La gente de mi generación recordará los tebeos de Iznogud y su memorable frase: "Quiero ser califa en lugar del califa".Wikipedia la describe como una historieta de humor francesa, escrita por el guionista René ...
La gente de mi generación recordará los tebeos de Iznogud y su memorable frase: "Quiero ser califa en lugar del califa".
Wikipedia la describe como una historieta de humor francesa, escrita por el guionista René Goscinny y el dibujante Jean Tabary en 1962. La historieta está ambientada en el Bagdad maravilloso de Las mil y una noches. Harún El Pussah, un personaje bonachón, muy querido por el pueblo, es el califa de Bagdad, e Iznogud es su visir. El nombre del personaje revela su carácter: es un juego de palabras con la frase inglesa "He's no good". En efecto, el objetivo del envidioso y traicionero visir no es otro que "ser califa en lugar del califa", para lo cual, ante la pasividad bobalicona de Harún, se dedica a conspirar interminablemente, con la ayuda de su fiel Dilá Lará.
Recordaba esa parte de la infancia que nunca se olvida, mientras leía las últimas novedades de la historia de la caída del imperio de la corrupción en Lanzarote. Isla mágica, donde los sueños se hacen realidad, allá donde se ha trabajado hasta la extenuación en busca del paraíso. Tierra de vicio y contención, de esfuerzo y recompensa, riqueza y hambre, plagada de contradicciones y de convivencias imposibles. Limitada en extensión, rica en belleza y poblada por ciudadanos generosos, grandes, decentes, pero también prolija en caciques, señores de la opulencia, ociosos, enfermos de corrupción. Viciosa y desvergonzada, tierra de bobalicones imperdonables.
Quiero ser califa en lugar del califa. Quiero todo, quiero lo que no tengo. No necesito autorizaciones, permisos, ni licencias. No hay ley por encima de mí. Yo decido, yo hago. Ofrecédmelo. Quiero ser lo que nunca seré,pagar por lo que no tiene precio, acabar con lo que me supera. Mía es la tierra que habitáis, las personas en que os habéis convertido, mío es el poder, mía es vuestra dignidad. Lanzarote soy yo, yo soy Lanzarote. Imbéciles, denme las gracias por cuidarles, por eltrabajo que os ha mantenido, por haber traído la evolución, por sacrificar mi vida y mis riquezas en provecho del desarrollo. Quiero ser César en lugar de César.
Pobre niño rico que obtuvo siempre lo que pidió, pero nunca lo que quería. Pobre el que crea que el mundo sigue igual, que nada cambia. Pobre el que se crea dueño de algo, con derecho a algo. Pobre el que no entienda la realidad y se acomode en la mediocridad. Pequeños, perdidos, desconcertados, imbéciles que creyeron a pies puntillas en la impunidad y ahora levantan los brazos a cara descubierta para evitar el desplome del reino. Pobre del visir que quiere ser califa en lugar del califa.
Las personas que no venden su alma al diablo son el mejor patrimonio de esta isla. No hay volcán, ni playa, ni Geria que supere semejante riqueza. Libertad, conocimiento, dignidad, independencia y valentía. Gracias a su trabajo esta isla fue pionera, ejemplo, objeto de admiración. El destrozo, la sobreexplotación, la corrupción y el desprestigio es el fruto de la ambición desmedida de los que ahora claman por la amnistía. Es la mafia la que necesita salir de esta situación, aún a costa de las más despreciables actuaciones, son ellos los que quieren ser lo que no son. Quieren ser César en lugar de César.