Lanzarote es uno de los lugares del mundo con más empresas de turismo activo por habitante con un total de 111 negocios en activo, que dan empleo a cientos de personas en la isla. El Gobierno de Canarias acaba de promulgar una reforma para profesionalizar el sector y sus cualificaciones y, al mismo tiempo, promover la creación de miles de puestos de trabajo adicionales.
Los empresarios y autónomos de turismo activo aplauden la medida, pero algunos piden flexibilidad para garantizar que sus guías conocen los idiomas de sus clientes.
En palabras del Director General El director General de Ordenación, Formación y Promoción Turística de Canarias, Miguel Ángel Rodríguez, que ha pilotado la reforma del Reglamento de 2017 para la habilitación profesional del sector, “Canarias está en el top 10 mundial” en turismo activo, “competimos con Nueva Zelanda, con Hawaii y con Costa Rica”.
El turismo activo en Canarias da empleo directo a más de 4.000 personas. Con esta reforma, el Gobierno de Canarias espera que puedan incorporarse muchos perfiles polivalentes, y llegar hasta los 10.000 puestos de trabajo.
¿En qué consiste la reforma?
El nuevo texto legal prevé que todos los trabajadores del turismo activo deberán tener 40 horas de formación en cursos de primeros auxilios y 10 horas de seguridad y prevención de riesgos.
La reforma contempla además que todos los trabajadores de este sector necesitan títulos oficiales para realizar cada actividad, pero también contiene una disposición transitoria que permite convalidar la experiencia para aquellos que ya están trabajando, salvo en las actividades de máxima dificultad como el buceo, las actividades aéreas y las naúticas.
El cambio legal ha venido acompañado además de la creación de un Centro de Turismo Activo de Hecansa en la Playa de Melenara, en el municipio grancanario de Telde.
Los tres niveles de habilitación profesional
El primer grado incluye actividades acuáticas en aguas tranquilas, itinerarios guiados a pie por recorridos sin dificultad, actividades de puntería, bicicleta o vehículos a motor, entre otras. Los monitores de este grupo necesitarán acreditar o bien 1.000 horas de experiencia o bien el mismo número de horas de formación en la actividad a realizar.
Una escala intermedia, incluye por ejemplo actividades en aguas no tranquilas como surf, windsurf, kayak, vela ligera; también la alta montaña, la espeleología, o el barranquismo. Los requisitos son como los del primer nivel, pero el número de horas de experiencia o formación se eleva hasta las 2.000 horas.
Y la última, más exigente, que incluye tanto el buceo con botella, así como ala delta, vuelo libre, parapente o paracaidismo,y deportes náuticos de mayor dificultad con veleros, motos acuáticas, lanchas rápidas o pesca.
Los profesionales a favor, aunque en Lanzarote preocupan los idiomas
La principal asociación empresarial del archipiélago en el sector, Ecoactiva Canarias, mostró su satisfacción por la reforma porque “profundiza en la mejor identificación de las empresas y los profesionales, las titulaciones y cuidado medioambiental entre otros asuntos”.
A Marcelo Espino, propietario de la empresa lanzaroteña Canary Trekking, que organiza actividades de senderismo y montaña en Lanzarote, también le parece bien, “en el sentido de profesionalizar el sector y que todo el mundo tenga sus titulaciones”.
No obstante, Espino, aboga porque “también sea un poquito flexible porque el problema que tenemos aquí son muchas veces los idiomas. Puedes tener gente con titulación específica en un deporte determinado, pero después habla un inglés muy escaso”.
Preguntado en Radio Lanzarote sobre este particular, el Director General Formación y Promoción Turística de Canarias considera que “el turismo tiene que adaptarse a las nuevas tecnologías y en particular a la inteligencia artificial”.
“Afortunadamente la tecnología nos permite que todos los que vayan en una actividad lleven audífonos y el guía puede ir, con inteligencia artificial hablando en español y el que va en el grupo y es alemán entenderlo en alemán”, considera Rodríguez.
“Eso de que el guía tenga que hablar inglés, alemán o francés y no pueda llevar a italianos o polacos, se está terminando”, complementó.
Marcelo Espino no lo tiene tan claro. “La inteligencia artificial puede ser útil en ciertos momentos, pero en turismo activo hay un trato personal, además de las cualificaciones y la experiencia, el guía también es un poco psicólogo, tiene que conocer el idioma para tener una conexión con la gente”.
En Lanzarote preocupa más la falta de regulación insular
De todas formas, Espino cree que cada isla es diferente y cree que la "principal dificultad a la que se enfrentan muchas empresas de turismo activo en Lanzarote, sobre todo en senderismo, es que los espacios naturales, están pendientes de regulación, pero entretanto, la política del Cabildo ha sido de prohibición absoluta y paralelamente no están creando nada, no hay ni una red de senderos propia de la isla”.
"Algunos ayuntamientos han habilitado alguna ruta de manera individual a su libre albedrío, y el Cabildo, que es el órgano gestor responsable de la gestión de los espacios en la isla, no ha hecho absolutamente nada".
El propietario de Canarias Trekking lo compara con la gestión de un museo. Las autoridades responsables están encargadas de custodiar las obras de arte que hay en ese recinto, pero su labor también es que los visitantes puedan acceder para verlo”.









