Para los que hemos tenido algo de curiosidad o seguido la política insular y de la capital de los últimos 30 años, huele a podrido este déjà vu. Huele a podrida la historia que se repite con distintos actores pero en el mismo lugar, la misma dirección política y el mismo objetivo.
Huele a podrido que sean los mismos, los que llevan 30 años retrasando el planeamiento en Lanzarote y Arrecife agarrados a peregrinas excusas y quienes pretenden, una vez más, retrasar la aprobación de los documentos de planeamiento de esta isla y su capital.
Huele a podrido que haya alcaldes que inician pero no acaban los procedimientos, concejales que dirigen una cosa que luego alegan comisiones del territorio interminables sin ningún fin más allá que el de retrasar, consejeros que preparan un documento para luego criticarlo, campañas mediáticas orquestadas y dirigidas a paralizar y sembrar la duda sobre documentos que conocen hace meses y con secuencias de noticias para tratar de evidenciar "falsos atentados contra el territorio", y despachos de abogados que se frotan las manos por pleitos que irán poniendo a las instituciones, o defendiéndolas en otros casos, con suculentos contratos, por tener documentos en vigor obsoletos que atentan contra los derechos de los ciudadanos e incumplen con las normativas y leyes aprobadas con posterioridad.
Huele a podrido que sean los mismos medios y colectivos los que una vez tras otra desmigajen los documentos planteados para buscar falsos pelotazos o anunciar Apocalipsis ambientales que se demuestra con el tiempo que nunca existieron.
Huele a podrido que sea un órgano de un partido político y sus todopoderosos titiriteros y no los ciudadanos, ni sus representantes los que deciden si avanza o no un procedimiento.
Huele a podrido que los de "la nueva política" debatan en cafeterías y despachos varios con los titiriteros de siempre sobre los documentos que deben regir la evolución de esta sociedad, que antes y después de ellos ha demostrado su compromiso con la isla y sus valores por encima de los que sólo lo pregonan.
Huele a podrido que sean siempre los "mismos" los que quieren tomar las decisiones y los que se niegan al avance, agarrados a una falsa defensa del territorio.
Huele a podrido que volvamos al punto de inicio de esta legislatura y que, en lugar de hablar de futuro, de modelo o de capital o isla, se hable de quién expone el documento, quiénes lo conocieron primero o de la ruleta de las lealtades.
Huele a podrido que los mismos que defienden la trasparencia del documento sean los que no quieren que se conozca, y huele a podrido que sean ellos los mismos que, de alguna forma, han hecho llegar a sus amigos y medios afines antes que al resto, unos documentos que reprochan a otros que exhiban a todo el mundo.
Huele a podrido que determinados medios de comunicación lleven meses desgranando aspectos de los documentos, que se supone que nadie tenía, por capítulos y buscando siempre las mismas excusas, aludiendo a falsos atentados paisajísticos y espurios intereses que, tal vez y sólo tal vez, sean precisamente lo que tratan de tapar con esas publicaciones.
Huele a podrido que no piensen en los vecinos de Los Diseminados, en las personas que necesitan viviendas sociales o en las necesidades de infraestructuras sanitarias, educativas o sociales en los barrios o que no desgranen en fascículos cómo posibilita el Plan Insular a las zonas de acampada, al suelo agrícola o ganadera, las grandes infraestructuras insulares, el circuito de rallyes, la solución al acceso al aeropuerto o la planificación global del mapa de carreteras.
Pero, sobre todo, HUELE A PODRIDO que nunca nadie responda a la pregunta de ¿QUIÉN ES QUIÉN GANA CON QUE ESTA ISLA Y SU CAPITAL NO AVANCEN?
Lanzarote, Arrecife y sus ciudadanos merecen YA unos documentos de planeamiento modernos, adaptados a la legislación y que cubran sus necesidades. Que den respuesta a los problemas históricos de esta isla y su capital y que las instituciones perdamos las fobias a aprobar inicialmente unos documentos, siendo conscientes de que lo único que esto significa es que la gente podrá conocerlo y alegar lo que estime conveniente.
HUELE A PODRIDO QUE ALGUNOS SIGAN EN LA FILOSOFÍA DE QUE TODO SIGA COMO ESTÁ PARA QUE LOS QUE ESTÁN BIEN, SIGAN ESTÁNDOLO.
Nothing changes if nothing changes…
Echedey Eugenio, consejero de Política Territorial