Lanzarote vota NO a la corrupción

Lanzarote dio toda una lección el pasado domingo de lo que quiere pero, sobre todo, de lo que no quiere. Pese a la baja participación y a la alta cantidad de votos blancos y nulos, todas las personas llamadas a las urnas en Lanzarote, ...

27 de mayo de 2011 (15:11 CET)

Lanzarote dio toda una lección el pasado domingo de lo que quiere pero, sobre todo, de lo que no quiere. Pese a la baja participación y a la alta cantidad de votos blancos y nulos, todas las personas llamadas a las urnas en Lanzarote, ...

Lanzarote dio toda una lección el pasado domingo de lo que quiere pero, sobre todo, de lo que no quiere. Pese a la baja participación y a la alta cantidad de votos blancos y nulos, todas las personas llamadas a las urnas en Lanzarote, tanto las que se han abstenido como las que de una manera u otra han emitido su voto, han dejado esta vez un mensaje muy claro. Un mensaje de una sociedad que ha evolucionado, y que ya no se deja convencer con garbanzadas, conejitos de peluche o coches tuneados.

Puede que Lanzarote también votara con el corazón, como pretendía el PIL, pero sobre todo lo hizo con la cabeza, y dio un monumental castigo a los partidos que se han visto envueltos en escándalos de corrupción. Y es que una cosa es que cualquier formación pueda tener "ovejas negras" en sus filas, y otra muy distinta que un partido al completo se obstine en justificar el delito.

La isla ha dejado claro que ya no le convencen los mensajes victimistas. Ni los que acuñó Dimas Martín, y ahora siguen explotando sus herederos, ni los que durante años ha utilizado también el PNL, para justificar lo injustificable en el municipio de Yaiza.

En el sur, la prioridad de los votantes parece haber sido la de dar un voto de castigo al legado de José Francisco Reyes. A un ex alcalde que aunque luego se retractó, llegó a confesar en los Juzgados que cobró sobornos por conceder licencias ilegales a hoteles de Playa Blanca.

Su entonces concejal de Urbanismo, José Antonio Rodríguez, encabezaba esta vez la lista del PNL en el municipio. Y es que el partido, lejos de desmarcarse de lo sucedido, ha intentado seguir chapoteando en "teorías del papelito", con sus principales líderes a la cabeza. Y por ahí, los ciudadanos no han pasado.

Al descalabro en Yaiza, donde el PNL ha pasado de primera a tercera fuerza, quedándose con sólo 2 concejales de 17, se suma el duro castigo que ha recibido el partido en Arrecife, donde Pedro de Armas ha perdido uno de los dos ediles que tenía, y especialmente en el Cabildo de Lanzarote. Y es que en la Corporación insular, el PNL ha desaparecido, perdiendo sus dos consejeros y dejando fuera de las instituciones al presidente del partido, Juan Carlos Becerra.

Tal como pedía el PIL, en su ya tradicional y preocupante falta de respeto a los tribunales de Justicia, los ciudadanos han dictado sentencia, y lo han hecho contra estas dos fuerzas. Y en el caso del PIL, le han condenado a la oposición y casi a la desaparición. De las aplastantes victorias de otros tiempos, ha pasado a ser un partido casi residual o inexistente en casi toda la isla, a excepción del municipio de Yaiza.

El PIL dijo por activa y por pasiva que no iba a renunciar al legado de Dimas Martín, pero la sociedad sí ha mostrado su clara renuncia a esa forma de hacer política y a la figura de un delincuente reincidente. El mayor castigo ha llegado en su feudo, Teguise, donde los resultados han rozado la humillación, con la victoria aplastante del candidato de CC, Oswaldo Betancort, y donde les han adelantado incluso otras fuerzas, como el Partido Popular.

Y por supuesto, monumental ha sido también el castigo en Arrecife, donde cuatro de los siete concejales que tenía el PIL en esta legislatura fueron detenidos, y algunos llegaron a confesar que el cobro de sobornos en el partido era "una costumbre". Y eso sin olvidar el escándalo del "Kilo Solidario", destapado en su momento por La Voz de Lanzarote, que levantó ampollas en la sociedad, al ver cómo una tonelada de alimentos que se había recolectado con la buena fe de los vecinos, se esfumaba sin dejar rastro.

Ante esta situación, las personas que sí han acudido a las urnas han apostado por un cambio, convirtiendo a Coalición Canaria y al PP en primera y segunda fuerza de la isla, registrando ambas una subida espectacular respecto a pasadas elecciones. Y todo ello, de la mano también de la derrota del Partido Socialista, que sin duda se ha visto arrastrado por el monumental castigo al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en toda España.

En cualquier caso, el partido también tendrá que hacer lecturas de los resultados en la isla. Y es que nuevas apuestas del PSOE, como el cabeza de lista de Arrecife, José Montelongo, han conseguido "salvar los muebles" dentro de la derrota, y superar en votos a otros candidatos que aspiraban a repetir en el cargo.

De eso, todos los partidos deberán tomar también buena nota, porque el mensaje que han dejado las urnas es el de un voto muy consciente, en el que muchos ciudadanos han apoyado a un partido por ejemplo al ayuntamiento, y a otro distinto al Cabildo o al Parlamento. Y sobre todo, tendrán que tener todos claro que no bastará con que se acerquen a los ciudadanos dentro de cuatro años, cuando vuelva a haber elecciones. Los comicios han demostrado que los votos no tienen dueños eternos, y que puede haber vuelcos tan espectaculares como los que se han producido en estos comicios.

La sociedad va a estar vigilante, y ha aprendido de la experiencia y los errores del pasado. Lo suficiente para desterrar a aquellos que han subestimado su inteligencia, burlándose de la Justicia, y que han sufrido los mayores castigos. Afortunadamente, pese al mensaje que han intentado transmitir algunos, los ciudadanos tienen claro que los malos no son los jueces, ni los fiscales, ni los cuerpos especiales de la Guardia Civil y la Policía Nacional que han investigado y destapado auténticos escándalos en la isla. Ni por supuesto los pocos medios de comunicación que han mantenido una línea firme y decidida contra la corrupción en Lanzarote.

Pese a la alta abstención, o precisamente también por ella, la isla ha dejado claro que quiere un nuevo rumbo, y en manos de las fuerzas más votadas está ahora escuchar ese mensaje.

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