Movilizaciones educativas del 22-M

Por Manuel García El pasado sábado 21 de abril aparecía el Real Decreto-Ley 14/2012. En resumen, trata de racionalizar el gasto público en el ámbito educativo. Desde luego, para alguien que trabaje en primera línea de la docencia, acostumbrado a ...

25 de mayo de 2012 (20:16 CET)
Por Manuel García
El pasado sábado 21 de abril aparecía el Real Decreto-Ley 14/2012. En resumen, trata de racionalizar el gasto público en el ámbito educativo. Desde luego, para alguien que trabaje en primera línea de la docencia, acostumbrado a ...

El pasado sábado 21 de abril aparecía el Real Decreto-Ley 14/2012. En resumen, trata de racionalizar el gasto público en el ámbito educativo. Desde luego, para alguien que trabaje en primera línea de la docencia, acostumbrado a calibrar diariamente qué factores mejoran la formación de los chicos y chicas, esta norma ha supuesto un jarro de agua fría. Por ejemplo, cómo se pueden atender las dificultades de aprendizaje individuales en un grupo de ESO con 36 alumnos, según se fija ahora.

¿Qué propuestas de calidad se pueden realizar en un taller de Tecnología, en un laboratorio, en un aula de Informática, con ese número de alumnos? Bien es cierto que estamos en medio de una grave crisis económica, pero la cuestión fundamental es si es ético recortar la formación de las generaciones más débiles. Máxime, sabiendo que estas medidas van a impactar más gravemente sobre las clases más desfavorecidas.

A los universitarios, con la restricción a la concesión de becas y el aumento de las tasas de matrícula, también las cosas se les ponen más difíciles. Dos medidas que, al igual que antes, afectarán fundamentalmente a los sectores con menos recursos económicos. De facto, esto convierte en papel mojado el artículo 27 de la Constitución Española, que establece que los poderes públicos garantizarán el derecho de todos a la educación. Como sociedad, debemos elegir qué cosas deberían ser intocables en los momentos difíciles; si elegimos la educación, estamos apostando por una sociedad, a priori, con las mismas oportunidades para todos, pero asimismo por un potente factor de crecimiento económico.

Las condiciones laborales de los docentes también se resienten, aumentan en dos las horas lectivas. Ahora, el aprendizaje del alumnado se logra esencialmente con actividades creativas. Pero éstas llevan un tiempo de reflexión en casa. Es decir, la enseñanza no es una cuestión de cantidad, sino de calidad; que se deteriorará si no ponderamos bien cómo, legislativamente, distribuimos el horario laboral del enseñante.

Además, el señor Wert también se lo ha puesto más difícil a los alumnos de bachillerato, a la FP y a las sustituciones del profesorado. En definitiva, las quinientas personas que se echaron a las calles de Arrecife el pasado 22 de mayo, tienen motivos suficientes para estar preocupados por los recortes educativos.

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