Es tal el aturdimiento de la derecha española que a pesar de haber sido traicionada por el Partido Popular, y sirvan como ejemplos de dicha traición la no derogación (teniendo mayoría absoluta) de la ley de Memoria Histórica, o la no derogación de la ley del aborto de plazos, o el desprecio a las víctimas del terrorismo, o la transigencia ante la política de inmigración europea y la consiguiente invasión musulmana, o el dontancredismo en la gestión del 9-N, del 1-O y en la aplicación del ridículo 155, todavía se aferra a la idea de seguir votando a ese Partido con la excusa de que en lo económico lo ha hecho bien. El objetivo de este artículo es demostrar que esa excusa es harto necia.
Vaya por delante que mi análisis se dirige a lo hecho por el PP y a lo que debería haber hecho desde el 2012 y no a comparar la gestión económica popular con la gestión socialista precedente, en cuyo caso sería como comparar la fast food con el ayuno involuntario. Porque tan cierto es que España estaba al borde del default a finales de 2011 y que a mediados de 2018 era la economía de la eurozona que más crecía como que el PSOE dejó 4,5 millones de parados y que el PP entregó España a Pedro Sánchez con 3,3 millones. Aunque no es menos cierto que los españoles merecíamos superar el ayuno socialista con algo más que con comida rápida barata e indigesta.
El Gobierno de Rajoy y el PP cambiaron la recesión por crecimiento, la destrucción de empleo por afiliación a la Seguridad Social, la prima de riesgo disparada por la confianza de los mercados financieros internacionales, pero, ¿cómo lo hicieron? Partiendo de la base de que no podían hacerlo peor que sus predecesores socialistas, o que cualquier cosa que hicieran sería mejor, aplicaron un esquema socialdemócrata intervencionista, es decir, incrementaron la presión fiscal, evidenciando con dicho esquema la primera de las grandes traiciones a su ideario político y a sus promesas electorales. Al mismo tiempo que subían salvajemente impuestos, intentaban teóricamente contener el gasto con los célebres recortes. Digo teóricamente porque en absoluto consiguieron el objetivo, con lo que los recortes sirvieron para que la izquierda se regocijara en lo perniciosos que eran mientras el principal indicador de su efectividad se disparaba y demostraba su total ineficacia: la deuda pública.
En resumidas cuentas, un Partido que decía ser liberal en lo económico lo que hizo fue subir impuestos y disparar la deuda pública en 400 mil millones ?, rematando su escandalosa inutilidad al haber aplicado unos recortes que solo sirvieron, a la vista de la evolución de la deuda, para que los demagogos de siempre tuvieran argumentos en su contra. Oye, ya que la izquierda te iba a machacar inmisericordemente, haber aplicado con valentía y decisión medidas reales, por drásticas que hubieran sido, para frenar el gasto y contener la deuda. Una vez más, el complejo y el buenismo se impusieron en el PP. ¿Compensa el crecimiento y la creación de empleo que consiguió el PP a la brutal deuda pública que dejó en herencia a todos los españoles? ¿Podía el PP haber conseguido el mismo crecimiento y la misma mejora en el empleo sin haber recurrido al salvaje, sin precedente en toda la historia, incremento de la deuda pública? Yo afirmo que sí podía haberlo hecho. Es más, tenía la obligación de hacerlo, y falló.
Por supuesto que en este artículo voy a mojarme, como siempre. Voy a exponer cómo pudo el PP haber conseguido los buenos indicadores económicos que consiguió sin que estos se vieran eclipsados por las inaceptables subidas de impuestos y el execrable incremento de la deuda pública, porque que el PP presente dentro de su balance estos dos lamentables parámetros, demuestra que hasta en lo económico el PP ha traicionado la ideología liberal que define a un Partido político conservador.
¿Voy a ser criticado por subir impuestos en contra de mi ideología y de mi promesa electoral? ¿Voy a ser denostado por aplicar unos recortes con los que no voy a conseguir siquiera frenar el incremento de deuda y voy a condenar a las próximas generaciones a una brutal hipoteca? Pues recorto de verdad y en 4 años bajo la deuda heredada del PSOE en 2011:
Liquido las 17 autonomías y sus 17 parlamentos y gobiernos con sus más de 500 empresas públicas autonómicas.
Elimino las prebendas de todos los expresidentes autonómicos.
Subo impuestos inicialmente para evitar pedir el rescate total al mismo tiempo que trazo y expongo un plan para terminar la primera legislatura con una carga impositiva por debajo de la heredada del PSOE en 2011.
Si el PP hubiera actuado conforme a la ideología que tenía, incluyendo en el aspecto económico, yo no estaría escribiendo este artículo.