La corrupción vuelve a temblar

"Era una mafia". Ésa es la demoledora frase que han escuchado esta semana la jueza y el fiscal que instruyen la causa por la trama de las licencias ilegales de Playa Blanca. Y es que después de tres años de investigación, en los ...

16 de abril de 2010 (15:52 CET)

"Era una mafia". Ésa es la demoledora frase que han escuchado esta semana la jueza y el fiscal que instruyen la causa por la trama de las licencias ilegales de Playa Blanca. Y es que después de tres años de investigación, en los ...

"Era una mafia". Ésa es la demoledora frase que han escuchado esta semana la jueza y el fiscal que instruyen la causa por la trama de las licencias ilegales de Playa Blanca. Y es que después de tres años de investigación, en los últimos meses están dando pasos de gigante. Primero, aunque luego se retractó, con la propia confesión de José Francisco Reyes. Ahora, con la declaración de un testigo que ha decidido dar un paso adelante y ha denunciado que el ex alcalde de Yaiza recibió nada menos que 500.000 euros por entregar licencias a una empresa vasca en el Plan Parcial Playa Blanca.

Presuntamente, medio millón de euros por construir unas cuantas viviendas, que suponen sólo una ínfima parte de los multimillonarios negocios que se hicieron en el sur durante el mandato de José Francisco Reyes. Y por eso, pensar en las cifras que se podrían haber manejado durante ese tiempo provoca hasta mareos.

Lejos quedan ya las "teorías del papelito" y las manías persecutorias del ex alcalde. A la espera de que termine la instrucción de este caso y se emita la oportuna sentencia, lo cierto es que la investigación se ha ido armando de pruebas y, sobre todo, ha puesto sobre la mesa que quienes sostenían que no era posible que un alcalde entregara decenas de licencias ilegales sólo porque sí, o por el placer de destrozar la costa de Playa Blanca, no estaban locos. Que no era descabellado ni retorcido pensar que había muchos más intereses detrás de todo eso.

Sin embargo, llegar hasta aquí ha sido una labor de auténtica ingeniería judicial. La misma que lleva ya dos años aplicando el Juzgado de Instrucción Número 5, en este caso con la Operación "Unión". Y es que en ambos procesos, pese a la falta de medios, pese a los refuerzos que no llegan y pese a los obstáculos que han ido encontrando en el camino, han conseguido mostrar un crudo reflejo de la realidad que ha sufrido Lanzarote durante años. Tantos, que deshacer las madejas de corrupción que se habían ido tejiendo era casi una tarea de titanes, que hasta ahora nadie se había atrevido o nadie había querido a abordar.

Pero ahora, las cosas han cambiado y se empiezan a ver los frutos, cada vez con mayor claridad. Y es que pese a los rastros que se han intentado borrar y los entramados que algunos construyeron para quedar a salvo y dejar expuestos sólo a los cabezas de turco, la impunidad podría llegar a su fin. O al menos, las noches de dormir tranquilos, si es que alguna vez las tuvieron.

Con rumores crecientes de un nuevo zarpazo de la Operación "Unión", que lleva meses trabajando en silencio y mantiene aún una importante parte de su sumario bajo secreto, y con los avances en el caso de la trama de las licencias de Playa Blanca, resulta evidente que la labor judicial no ha hecho más que empezar.

Y para eso, también está siendo clave la participación de testigos, denunciantes y personas que se están decidiendo a romper un silencio que ha durado demasiados años. El silencio de muchas personas que saben lo que ha estado sucediendo en esta isla, y que tendrían mucho que decir para poner punto y final.

En el caso del último testigo que ahora acaba de declarar en el Juzgado de Instrucción Número 2, fue ver la detención de Reyes lo que le lanzó a acudir a Fiscalía a denunciar los hechos que presuntamente había vivido, pese a que asegura que había recibido amenazas para que no contara lo que sabía. Y como éste, muchas otras personas se están lanzando a hablar, bien porque han decidido sumarse a la lucha contra la corrupción o, como sucede con algunos de los imputados de la Operación "Unión", simplemente porque ya se han visto salpicados y se han decidido a colaborar.

Pero sea por unos motivos o por otros, todos los que están sumando fuerzas con los responsables de las dos grandes operaciones contra la corrupción en Lanzarote están consiguiendo que los que han estado detrás de los grandes "negocios" de esta isla vuelvan a temblar.

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