UGT ha presentado su informe "Trabajar Igual, Cobrar Igual" con motivo del Día por la Igualdad Salarial que celebraremos el próximo 22 de febrero. Y los datos que ofrece el estudio invitan sin duda a la reflexión: En el conjunto del Estado la brecha salarial se sitúa en el 24% y es la más alta de los últimos cinco años.
La media experimenta variaciones importantes según la comunidad autónoma y se mueve entre el 16,78% de Baleares o el 17,03% de Canarias y el 29,98% de Aragón o el 29,57% de Navarra.
Respecto a los sectores de actividad no cabe la sorpresa: Las mayores desigualdades se concentran en el sector servicios (36,1%), actividades administrativas y servicios auxiliares (32,21%), profesionales, científicas y técnicas (31,6%) y las actividades sanitarias y de servicios sociales (30,33%).
Más allá de la importancia de las cifras, y su variación según actividad y ámbito geográfico, indigna considerar que no existe ninguna razón objetiva que justifique esta diferencia en los sueldos, pues hoy la mujer se incorpora al mercado laboral con la misma o más formación que cualquier compañero.
Ni siquiera valen los argumentos que apuntan a la conciliación de la vida familiar y laboral, pues las estadísticas nos dicen que ante la ausencia de políticas públicas efectivas que garanticen el derecho a conciliar, las mujeres están respondiendo con el retraso de la maternidad.
La conclusión es obvia: en ausencia de elementos capaces de justificar estas diferencias, solo puede tratarse de discriminación salarial por razón de sexo. Y la respuesta no puede ser recurrir a la mano invisible del mercado, que es precisamente quien consagra esta desigualdad y tantas otras. La respuesta ha de venir forzosamente de la política.
Ante una desigualdad que ha crecido en los últimos años, es imprescindible que la administración, de común acuerdo con el empresariado, formule planes eficaces y eficientes y se comprometa en su desarrollo y cumplimiento.
Una sociedad como la española, avanzada e inmersa en el siglo XXI, no puede aceptar de ninguna de las maneras tan grosera e injusta discriminación ni la coartada de la crisis favorecer la marcha atrás en el camino imparable hacia la igualdad total.
Por José Juan Cruz Saavedra, candidato del PSOE al Cabildo