Lanzarote no es Lampedusa, señor alcalde

17 de febrero de 2025 (10:37 WET)

Querido Yonathan de León, alcalde de Arrecife, le escribo con la misma preocupación con la que una madre observa a su hijo cuando dice que "no tiene sueño" y a los cinco minutos está roncando en el sofá. O sea, con paciencia, pero con un puntito de resignación.

Verá, el otro día me topé con sus declaraciones sobre la supuesta "avalancha permanente de migrantes" que, según usted, tiene a Lanzarote colapsada. Y claro, me entró un déjà vu. Porque esto ya lo hemos visto antes: políticos sacando la carta del miedo, pintando cuadros apocalípticos con brochazos de ultraderecha, mientras los problemas reales de la isla siguen sin resolverse.

Seamos claros. Lanzarote no está colapsada por la inmigración. Está colapsada por la falta de planificación, de inversión y de gestión eficiente. Los problemas con la vivienda, el sistema sanitario o el transporte público no los han traído los migrantes en patera, sino años de políticas cortoplacistas y de prioridades que no siempre han estado donde deberían. Pero claro, culpar a quienes huyen del hambre, la guerra o el cambio climático es más fácil que asumir responsabilidades. Es una estrategia política tan vieja como el hilo negro.

Y lo de comparar Lanzarote con Lampedusa… ay, señor alcalde, si le pagaran cada vez que usa una hipérbole, la isla tendría mejores carreteras. Para su información, Lampedusa tiene 6.000 habitantes y ha recibido en un solo día más de 7.000 personas migrantes. ¿En serio me va a decir que la situación es la misma? Porque si es así, además de un problema de discurso, tenemos un problema de aritmética básica.

La migración no es una invasión. Es un fenómeno social que lleva ocurriendo toda la vida. De hecho, muchos canarios también emigraron cuando la situación aquí era insostenible. Quizás convendría recordar que si nuestros abuelos hubieran sido tratados como usted sugiere que tratemos a los migrantes, otro gallo nos cantaría.

Y ya que hablamos de recordar, no está de más mencionar que antes de ser alcalde, usted era carnicero. Lo cual está muy bien, porque la carne es fundamental en cualquier dieta y todo trabajo es digno. Pero quizás, señor de León, en lugar de cortar filetes de realidad a su antojo para alimentar un discurso alarmista, podría usar su nuevo puesto para garantizar que la gestión pública no termine siendo un embutido de incompetencia y oportunismo.

Por otro lado, tampoco nos llevemos las manos a la cabeza. No es ninguna sorpresa que intente desviar la atención con estos discursos, sobre todo cuando su propio partido anda metido en más líos internos que un culebrón venezolano. Porque claro, es mucho más fácil soltar titulares sensacionalistas que explicar por qué la derecha en Canarias parece más ocupada en sus batallas internas que en resolver los problemas reales de la gente.

Señor de León, menos Lampedusa y más rigor. Y si de verdad quiere hacer algo útil por la isla, empiece por ordenar su propia casa antes de señalar a los demás.

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