Marcos Bergaz se muestra, tras 60 días en su flamante puesto de Consejero de Política Territorial, con un discurso básico, trivial, carente de contenido. Cuatro datos más o menos ordenados que repite cual mantra, para gloria y gusto de los que desconocen esos cuatro datos. Que ya es desconocer.
El señor Consejero de Política Territorial de Lanzarote dice una cosa, pero hace otra. Mal camino para quien pretende mantener una posición pública durante un tiempo algo superior a una semana. Se puede mentir a uno o un tiempo, pero nunca a todos y todo el tiempo, y menos en materia de ordenación territorial, donde el Cabildo obtuvo un sobresaliente gracias a las personas que el socio de gobierno se ha encargado de apartar, y que Marcos mantiene apartados.
Marcos no sabe que hay personas íntegras y que no todos se prestan a cambiar de color para adaptarse al medio. El color que predomina en el Cabildo es el color del miedo. Mal lugar para un cobarde.
Bergaz habla de la desclasificación de camas, pero autoriza dos nuevos hoteles, después de 10 años sin aprobar una sola cama en Lanzarote. Marcos Bergaz habla de consenso, pero nos enteramos de la autorización de 900 camas nuevas por la prensa. Marcos habla de unanimidad, pero para aprobar nuevos hoteles sólo se hace acompañar de su grupo de gobierno. Marcos habla de los éxitos judiciales del Cabildo, pero no insta la ejecución de las sentencias. Marcos habla de cumplimiento de la legalidad, pero sostiene las ilegalidades con sus actos. Bergaz habla de acuerdo, pero ofende a los llamados a acordar. Marcos habla de dedicación a Lanzarote, pero dedica su tiempo a clavar sus posaderas en el sillón del poder a costa del interés general. Marcos habla de legalidad al tiempo que hace campaña por la unificación de criterios, ¿qué clase de derecho te saltaste, Marcos?
Marcos Bergaz es el nuevo Joaquín Caraballo. La satisfacción del cargo que ocupa invade todo su ser. Su forma de andar, de expresarse, de moverse, de sesear… delata horas delante del espejo, expresión impostada, discursos aprendidos, movimientos ensayados, actor político. Cuando no eres más que lo que aparentas ser, eres una impostura.
Su sillón costó el único acto de dignidad que ha mostrado el PSOE conejero en años. Una bajada de pantalones sin precedentes. Para ese viaje era mejor no llenar las alforjas. Caro, muy caro. Pero el señor Consejero le saca provecho en tiempo récord, ya sueña con ser el próximo presidente socialista y se ha puesto manos a la obra, convirtiéndose en la herramienta más útil de Coalición Canaria, y por ende, de Juan Francisco Rosa.
No es que sea torpe políticamente hablando, ni siquiera puede decirse que sea un indocumentado, es un impostor porque no está a la altura del cargo que ocupa y lo sabe, de ahí su debilidad, como también sabe que su mayor esfuerzo va a ser el de mantenerse en el cargo que ocupa.
A Marcos alguien tendría que decirle que deje los discursos grandilocuentes, los dichos populares y el falso consenso para los escolares de primaria, porque tras sesenta días en el cargo, ya es transparente su vacuidad.
Impostor: Que dice ser quien no es, que finge o engaña con apariencia de verdad.