A finales de 1992, cuando apenas tenía 4 años, Coalición Canaria estaba a punto de nacer. Un plato variopinto, cocinado a fuego lento, y con ingredientes dispares. La necesidad imperiosa de crear una Canarias igualitaria, alejada de la fragmentación provincial que los partidos estatales venían sembrando, hizo que distintas sensibilidades se unificaran para crear Coalición Canaria.
Coalición Canaria fue el resultado de la unión de fuerzas y esfuerzos de cinco partidos de ámbito canario, con un resultado inmediato en las elecciones autonómicas, donde por primera vez un partido nacionalista se hacía con la presidencia del Gobierno de Canarias.
Hoy en día, podemos decir con orgullo que tenemos cerca de 20.000 militantes, que gobernamos en el Gobierno de Canarias, en cuatro de los siete cabildos insulares y en la mitad de los ochenta y ocho ayuntamientos canarios.
"Pero no es suficiente…" Esto me lo decía un señor mayor, que había vivido la guerra civil, la transición, y el nacimiento de Coalición Canaria. Me decía que el partido en el que milito nació para gobernar en todas las instituciones posibles, que esta tierra necesita de un nacionalismo fuerte, cohesionado, unido. Un proyecto nacionalista que recupere su espíritu inicial.
Y no le falta razón, como siempre nuestros mayores tan sabios, tan acertados.
Necesitamos resetearnos, volver al comienzo, buscar el consenso, el dialogo, identificar sentimientos y voluntades nacionalistas y en torno a ellas volver al inicio, a finales de 1992, donde se unificaron ideologías, objetivos y metas.
La sociedad canaria necesita de este nacionalismo, que sea dialogante, sin extremismos, con la flexibilidad y la inteligencia necesaria para situar a Canarias donde merece. Dentro de Europa, al lado del Estado Español, en un sistema federalista que se ajuste a las demandas sociales, políticas, culturales y judiciales del siglo XXI, de 2017.
Coalición Canaria debe marcarse el objetivo inicial, crear una mesa nacionalista donde estén presentes todos los partidos locales e insulares de carácter nacionalista, donde trabajemos con un objetivo común, donde acerquemos posturas, y donde el principal tema a tratar sea Canarias desde el prisma nacionalista.
Siempre he considerado que dentro del ámbito socio-político canario, a las voluntades nacionalistas les unen más cosas que las que le separan. Debemos ser capaces de superar personalismos, cuestiones pasadas, fragmentos de una historia que no corresponde con el año en el que estamos, y con la forma de proceder que los ciudadanos reclaman.
Hagamos participe de esto al asociacionismo, tendamos puentes de diálogo con ellos. Desde el asociacionismo cultural, folklórico, deportivo, socia, etc; Que la unión haga la fuerza, y que Canarias sea sinónimo de la transversalidad que todos juntos creemos.
Volvamos al inicio, recuperemos el espíritu inicial.
David Toledo Niz