Carta abierta a Maria Dolores Corujo

6 de febrero de 2023 (18:15 CET)
Actualizado el 6 de febrero de 2023 (19:13 CET)

De Ocurrencia a Ocurrencia y hablo porque me toca.

Habría muchas formas de empezar este artículo; algunas de ellas tan llamativas como la famosa frase del Rey emérito Juan Carlos I al presidente de Venezuela (el famoso “¿Por qué no te callas?”) mientras este largaba y largaba sin sentido ocurrencias en una reunión.

Sin embargo, dirigirme en ciertos términos resultaría impropio de mí e incluso contrario a la educación y la ética que me inculcaron mis padres, aunque  hay momentos en los que uno está a punto de perder la paciencia. Así que lo que toca es respirar hondo, reflexionar y callarse uno mismo en vez de mandar a callar el otro; al menos así me educaron mis padres.

Por eso, mejor vamos a hablar de ‘ocurrencias presidenciales’ y que cada cuál interprete lo que considere.

El momento político que estamos viviendo me obliga a pensar si realmente en política a diferencias entre la gente dedicada y con vocación de servicio público y las personas que viven de lo público y repiten cual loro con un micrófono aquello que se les ocurre y suena bien o aquello que creen que la gente quiere escuchar porque se lo comentó su amigo asesor contratado con dinero público.

Vemos, por ejemplo, cómo se nos habla de sostenibilidad y energías limpias, mientras en los últimos cuatro años no se ha instalado ni un solo vatio de energías verdes.

Vemos cómo nos hablan de consumo del territorio, mientras defienden la construcción de nuevas carreteras en vez de soterrar las existentes. 

Vemos cómo nos dicen que el cambio de modelo está funcionando porque los touroperadores irlandeses nos dan el premio de mejor destino de invierno frente a Dubai y otros destinos, cuando la realidad es que este año, si las cuentas no fallan, Lanzarote lleva 21 años, y de forma consecutiva, recibiendo este premio.

Vemos cómo nos hablan de turismo sostenible y de menos turistas, mientras anuncian alegremente que en la última feria se han conseguido más frecuencias para la isla.

Y ante todo esto nos callamos, algunos aceptamos pulpo como animal de compañía, y no gastamos energías siquiera en recordar a quienes gobiernan que no podemos aportar nada porque, total, parece que ya todo lo tienen planeado dando por supuesto que es lo que todos queremos (léase en modo irónico). Recuerden que este gobierno todo lo sabe porque tiene el don de la sabiduría suprema y por si fuera poco es palabra presidencial.

Pero hay discursos que sí debemos contestar porque cada día se repiten más en los medios por personas que saben de turismo lo mismo que yo de Ingeniería Espacial, y hablan y repiten que Lanzarote necesita un turismo de calidad como el que teníamos en los años 80, no el turismo de hoy.

Muchos de estos loros ni siquiera existían en los años 80, les suena eso de aquel turismo que gastaba mucho y daba propinas muy altas, pero desconocen que aquel turismo no es que fuera de calidad sino que tenían un nivel de vida muy alto, comparado con la miseria que se vivía en los inicios del turismo en Lanzarote.

De hecho a la llegada del turismo, el trabajador ganaba más en propinas que en sueldo porque, para un alemán, por ejemplo, 1.000 pesetas de la época no eran nada mientras que para nosotros era mucho.

En aquellos años, el turista alemán llegaba a Lanzarote con sus billetes de 500 marcos  el noruego con sus coronas.

Su moneda era tan fuerte frente a la peseta, que parecían personas muy ricas, cuando la realidad es que era como si nosotros viajásemos a un país pobre con una moneda débil y pareciésemos personas muy ricas cuando en realidad somos trabajadores mileuristas. No sé si me explico.

Por cierto, tengo que decir que muchos de esos turistas siguen viniendo a la isla cada año e incluso sus hijos y nietos vienen regularmente y recuerdan los viejos tiempos en los que todo era diferente, en especial lo barato que era todo para ellos.

Y me preocupa el discurso, no porque echen de menos aquellos tiempos donde la gran mayoría éramos pobres, donde muchos jóvenes no podían ir a estudiar sino a trabajar, y donde muchas familias ‘sacrificaban’ a sus hijos mayores empleándolos donde había trabajo para poder mandar al más pequeño a la Universidad y la familia pudiera subsistir.

Me preocupa el discurso, decía, porque ahora el PSOE de Lanzarote en su afán de protagonismo y con su presidenta del Cabildo asesorada por su amigo jefe del Gabinete de la Presidencia, han radicalizado nuestro discurso de que Lanzarote es una isla diferente, una isla en la que cuidamos nuestro medio ambiente, una isla que mantenemos nuestra esencia.

Ahora resulta que han matado el discurso y lo que están vendiendo es que el turista que viene es malo para la isla, que necesitamos turistas mejores. y dice alegremente la señora presidenta que ahora estamos apostando por un turismo de más calidad, buscando mercados en otros países, dando a entender que el turista británico no es de la calidad que Lanzarote necesita.

Los titulares sensacionalistas de algunos medios británicos no se han hecho esperar y están circulando por todas partes. El mensaje es que “Lanzarote está harta de turistas ingleses y busca turistas de más calidad en otros destinos”.

Y no sólo hablamos de la prensa, es lo que tiene el mundo de internet, todo corre y corre y hay páginas y foros en los que los turistas ingleses ya ponen el grito en el cielo porque a nuestra presidenta se le ha ocurrido decir que buscará otros mercados de turistas que gasten más en destino. Algo que dice, imagino yo, porque su amigo el asesor le dijo que lo dijera porque muchos la iban a aplaudir.

Si se hubiera molestado en mirar los propios datos del Cabildo sabría que el turismo británico es el que más gasta en destino. Sólo tiene que mirar un poquito a su alrededor y ver la cantidad de bares irlandeses e ingleses que hay en Lanzarote creando, por cierto, muchos puestos de trabajo gracias al turismo británico.

Como decía al principio, hay discursos que no tienen más sentido que ser una simple ocurrencia, en este caso una lamentable ocurrencia presidencial.

Comparto la preocupación de la presidenta por el crecimiento de la isla. La población ha crecido hasta tal punto que la vivienda se ha convertido en un auténtico problema, pero resulta que no tiene nada que ver con la nacionalidad del turista sino con la nula gestión de quien gobierna.

Coincido, y desde hace tiempo se trabaja en ello, en que en Lanzarote debería suprimirse el ‘todo incluido’, porque no es necesario en una isla que puede presumir de músculo empresarial de sobra para atender a los turistas fuera del hotel.

Pero una cosa es decir que vamos a trabajar para que el turista deje más en destino con acciones concretas y otra muy distinta, menospreciar al turismo británico como si fuera un turismo que va acabar con Lanzarote.

Por cierto, por si no lo recuerdan, cuando hablamos del poder adquisitivo del turista de los años 80, no nos damos cuenta de que aquel turista era el que se hospedaba en pequeños complejos por apenas unos miles de pesetas, pero era un turismo de masa que llegaba con libras y marcos alemanes frente a nuestra pobre peseta.

No olvidemos que llegaban a una isla de un país pobre que recientemente había salido de una Dictadura en la que mucha, mucha gente pasó hambre.

Quizás el PSOE de Lanzarote echa de menos aquellos tiempos de pobreza donde triunfaba con su discursos populistas que luego no cumplían igual que ahora.

Pero, hoy en día, si hablamos de Lanzarote en general o de Puerto del Carmen en particular, hablamos de un destino con hoteles de 5 estrellas, donde el turista paga hasta 400 euros la noche, o un destino con villas turísticas que valen miles de euros a la semana.

No sé a ustedes, pero eso a mí me parece mucho dinero. Y digo yo, que si tienen miles de euros para pagar una villa quizás es porque se trata de un turista de mucho poder adquisitivo, al menos frente al ciudadano de a pie.

Así que por favor, señora presidenta, no repita como un loro todo lo que le dicen sus asesores pagados con dinero público por muy bien que suene, y si quiere hablar de turismo pregunte a los profesionales que hay en la isla. Ellos  le darán consejos gratis.

Así que si su última ocurrencia presidencial es declarar Lanzarote saturada de turismo recuerde que eso es lo mismo que decir a todos nuestros turistas que somos un destino masificado y que es mejor no venir.

Intente ser un poco más humilde y hablar sólo cuando es necesario, no vaya a ser que al final tengamos que decirle lo mismo que el rey emérito al presidente de Venezuela.

 

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