No me resulta fácil escribir esta carta abierta para dirigirme a los vecinos y vecinas de Arrecife, ciudad de la que he tenido el honor de ser alcaldesa durante los últimos cuatro años. La primera vez el 15 de junio de 2019 y, recientemente, hace apenas unas semanas tras las elecciones municipales del pasado mes de mayo. Un cargo, el de Alcaldesa, al que finalmente he decidido renunciar.
Posiblemente esta haya sido una de las decisiones más complejas que he tenido que adoptar en mi trayectoria política, que sin duda han sido muchas a lo largo de todos estos años. Y reconozco que es una de las más difíciles que he afrontado porque cualquier resultado no evita que me sienta con el corazón dividido.
Se que el descrédito que siente una parte de la ciudadanía por la clase política llevará a muchos a pensar y decir, porque ya lo he escuchado antes, que esto va de buscarse el mejor echadero posible para los próximos cuatro años. Y, aunque es legítimo ese pensamiento, no puedo por menos que rechazar esa visión reduccionista y falsa que están haciendo algunos.
Creo que soy una persona que a lo largo de mi vida he demostrado que buscar mi comodidad personal no ha sido ni mi guía ni mi objetivo. Si así fuera, ni siquiera hubiese aceptado ser candidata a la Alcaldía de Arrecife, uno de los mayores retos al que accedí a enfrentarme por primera vez hace ya ocho años y cuyo compromiso no dudé en renovar en dos ocasiones más.
Y aunque lo más cómodo por aquel entonces hubiese sido quedarme en el Cabildo, una institución cuyo funcionamiento ya conocía, en la que estábamos haciendo una muy buena labor y que cuenta además con más músculo y mejor engranaje administrativo que el Ayuntamiento; creí que la ciudad de Arrecife se merecía una oportunidad tras décadas de mala gestión y acepté el reto que ello suponía. Tras cuatro años en la oposición viendo que no se ponía remedio al descalabro de la ciudad, entendí que lo que debía hacer era poner mi granito de arena para recuperar y reactivar Arrecife. Y a ello me he dedicado en cuerpo y alma durante los últimos cuatro años de mi vida.
No voy a negar lo duros que han sido estos cuatro años pero me reconforta saber que ha valido la pena y que Arrecife ha comenzado por fin a despuntar. Y ha sido precisamente ese temor a desandar el camino recorrido y mi empeño en culminar el proyecto que tenemos para la ciudad, lo que me impulsó a continuar.
Ahora, cuando arranca un nuevo mandato, la vida me ofrece la oportunidad de ostentar la Presidencia del Parlamento de Canarias, máximo órgano de relación institucional con el resto de los órganos políticos autonómicos y estatales. Un cargo que en ningún momento he solicitado y que ni siquiera se me había pasado por la cabeza a lo largo de mi trayectoria política, quizás por inalcanzable y porque nunca antes un parlamentario por Lanzarote había ocupado la presidencia de la Cámara regional.
Y sí. Reconozco que en mi decisión de aceptar este nuevo reto ha tenido mucho que ver el hecho de que por primera vez en la historia, y tras diez legislaturas parlamentarias, Lanzarote y La Graciosa vayan a presidir, en cierto modo, la cámara autonómica con independencia de que sea yo la persona propuesta por el presidente del PP de Canarias, Manuel Domínguez, al que tengo que agradecer que haya confiado en mí para esta tarea.
Y como les decía al principio, ni la tesitura ni la decisión ha sido fácil pero creo sinceramente que hago lo más correcto en este momento. Por un lado porque no puedo dejar que Lanzarote y La Graciosa pierdan esta oportunidad histórica y, por otro, porque sé que Arrecife se queda en muy buenas manos; en manos de una persona que ha trabajado conmigo codo con codo, que conoce el ayuntamiento por dentro, que ha visto y participado del proceso de cambio de esta ciudad, que sabe cómo hay que hacer las cosas y que está al día de todos los expedientes y proyectos que están en marcha. Por todo ello, y porque es una persona entregada y enormemente trabajadora, sé que Yonathan de Léon será un magnífico alcalde del que todos los vecinos y vecinas de Arrecife nos vamos a sentir orgullosos. ¡Tiempo al tiempo!.
No quiero terminar esta carta sin pedir disculpas a todos aquellos que en estos cuatro hayan podido sentir que les he fallado o que no he estado a la altura. También dar las gracias, de todo corazón, a la ciudadanía que forma parte de esta gran ciudad que es Arrecife y que me ha dado la oportunidad y el honor de ser su alcaldesa. Un cargo que he intentado desempeñar con la máxima responsabilidad, lealtad y dedicación que me ha sido posible; haciendo en todo momento aquello que creí que era lo mejor para el interés general de los vecinos, para su presente y su futuro.
Con nuestros aciertos y errores, podemos decir que Arrecife es hoy una ciudad muy diferente a la de hace cuatro años. Aún con todo el trabajo que queda por delante, Arrecife es hoy más y mejor ciudad. Estoy segura de que en ese camino de progresión y desarrollo con el que se ha comprometido el Partido Popular vamos a continuar para orgullo y bienestar de la ciudadanía.
Gracias una vez más a todos los que han hecho posible y han contribuido a que así sea.
Gracias.
Ástrid Pérez, Alcaldesa de Arrecife