Mientras la alcaldesa de Arrecife intenta meter miedo y sembrar dudas con el inicio de declaración de tres Bienes de Interés Cultural (BIC) situados en la Calle Real, en el Cabildo de Lanzarote estamos empeñados en exponer la verdad. Por eso, no nos cansaremos de repetir que en los entornos de protección de los BIC no se limitan las intervenciones ni se suspenden las licencias.
“Los propietarios de los BIC no están económicamente desamparados”
Es muy importante insistir en lo siguiente: si un propietario quisiera reformar su casa situada en un entorno de protección sin afectar a la fachada, no tendría que pedir permiso al Servicio de Patrimonio del Cabildo. En cambio, si quisiera reformar la fachada de una casa situada en un entorno de protección, sí tendría que pedir permiso. No hablo de plazos que se eternizan, ya que, actualmente, el Servicio de Patrimonio está respondiendo a las solicitudes en pocas semanas.
Otra verdad. Los propietarios de los BIC no están económicamente desamparados, ya que la Ley de Patrimonio Cultural de 2019 regula diversas ayudas públicas, como el acceso preferente al crédito oficial. Cuando estos edificios sean declarados BIC, sus dueños podrán verse beneficiados de una serie de ventajas fiscales, como una exención del Impuesto de Bienes Inmuebles o una desgravación en la declaración del Impuesto de la Renta de las Personas Físicas por las obras de rehabilitación que acometan en ellos.
“Los tres BIC van a mejorar el espacio público en sus alrededores”
Por lo tanto, lo que se debe exigir al Ayuntamiento y a su alcaldesa es que dejen de asustar a los dueños de estas casas y que, en su lugar, se comprometan a cumplir con la Ley de Patrimonio Cultural. Cumplir con ella significa, por ejemplo, habilitar las ayudas a los dueños que la Ley establece o contar con un Catálogo Arquitectónico Municipal recoja los bienes patrimoniales que merecen ser conservados en Arrecife.
Otra idea que quisiera subrayar es que la declaración de los tres BIC va a mejorar el espacio público en sus alrededores, ya que el Ayuntamiento tendrá la obligación de exigir materiales de calidad en las calles y en las aceras. Hay otro aspecto que, no por obvio debe señalarse, y es que la mejora de la calidad urbana del entorno de estos edificios jugará a favor del valor de las propiedades de la zona.
Para finalizar, quisiera recordar que estas intervenciones también obligan a retirar el cableado de las fachadas que tanto afea a los inmuebles, estén protegidos o no, y a garantizar la calidad del mobiliario urbano que se instale en la vía pública. Así que no hay que temer a los BIC, todo lo contrario.
Ariagona González, Diputada nacional y consejera de Medio Ambiente, Patrimonio, Industria y Energía del Cabildo de Lanzarote