“Menos fotos, Caperucita”

16 de diciembre de 2022 (19:35 CET)
Actualizado el 8 de noviembre de 2024 (07:28 CET)

Aquella frase de “menos lobos, Caperucita” que utilizamos cotidianamente para señalar o identificar exageraciones o atribuciones que no corresponden, pudiera perfectamente mutarse a una que tratara de significar la competición en crecimiento que se asienta en el día a día de la clase política insular.

Es habitual, al abrir la prensa digital de la isla o las redes sociales de nuestras responsablAs públicas (que no se nos moleste nadie) ver fotos de la alcaldesa de Arrecife o la presidenta del Cabildo en el mismo lugar y haciendo el mismo anuncio con una sola diferencia: los gabinetes de prensa de ambas instituciones se afanan por cambiar el sujeto activo de los verbos adjudicar, proyectar, reclamar o planificar.

Pareciera que a escasos 5 meses de unas elecciones, ambas dirigentes se afanan por vender como propias acciones o intervenciones que, si profundizamos en el contenido de la noticia, se quedan en meros compromisos que, ni la una ni la otra, verán cumplidos en el presente mandato.

Las viviendas de Maneje, las obras de la calle Manolo Millares, la mejora de la calle Tenderete o la obra de pluviales en la calle Portugal, son claros ejemplos de ello. Noticias anunciadas en distintos días por ambas instituciones adjudicándose como propias unas obras que ni siquiera está previsto que comiencen en esta legislatura. Una realidad fotográfica que para nada coincide con el escenario diario que las personas que residimos en Arrecife vivimos en nuestras calles.

Mientras Loly y Astrid, Astrid y Loly, se disputan la foto de lo que vendrá con el titular en tiempo verbal equivocado, en Arrecife seguimos andando por aceras inacabadas, rodando nuestros coches por carreteras sin asfalto o paseando a oscuras y de noche por calles que se inundan cada vez que llueve para dirigirnos a nuestras casas, por las que cada vez pagamos más alquiler, mientras rezamos para no tropezar y evitar tener que ir a un centro de salud que sólo existe en sus titulares.

Y esta es su política: la de Loly y Astrid, Astrid y Loly, una política de titulares engañosos, fotos grandilocuentes y la pelea diaria por ver quién consigue un “me gusta” más en redes por unas acciones que no son reales y unas realidades que sus ojos de presidenta y alcaldesa, alcaldesa y presidenta, tanto monta monta tanto, no llegarán a ver en este mandato.

Y por último, la traca final. Clama al cielo, o donde sea menester, que unas administraciones que carecen de sus instrumentos de planeamiento, pagan mal y tarde sus facturas a proveedores o desatienden sus servicios sociales más esenciales, contraten asesores y personal de confianza con perfiles de fotógrafos, camarógrafos o comunity manager con el único requisito de formación o curriculum de llevar carnet de ser candidato del partido de turno a cualquier administración. Sin duda, dice mucho de las prioridades de quienes firman sus decretos de nombramiento.

Miles y miles de euros del dinero de todos que, en lugar de nutrir a la administración de abogados, economistas, urbanistas o trabajadores sociales que busquen soluciones a los problemas de nuestra ciudad, ponen a disposición de Astrid y Loly, Loly y Astrid, a títeres y marionetas útiles a sus intereses, que las retraten bien en la foto y les escriban comentarios bonitos en las redes sociales.

Astrid y Loly, Loly y Astrid, nos enseñan cada día que lo importante no es Arrecife o ni siquiera la ciudadanía, sino parecer que se hacen muchas cosas y que es cada una de ellas, y no la otra, la ejecutora.

Qué recuerdos los de aquellos tiempos en que los políticos inauguraban cosas, abrían espacios o daban comienzo a servicios, días en los que las fotos eran reflejo del trabajo y evidencia de nuevas realidades y no construcciones artificiales de una realidad de la que sólo viven ellas y sus bien pagados e inútiles asesores (adjetivo referido a la escasa utilidad que para la ciudadanía tienen sus perfiles profesionales y laborales, entiéndaseme bien).

Y acabo como empecé con aquella frase de “menos fotos, Caperucita”. Astrid y Loly, Loly y Astrid, menos fotos y, por favor, trabajen para ayudar a Lanzarote y Arrecife a salir del armario en el que Caperucita y los lobos las tienen encerradas.

 
 
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