Mientras que los municipios conejeros publicaban en la prensa digital el gesto de solidaridad para con la importante causa del día internacional contra la violencia de género, mucha gente en Tinajo sentíamos cierto orgullo y ...
Mientras que los municipios conejeros publicaban en la prensa digital el gesto de solidaridad para con la importante causa del día internacional contra la violencia de género, mucha gente en Tinajo sentíamos cierto orgullo y satisfacción al leer en la web de Tinajo: "La compañía SOMOS presenta la obra teatral "La última vez" con motivo del día internacional contra la violencia de género. Viernes 25 de noviembre a las 20.30 horas, en el Teatro Municipal de Tinajo. Precio 2 euros."
Algunos hicimos cola durante unos 30 minutos a las puertas sin percatarnos de que los tiempos preelectorales ya habían pasado. Después de otros 15 minutos, ya sentados en una sala medio vacía, envueltos en el expectante murmullo, la iluminación desvaneciéndose en la sala resaltó el escenario desnudo. Tan desnudo que hasta el telón estaba ausente. (Objeto este tan necesario como tradicionalmente emblemático en la puesta en escena, pausa o final de cualquier función, aunque en este aspecto, hay predilecciones a favor o en contra dependiendo del tema, del decorado requerido por la obra o si se respeta lo tradicional o lo moderno).
De cualquier modo, nos esperaba una sesión huérfana de cualquier preámbulo de obra teatral modesta: decorado escaso, ausente de presentación o motivo que acercase al público al grupo artístico y a su realización, el acto comenzaba con la entrada en escena de las dos únicas intérpretes, quienes a pesar de todo cumplieron sobradamente con su parte en la función.
En el mismo escenario, la misma escena, la cual ya sufrió recientemente la agrupación teatral de Tinajo, en cuanto a la organización y apoyo, tanto al público como al grupo teatral; pero no necesariamente debe cumplirse el refrán: "lo que mal empieza mal acaba", si uno hace algo para evitarlo. Pero esta vez, casi todo, salió según lo planificado, o sea, insípido y deslucido.
Muchos, desconcertados, apreciamos la frialdad con la que empezó la obra y como igualmente helada terminó la función. ¿Sería el final del primer acto? No, era el final de la obra. Al ver nuevamente que el telón tampoco se movió, miramos unos para otros, aplaudimos durante un tiempo a un escenario desierto? y dedujimos que la elección del uso o no del cortinón no fue por descuido sino una elección.
Por otro lado, aún estamos preguntándonos: ¿por qué en un acto cultural de esta índole el teatro municipal de Tinajo carece de anfitriones? ¿Por qué en el acto de solidaridad con las víctimas de violencia de género no se pronunció ni una palabra de solidaridad po parte de la primera institución municipal? ¿Acaso no estábamos allí para y por las personas homenajeadas?
No basta con edificar un recinto y rotularlo teatro, con contratar a actores y anunciar la hora y el día, abrir las puertas? y la última persona que salga que eche el cerrojo. El teatro es especial porque lo hacen las personas para las personas.
El día 25 de noviembre faltaron personas, y no precisamente público, sino la gente que debe estar entre bastidores y también en el escenario? y sobre todo los anfitriones, para que acorten las distancias entre el público, la obra y los actores... y sobre todo para demostrar el verdadero compromiso con cada causa. Los homenajes no sirven para nada si sólo se hacen por cumplir y farisaicamente.
El Ayuntamiento de Tinajo también debería tomarse más en serio la cultura en el municipio (en este caso el teatro) y evitar que el Teatro Municipal de Tinajo se convierta en un recinto más de "self-service" para fines ambiguos.
*José Luis Bahillo, concejal por el PSOE en el Ayuntamiento de Tinajo