La respuesta está en el viento (I)

Diego Arrebola Gómez
4 de agosto de 2014 (15:18 CET)

En los años 60 del pasado siglo, Bob Dylan compuso dos canciones tituladas "Los tiempos están cambiando" y "La respuesta está en el viento". Ambas vienen muy bien para la situación en que nos encontramos. Los tiempos están cambiando y las respuestas para esos cambios están flotando en el viento. La crisis, la corrupción, el 15M, el fenómeno Podemos, etc., son suficientes señales como para penetrar en las narices más pertinazmente cerradas.

Cualquier persona, con pituitaria no atrofiada, percibe los olores que se esparcen aquí y allá y que no soplan como brisa, sino como viento fuerte que puede convertirse en huracán. Pero mucho me temo, que los que más deben percibir los aromas, padezcan sinusitis crónica y no los capten bien, o lo hagan de forma interesada y equivocada.

Yo, humildemente, voy a describir cuales son los perfumes que percibo. Son tantos (soberanía popular, reforma educativa, reforma de la justicia, fin de la corrupción y de la impunidad, competencia, responsabilidad, transparencia...), que necesitarían de un libro, pero voy a intentar resumirlos esquemáticamente en algunos artículos.

Los pilares básicos de la regeneración democrática para mí son dos: la recuperación de la soberanía por el pueblo y una reforma profunda de la educación. En este artículo voy a hablar del primero.

Ya he escrito en otras ocasiones que la soberanía no la tiene el pueblo, aunque la constitución así lo reconozca. No, porque los programas que votamos en las elecciones no están obligados a cumplirse por ley y porque las consultas en referéndum, que yo recuerde, sólo han sido dos: constitución y entrada en la OTAN.

Así nos encontramos con que los políticos, al no asumir ninguna responsabilidad con el cumplimiento de los programas, pueden intentar en campaña vendernos una moto que saben que no existe. ¿Cómo se resuelve el problema? Entiendo que hay dos maneras: más democracia directa (referéndum frecuentes con los temas de verdadera importancia), y obligatoriedad del cumplimiento de los programas, con una ley que sancione si no se hace.

En cuanto a la democracia directa, creo que cada vez estamos más cerca de poder volver al ágora griega (lógicamente no igual, sino con los avances de 25 siglos). Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación lo van haciendo posible. Yo concibo la democracia del futuro como la inversión de la pirámide de la democracia representativa. Si ahora el pueblo, que es la base, vota para elegir representantes en los que delega la acción política; en el futuro, entiendo que, los ciudadanos harán la política y la cúspide serán meros administradores que plasmarán lo acordado por todos.

La mejor solución que conozco para los problemas que tenemos es más democracia. Si en la trinchera se pasa frío y hambre, los que lo saben son los que viven en ella. El estado mayor, que está bien alimentado y con calefacción, es imposible que sienta las mismas necesidades.

Copio el comienzo de la canción de Bob Dylan "Los tiempos están cambiando":

"Vamos, reúnanse todos

En donde quiera que estén

Y admitan que las aguas

a su alrededor han crecido

Y acepten que pronto

Habrán de estar empapados hasta los huesos

Si vale la pena salvar

Los tiempos en los que viven

Entonces es mejor que empiecen a nadar

O se hundirán como una piedra"

Puesto que los tiempos están cambiando

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