Lástima que el curso escolar haya acabado. Para el alumnado de Plástica en la ESO o el del Bachillerato de Artes, hubiese sido una buena actividad extraescolar el visitar la FCM. La exposición César Manrique. El taller de ...
Lástima que el curso escolar haya acabado. Para el alumnado de Plástica en la ESO o el del Bachillerato de Artes, hubiese sido una buena actividad extraescolar el visitar la FCM. La exposición César Manrique. El taller de los sueños, engloba varios aspectos que los artistas en ciernes deberían conocer de éste: instrumentos de trabajo, metodología, vida, obra, visión personal sobre algunos temas? Como consuelo queda que dicha exposición permanecerá abierta hasta enero de 2013.
Cuando se observan las agendas de César, su escritura firme refleja una personalidad decidida, seguro de sí mismo. Las numerosas citas de toda índole, dan muestra de una energía desbordante que era muy apreciada socialmente. Posiblemente, Manrique interpretó a la perfección cuál debía ser su papel en la sociedad y en el momento que le tocó vivir. Esta clarividencia, hacían contundentes, volcánicos, sin matices, sus posicionamientos ante los problemas que a la sazón estaban emergiendo en la Isla.
Pero me quedo, por ser necesario para los tiempos que corren, con uno de los enfoques que probablemente haya destapado esta vez la Fundación: resaltar el culto al trabajo que existe detrás de la obra de César. En su taller, la inspiración se convertía en arte, pero éste iba de la mano del esfuerzo, de la perseverancia. En la segunda de las mesas redondas sobre la vida de César, Luis Morales relataba el enorme reto técnico que supuso la creación de los Jameos del Agua. Por ello, no sería mala idea que además de a la estética, en los CACT del Cabildo, se dejara un espacio permanente mostrando cómo, en aquellos tiempos precarios, se construyeron éstos.
Lo mismo se podría hacer en Inalsa, en el Parque Eólico de Los Valles, en alguna de las pocas salinas de la Isla que quedan? De esta forma, aparte de un inestimable recurso educativo para nuestros escolares, estas exposiciones permanentes nos harían valorar el sacrificio y el tesón que han puesto sobre la mesa los que nos precedieron (del cual, los políticos más crápulas que hemos padecido, se han aprovechado miserablemente).
Más que el propio campesino de Lanzarote, quizá lo que atrapó a Manrique de éste fue su enorme laboriosidad. Ha vuelto a acertar la Fundación, otra vez en la figura de César puede estar la pista de lo que es necesario ahora: trabajar duramente.
