Queridos Reyes Magos, soy de la isla de La Graciosa; este año me he portado muy bien y como además del 6 de enero he descubierto que los jueves en el Consejo de Gobierno de Canarias uno se puede pedir lo que quiera ahora que se acercan las elecciones, me he atrevido a pedir ser respetada y que a mi gente se le trate de forma igualitaria.
Esto creo que es lo que diría la isla de La Graciosa si pudiese expresarse de forma escrita, si pudiera dirigirse a aquellos que en los últimos cuatro años han tenido el poder de los Reyes Magos para obrar milagros que para nosotros nunca llegan.
Tal y como están las cosas, podríamos decir que en un arranque de sentimiento navideño Ángel Víctor se ha convertido en Melchor con el pelo un poco más corto y en lugar de oro lleva una rosa en la mano; Román ha sido el encargado de modernizar la bíblica imagen de Gaspar dotándolo de un imponente bigote moreno, y por último está Baltasar, el rey más codiciado, el que está pero en un segundo plano, el que casi siempre ve la estrategia política perfecta. Ya puestos a meterse en el papel han decidido que no hay mejor ocasión que un Parlamento de Canarias disuelto para repartir en acuerdo de consejo de gobierno todo lo que deberían haber hecho estos años anteriores. Pensarán nuestros particulares reyes magos que más vale tarde...
Cuando me di cuenta del percal pensé, pero si los procesos administrativos son tan largos que muchas de las veces no da tiempo en una legislatura a sacar cosas que se hacen en los primeros minutos de un mandato, qué van a hacer estos ahora con todo lo que están aprobando y anunciando. Ahí mi pepito grillo político, con el que hablo cuando voy sola en el coche con la música a todo lo que da, me contesta: "Nieves, los ciudadanos no lo vamos a ver, sólo es un titular en un mes preelectoral".
Entonces entendí a La Graciosa, tantos años sintiéndose inferior, sin derecho a casi nada que sea efectivo, sin derecho a nada que en realidad la gente pueda ver. Esperando planes de ordenación que no llegan mientras sus ciudadanos intentan desarrollar su vida y sus negocios como pueden, aunque la gestión de la isla muchas veces se convierta en un caos.
El problema de la política en Canarias con respecto a La Graciosa es que miran para ella como una causa perdida; con decir el “hasta que no salga el PRUG” lo tienen todo hecho, o no hecho, porque pasan los años y no son capaces de mover un papel. Debe ser agotador hacerlo. Y claro, los particulares reyes magos que tenemos instalados en el Gobierno de Canarias tienen mucha suerte, porque en Lanzarote tienen unos pajes que no son capaces de ponerse en su sitio y de pedirles que se pongan a trabajar, que hagan lo que tienen que hacer. No han hecho nada y ahora lo anuncian todo.
Y es que, aunque es cierto que el grave problema que tenemos en la isla es la falta de planeamiento, podrían plantear una estrategia de desarrollo para la octava de Canarias que tenga un mínimo de fundamento y de ganas. Una estrategia, se me ocurre, dividida en tres patas que puedan ejecutarse de forma paralela y que la ciudadanía pueda ver realidades desde el primer minuto de mandato. Es que mientras salen los eternos documentos se pueden ejecutar planes de limpieza o gestionar que un pediatra se desplace a La Graciosa. Sólo con una visión global y planificada de lo que es el paraíso de Canarias entraremos en la brega para lograr ser iguales en deberes y derechos.
Estas son las neuras que se me ocurren mientras desarrollo este extraño enamoramiento hacia la política, deseando que la isla en la que me críe y donde ahora resido consiga lo que merece por derecho por el simple hecho de serlo, sin necesidad de sentirse en muchas ocasiones como San Borondón siendo La Graciosa. Creo que en política se debería trabajar por y para la gente sin necesidad de cartas a los Reyes Magos un mes antes de las elecciones.
Muchos se reirán de lo ilusa que soy, y es que me considero más romántica que una película del domingo al mediodía. Pero créanme que los gracioseros no nos podemos reír cuando tardan más de siete años en construir nuestra casa, cuando debemos racionalizar el agua que llega a nuestras casas o cuando asumimos que el alcantarillado con suerte lo verán nuestros nietos.
La Graciosa que fuiste, lo mismo si en mayo acabamos con el guano para flores, los Reyes Magos canarios dejarán sus capas y entraremos en la carrera de que todos los canarios seamos iguales.