Adrián Flores (ambientólogo): "La ecotasa es el mal menor, queremos una moratoria turística"

El experto en Conservación resalta que es crucial determinar "la capacidad de carga" de cada espacio natural, ya que "la conservación no entiende de diferencias entre turistas y población residente"

28 de abril de 2024 (19:23 CET)
Manifestación 20 de abril en Arrecife (Fotos: Juan Mateos)
Manifestación 20 de abril en Arrecife (Fotos: Juan Mateos)

El pasado sábado 20 de abril más de 200.000 personas salieron a las calles de Canarias, según las cifras dadas por los organizadores, para pedir el fin del turismo de masas en el Archipiélago, la redistribución de la riqueza generada en el sector y la preservación de los espacios naturales de las islas.

De las reivindicaciones demandadas, el Gobierno de Canarias se quedó con la posible implantación de un impuesto turístico, en forma de ecotasa, con la que cobrar a los viajeros entre uno y cuatro euros por pernoctar cada noche en un alojamiento turístico. El dinero recaudado iría a la protección del medioambiente y a la preservación de los espacios naturales. Sin embargo, este miércoles el Grupo de Gobierno, conformado en su mayoría por Coalición Canaria y el Partido Popular, rechazó la medida. 

"Una ecotasa es el mal menor, lo que queremos también es una moratoria turística, que no se construyan más hoteles, que no se aumente todavía más el número de plazas y la moratoria también en las viviendas vacacionales", arranca Adrián Flores, ambientólogo, especializado en Biodiversidad Terrestre y Conservación Insular, en una entrevista con La Voz de Lanzarote.

"Esto no acabó el 20 de abril", expone Flores. "Ojalá sí y se cambie el rumbo, pero no tiene pinta, los colectivos no estarán quietos hasta que se hagan las cosas como se tienen que hacer. No queremos prohibir el turismo, queremos que se regule y se haga de manera sostenible y, sobre todo, respetando a la gente que vive aquí", comienza.

El objetivo de estas movilizaciones ciudadanas no ha sido solo un mejor reparto de la riqueza que genera el sector turístico en las islas, sino "que haya un gesto, por lo menos, que indique que de verdad se quieren replantear las cosas y estudiar cómo cambiar el modelo", añade Flores. Este ambientólogo es una de las caras visibles en redes sociales del movimiento del 20 de abril en Canarias y un divulgador científico de la biodiversidad en las islas.

Por un lado, uno de los puntos clave en las reivindicaciones que vive el Archipiélago es la vivienda. Mientras expone la importancia de "poner freno" al aumento de pisos y casas que se destinan al alquiler vacacional, Adrián Flores también resalta que es necesario "meter mano" en la compra de vivienda por parte de extranjeros que buscan "una segunda residencia" en las islas, así como frenar la especulación inmobiliaria. 

El ambientólogo invita a repensar una solución para la vivienda que ataje las más de 200.000 propiedades vacías en el Archipiélago y que evite que las viviendas vacacionales estén explotadas por una única empresa. 

"La solución no es construir más, porque los precios van a seguir igual, el problema va a ser el mismo. Hay que tomar medidas para evitar la especulación y que hayan grandes empresas y grandes inversores haciéndose con gran parte del mercado canario". 

La preservación de los espacios naturales

Por otro lado, ya en el área medioambiental expone que "en el caso de implantarse una tasa turística debería ser una ecotasa". Adrián Flores destaca también la necesidad de ofrecer "más vigilancia en los espacios naturales" y de estudiar la capacidad de carga de cada uno de ellos, así como limitar accesos y destinar "mayor financiación para conservación".  

Otra de las iniciativas del Ejecutivo regional, según las declaraciones de la consejera de Turismo canaria, Jessica de León, en Radio Lanzarote-Onda Cero es "exportar el modelo Lanzarote a otras islas". O lo que es lo mismo, cobrar por entrar a algunos espacios naturales. 

Adrián Flores defiende que "hay que tener en cuenta que el residente paga impuestos y al final nosotros ya estamos financiado de alguna manera esas partidas que van a la conservación o la restauración" de los espacios naturales. Sin embargo, abre la puerta a que si con la recaudación solo de los viajeros el dinero resulta insuficiente se abra la puerta a que los residentes paguen "aunque sea una pequeña cantidad".  

Como ejemplo, expone que el Parque Nacional del Teide (Tenerife) es visitado por cuatro millones de turistas al año, "si cada turista pagara un euro serían cuatro millones de euros que se pueden destinar a vigilancia, para no tener cinco agentes de Medioambiente para 190 hectáreas".

En este sentido, Flores resalta que es crucial determinar "la capacidad de carga" de cada espacio natural, ya que "la conservación no entiende de diferencias entre turistas y población residente. Hay un límite, da igual que sean 40 turistas o sean 40 residentes, el impacto es el mismo y este es el límite".

Pero advierte se deben establecer medidas para que no pase como "muchas veces, en las que las reservas en una página para un espacio natural, que es también un atractivo turístico, se las terminan llevando los turoperadores, que se hacen con un montón de plazas". Así, aboga porque se creen cupos para turistas y otros para residentes, para que la población local "no se vea privada porque empresas de turismo activo acaparan esa reserva".

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