El año de la vergüenza

Cada día es tan vertiginoso, que cuesta hasta recordar lo que sucedió la jornada anterior. Los últimos meses de este 2009 que llega a su fin han sido un auténtico torbellino de noticias, y casi ninguna de ellas buena. En medio de ...

29 de diciembre de 2009 (13:18 CET)

Cada día es tan vertiginoso, que cuesta hasta recordar lo que sucedió la jornada anterior. Los últimos meses de este 2009 que llega a su fin han sido un auténtico torbellino de noticias, y casi ninguna de ellas buena. En medio de ...

Cada día es tan vertiginoso, que cuesta hasta recordar lo que sucedió la jornada anterior. Los últimos meses de este 2009 que llega a su fin han sido un auténtico torbellino de noticias, y casi ninguna de ellas buena. En medio de escándalos judiciales, detenciones y confesiones, hasta las mociones de censura (tres en los últimos meses) han perdido a veces protagonismo.

Todas, a excepción de la de Arrecife, que fue portada en diarios nacionales como Público, y llegó a ocupar los primeros puestos en las páginas digitales de El País y El Mundo, con titulares como "el PP toma la alcaldía de Arrecife con el apoyo de dos imputados por corrupción". Y todo ello, ligado a que esa misma mañana, el Partido Popular aprobaba el Código de Buenas Prácticas, con el que intentaba dar respuesta a los escándalos que han afectado al partido con la trama caso Gürtel.

Pero mientras periódicos de toda España sacaban los colores al mismísimo Mariano Rajoy por lo sucedido en Arrecife, en esta isla un buen grupo de ciudadanos acudía al Ayuntamiento a aplaudir la increíble situación que se vivió en el salón de plenos de la capital. También hubo abucheos, es cierto. Y gritos de "abajo la corrupción". Pero las voces que se esforzaban por mostrar su indignación con lo que estaba sucediendo, eran acalladas por los que pedían "respeto". Por los que, al final del pleno, saludaban, sonreían y abrazaban incluso a Ubaldo Becerra y José Miguel Rodríguez, que llevaban siete meses sin pisar el Consistorio.

Primero, por estar en prisión provisional en el marco de la Operación "Unión", y después, por decisión propia. Porque ni su imputación, ni el hecho de haber confesado ante el juez que cobraron comisiones ilegales, y que eso era incluso una "costumbre", les ha hecho hasta ahora entregar su acta, pese a que hasta este lunes no se habían dignado a aparecer por el Consistorio.

Y por si eso no fuera suficiente falta de respeto a los ciudadanos de esta isla, encima se convirtieron en esenciales para decidir el presente y el futuro de Arrecife, dando su voto para cambiar de manos la Alcaldía de Arrecife y entregársela al popular Cándido Reguera. Alguno de sus nuevos socios, no pudo evitar que le entrara la risa (como se puede ver en los vídeos del pleno publicados en lavozdelanzarote.com), cuando el nuevo alcalde dijo que a partir de ahora las paredes del Ayuntamiento van a ser "de cristal" para garantizar la transparencia de la gestión.

Así, mientras en lugares como Marbella, los ciudadanos se echaron a la calle para mostrar su indignación a los políticos implicados en el caso "Malaya", en Lanzarote otros van a aplaudirles. Y el resto, probablemente esos mismos que forman el enorme porcentaje de abstención y voto en blanco en la isla, se quedaron en su casa o en sus puestos de trabajo.

Mientras el Juzgado de Instrucción Número 5 y el Ministerio Fiscal han dicho "basta ya", y han destapado el lado más oscuro y siniestro de un buen número de políticos, empresarios, funcionarios y hasta ciudadanos de a pie, da la sensación de que la isla no quiere seguir ese mismo ritmo.

Y tampoco el Ministerio de Justicia, que pese a la solicitud del Tribunal Superior de Justicia de Canarias y del Consejo General del Poder Judicial, ha decidido denegar el refuerzo solicitado para el Juzgado de César Romero Pamparacuatro. Un Juzgado que se ha visto totalmente desbordado para compaginar la instrucción de este sumario, de unos 15.000 folios, y el resto de causas que llegan en el día a día, incluyendo las correspondientes guardias que debe afrontar.

Si a la situación judicial, que este año también ha incluido la detención de José Francisco Reyes y la imputación de otra decena de personas en la causa abierta en el Juzgado de Instrucción Número 2 de Arrecife, por la concesión masiva de licencias ilegales en Playa Blanca, se une la deriva política y la debacle económica que este año se ha cebado con la isla, sin duda el 2009 podría pasar a la historia como uno de los peores que se recuerdan en Lanzarote.

Sin embargo, que lo sea o no depende de todos. Porque al igual que para salir de la crisis económica habrá que aprender de los errores y dar pasos firmes hacia el futuro, con el resto sucede lo mismo. Y en manos de todos, desde las instituciones que están por encima de la isla, pasando por cada uno de los políticos lanzaroteños, y terminando en todos los ciudadanos, está la posibilidad de hacer del 2009 el año del punto y final. El año que sirvió para aprender y cambiar de rumbo. El año en el que la mayoría decidió sumarse a los que estaban predicando solos en el desierto, y se unió para gritar "basta ya". Si no, será simplemente el año de la vergüenza.

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