Un auténtico bochorno. En eso se han convertido los plenos del Ayuntamiento de Arrecife, donde el nivel de debate ha bajado hasta lo más profundo, mezclándose descalificaciones y gestos más propios de un patio de colegio o de una ...
Un auténtico bochorno. En eso se han convertido los plenos del Ayuntamiento de Arrecife, donde el nivel de debate ha bajado hasta lo más profundo, mezclándose descalificaciones y gestos más propios de un patio de colegio o de una barra de hooligans que de un salón plenario, y donde ya ni siquiera se sabe dónde quedó la voluntad expresada por los ciudadanos, cuando acudieron a las urnas hace más de tres años.
El terrible espectáculo de ver el Consistorio precintado por agentes de la UCO, con políticos y técnicos saliendo detenidos, y el demoledor sumario de la Operación "Unión", con confesiones de corrupción incluidas, no han devuelto la cordura a la institución, ni mucho menos. Y eso se ve en los lamentables espectáculos de los plenos, y por supuesto en la situación de un grupo de gobierno marcado por las sombras.
Primero, se formó con el apoyo de dos concejales que admitieron haber cobrado sobornos, y aún no sabemos cómo les "convencieron" para que apoyaran esa moción de censura y después presentaran su dimisión. Superado ese "escollo", sufrió un nuevo golpe con la detención en la Operación "Jable" de otros dos ediles del PIL, lo que les dejó varios meses en minoría, por lo que decidieron no convocar plenos ordinarios. Sin duda, toda una lección de cómo aferrarse al poder a toda costa.
Ahora, por fin, han conseguido recuperar la mayoría, después de que Luisa Blanco y Antonio Machín presentaran unas misteriosas dimisiones, tras pasar semanas y semanas aferrándose a sus actas. Tras negarse a hacer lo que no se les ha exigido a otros miembros del PIL en similares circunstancias.
Sin embargo, también sin que sepamos cómo ni por qué, estos dos concejales cambiaron de idea. Al menos, según los escritos que se registraron en el Ayuntamiento. Probablemente una inspiración divina se apoderó de los dos el mismo día, o se imbuyeron de un hondo sentido de la responsabilidad, y decidieron estampar su firma en una carta de renuncia, aunque después ni siquiera acudieron a ratificar su dimisión ante el secretario del Ayuntamiento. Quizá el efluvio celestial había pasado, o no era tan fuerte como para conseguir que también formalizaran su decisión en el Consistorio.
Lo concreto es que este hecho ha multiplicado el esperpento que se está viviendo en los plenos de Arrecife. Hasta dos sesiones hicieron falta para que se tomara conocimiento de esas renuncias, ya que parece que ni los concejales liberados ni los 27 asesores que cobran de las arcas públicas son suficientes para conocer los trámites básicos de funcionamiento del Consistorio. Ni siquiera para saber convocar un pleno en tiempo y forma. Y para colmo, de secretaria accidental en aquellos días ejercía la hija de Dimas Martín, Elena Martín, también detenida e imputada en la Operación "Unión".
Además, Alternativa Ciudadana sostiene que las renuncias de Antonio Machín y Luisa Blanco ni siquiera han sido válidas al no ratificarse, y ha anunciado que también impugnará la sesión celebrada el pasado lunes, en la que se incorporaron los dos nuevos concejales del PIL. Los que ocupaban los puestos once y doce en la lista de los Independientes de Lanzarote, y ni imaginaban que eso significaría que tendrían que sentarse en el pleno del Ayuntamiento.
Y es que el Consistorio capitalino ha pasado a estar compuesto por un importante número de suplentes. Sobre todo en la bancada del PIL, pero también en otras formaciones, ya que en lo que va de legislatura, han renunciado a su acta 11 de los 25 concejales que resultaron electos. A eso, hay que sumar que la Alcaldía no está en manos de la primera fuerza más votada ni de la segunda, sino de la tercera, que sólo cuenta con cuatro concejales, y que quien sostienen al PP en el poder es lo que queda del PIL en Arrecife y el PNL, con Pedro de Armas a la cabeza, que con su quinto puesto en las urnas y los mismos concejales que Alternativa Ciudadana (dos), se ha convertido en el segundo hombre fuerte de la capital, teniendo en sus manos los temas urbanísticos. Sin duda, los favoritos para su formación política. Quizá por eso, la gran obsesión para este peculiar grupo de gobierno sea sacar adelante el famoso icono del Islote del Francés. O lo que es lo mismo, resolver la situación de la parcela del empresario Jaime Cortezo.
En más de medio año no han sido capaces, por ejemplo, de sacar adelante un informe para rehabilitar las viviendas de Titerroy, arriesgándose a perder los fondos que podrían aportar para ello el Estado y el Gobierno de Canarias, pero sí están dispuestos a resolver, en los pocos meses que quedan por delante, el futuro del Francés. Y ese empeño es inevitable que a muchos les resulte inquietante. Porque una cosa es la necesidad de sanear de una vez por todas esa zona, y otra muy distinta es que este grupo de gobierno, marcado por el caso "Unión", pretenda cerrar deprisa y corriendo, antes de que se acabe su paso por el poder, un convenio urbanístico que debería contar con el máximo respaldo posible y, sobre todo, estar libre de cualquier sombra de duda.
La legislatura que se ha vivido en Arrecife ya es un "icono", pero de la etapa más negra de la historia de la capital. Y ése es el icono que no deberían perder de vista ni los políticos ni los ciudadanos, para que la Operación "Unión" no sólo limpie el pasado, sino también el futuro. Y hasta que los arrecifeños puedan pronunciarse en las urnas, el actual grupo de gobierno debería concentrarse en terminar esta legislatura con la mayor dignidad que puedan, preocupándose de las verdaderas urgencias de los ciudadanos en plena crisis, y dejando las megalomanías para tiempos mejores.
