CERRAR LOS LIBROS PARA HABLAR DE EDUCACIÓN

Así, como suena, aunque a primera vista parezca contradictorio. Ya sabemos, según nos documenta el Diccionario panhispánico de dudas, que el recurso retórico consistente en combinar dos palabras o expresiones de significado opuesto ...

19 de mayo de 2006 (03:40 CET)

Así, como suena, aunque a primera vista parezca contradictorio. Ya sabemos, según nos documenta el Diccionario panhispánico de dudas, que el recurso retórico consistente en combinar dos palabras o expresiones de significado opuesto se denomina oxímoron.

A muchos docentes nos ocurre que queremos empezar nuestras clases y no hay forma humana de lograrlo, bien porque los alumnos están hablando, no ponen atención, o salta alguno con una extravagancia que otro comenta por la gracia que le ha hecho, y así quince mil historias más. Normalmente lo que solemos hacer es mandar a callar y pretender captar su atención. A veces hay suerte y presuntamente todo transcurre con normalidad. Pero con mucha frecuencia, más de la deseada, vuelven a interrumpir porque algún alumno, normalmente destacado y brillante, tiene que comunicarle al compañero de al lado algo de suma importancia y de mayor urgencia que lo que dice el profesor, algo así como que ayer no vio a fulanita en la playa o ¿de qué te vas a comprar el bocadillo en el recreo?

Vano es el intento de pretender explicarle al alumno que esa acción no es sólo una interrupción del normal desarrollo de la clase, bien cargadita, por supuesto, de mala educación, sino que es, a la vez, un insulto al trabajo del profesor y un menosprecio evidente al interés del resto de los compañeros.

Hay profesores a los que les gusta llegar con el tiempo justo al Instituto, pero algunos llegan con cierto tiempo de antelación para hacer las cosas con más calma, tomarse un café y disfrutar un ratito de los compañeros. Ese es el caso de Juanita Delgado Morín; persona que ha entregado la mayor parte de su vida a la enseñanza, con una gran vocación por la docencia y en absoluto mezquina con su tiempo para ayudar al que lo necesite, para cooperar allí donde ella pueda aportar algo; siempre con una palabra de aliento para el compañero y siempre dispuesta a elogiar los progresos de los alumnos.

Pues fue precisamente en uno de esos ratitos antes de comenzar nuestra labor donde le escuché por primera vez esa expresión; comentó que de vez en cuando le decía a los alumnos que ese día no iban a dar Lengua Española, que cerraran los libros pues tenían que hablar. Y resulta que, lo creamos o no, hay bastantes chicos que no tienen el sano hábito de hacer uso del "por favor" o "gracias", y bastantes menos, a Dios gracias, que recurren con más frecuencia de lo humanamente deseable al lenguaje violento, altanero, agresivo y vejatorio.

Desde aquí, desde Tías, a unos trescientos metros sobre el nivel del mar y a unos trescientos metros por debajo de los más alto de Montaña Blanca, me gustaría que estas humildes letras sirvieran como pequeño homenaje, primero, a todos los que con entusiasmo se dedican a la enseñanza y, en especial, a esa querida profesora que este año se retira para disfrutar de su merecido descanso, que tanta huella ha dejado en muchos a los que ha enseñado y en todos los que han tenido la suerte de tenerla por compañera. Te echaremos mucho de menos, Juanita, los ratitos del café no serán lo mismo sin tu presencia.

"True merit, like a river, the deeper it is, the less noise it makes."

Lord Halifax

José Francisco Tejera Trejo

Profesor

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