del daño a la hubara por la extracción de áridos en El Jable

Este espacio es "el lugar de cría más importante que queda en Canarias para la supervivencia de esta especie" y, según el UICN, "posiblemente del mundo"

21 de diciembre de 2023 (12:21 CET)
Actualizado el 21 de diciembre de 2023 (12:40 CET)
Fragmentación del hábitat causada por la extracción de arena en El Jable, Lanzarote Foto UICN
Fragmentación del hábitat causada por la extracción de arena en El Jable, Lanzarote Foto UICN

La comunidad científica internacional ha manifestado "su profunda preocupación" por el efecto que tiene la extracción de arena en El Jable de Lanzarote, el lugar de cría más importante que queda en Canarias para la supervivencia de la hubara canaria y "posiblemente del mundo".

En un comunicado conjunto emitido el pasado mes de noviembre por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la Comisión de Supervivencia de Especies (SSC por sus siglas en inglés) y el grupo especialista en hubaras han pedido que "se prohíba por completo" la extracción de áridos en El Jable. 

La hubara canaria (Chlamydotis undulata fuertaventurae) tiene una "importancia excepcional" para la conservación de toda la especie a nivel mundial. Tanto es así, que esta subespecie endémica de la hubara africana es la única que no está amenazada por la caza incontrolada o la liberación de un número excesivo de aves criadas en cautividad. 

Sin embargo, la hubara canaria, solo presente en Lanzarote, Fuerteventura y La Graciosa, se enfrenta a otros riesgos como la pérdida de su hábitat natural (construcción de aerogeneradores, abandono de la agricultura tradicional, sobrepastoreo de cabras, etc), así como las molestias (por turistas, entrenamiento militar o paseantes con perros sueltos, etc) o colisiones con tendidos eléctricos y un aumento de la extracción de jable para la construcción.

En Fuerteventura, el número de machos ha decrecido en un 65% en los últimos 23 años, según el estudio realizado por Alberto Ucero este mismo año. Además de las medidas de protección propuestas por el científico (como la restauración del matorral, la restricción de nuevas carreteras o el soterramiento de tendidos eléctricos, entre otras), el experto resalta que la población tardará años en restablecer el número de ejemplares anterior y verá mermada su existencia en la isla, donde sufrirá un cuello de botella genético a causa de poca variedad genética entre sus efectivos. 

Mientras tanto, en Lanzarote queda la población de hubara canaria "no cazada ni contaminada genéticamente más importante" de toda la especie española. Para la comunidad científica internacional, la isla tiene "la obligación y la oportunidad" de asegurar el futuro de la hubara africana como "un elemento clave del patrimonio de biodiversidad canario, español y mundial". 

En el año 2018, entre Lanzarote y, en menor medida en La Graciosa, existían entre 440 y 452 ejemplares de avutardas hubara canaria. En concreto, en los 40 kilómetros cuadrados del semidesierto de El Jable la densidad de hubaras era "relativamente alta". Tal es así, que se identificaron 2,15 ejemplares por kilómetro cuadrado, alcanzando una población de 86, el 20% de toda la isla. 

Fragmentación de los hábitats

La hubara es una especie amenazada, tanto a nivel mundial como nacional. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza defiende que la extracción de arena en El Jable es "incompatible con la obligación de España de proteger" una Zona de Especial Protección para Aves (ZEPA) como esta. 

La extracción de áridos supone la "fragmentación del hábitat" y provoca "el declive de las poblaciones de especies". La comunidad científica internacional defiende que "los fragmentos suelen ser individualmente demasiado pequeños y estar demasiado desconectados como para ser habitados por animales que necesitan un hábitat continuo para sobrevivir". 

El escrito, firmado por los copresidentes del Grupo Además, insiste en que "daña irreversiblemente" el paisaje semidesértico al penetrar hasta el "lecho rocoso del sustrato arcilloso" y dejando una "vista fea e inútil para cualquier otro fin".

Así pues, ni la hubara ni otras aves podrán hacer uso de este suelo. Al mismo tiempo, el IUCN añade que el "daño ya causado a El Jable es considerable", y que se ha pasado de una muestra de 122 Avutarda hubara en 2012 a las 86 registradas en 2018. 

La comunidad científica internacional explica que la extracción de áridos no solo "destruye grandes cantidades de vegetación", sino que afecta con el sonido a las especies que ahí habitan. Para concluir, resalta que "cualquier extracción de arena solo causará nuevas pérdidas desproporcionadas de aves en El Jable y debilitará gravemente la inmensa importancia del lugar como defensa crucial contra la extinción local, nacional y mundial de la especie. 

 

Extracción de jable en Muñique. Áridos. Imagen de archivo.
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