Antes de fundar Bodegas Rocanegra, el lanzaroteño José González llevaba toda una vida dedicado al mundo del derecho, aunque no demasiado alejado del universo del vino, ya que su especialidad tiene que ver con los instrumentos de ordenación, y en particular, el Plan Especial de La Geria.
Actualmente produce al año alrededor de tres mil botellas de vino ecológico que vende a una veintena de restaurantes de la isla. En una entrevista con el espacio Más de Uno Gourmet de Radio Lanzarote, González destaca la singularidad del cultivo vitivinícola en la isla y apuesta por la formación.
- ¿Cuál ha sido tu trayectoria vital y profesional hasta la apertura de Rocanegra?
Nací en el barrio del Lomo, en Arrecife, en la frontera con el Charco. Estudié derecho en Sevilla y me he dedicado a ello toda mi vida.
Mi padre procedía de San Bartolomé y aunque no se dedicaba a la agricultura era parte de sus raíces. Mi abuelo hacía vino para consumo propio. Vivíamos en Masdache y teníamos un terreno yermo hasta que plantamos parras con cultivo de hoyo tradicional para tener un jardín, homenaje a La Geria.
- ¿Te ha venido bien tu formación en leyes para hacer viticultura?
Estoy especializado en leyes de urbanismo y dentro del urbanismo los instrumentos de ordenación, y en particular, el Plan Especial de La Geria. Así que creo que estaba predestinado a estar donde estoy ahora hablando contigo de vinos y de derecho. (Risas).
- ¿Qué distingue al vino de Lanzarote?
Además de la forma de cultivar, es un vino que sale de una pluviometría inferior a 150 litros (por metro cuadrado al año). Cualquier libro que cojas sobre la vid te va a decir que por debajo de los 300 litros no hay nada que hacer. Y a unos metros del océano Atlántico... Si apostamos por la singularidad, esa carrera la ganamos.
- ¿Cómo surge Bodega Bocanegra?
Empezamos en un pequeño cuarto de aperos. Decidimos crecer un poco más. Te diría que ha sido un tránsito natural. Tienes la casa, tienes la finca, tienes la uva y la experiencia del vino y finalmente nace la bodega.
- ¿Qué distingue a vuestros vinos?
Nuestros principios son uva ecológica y mínima intervención en el campo, sin productos químicos. No buscamos mucha producción sino la calidad de la uva.
No apuramos los tiempos. Hacemos un vino de fermentación espontánea con la mínima intervención posible. Eso no quiere decir que no se intervenga, tiene que haber un tratamiento, que lleva a cabo nuestro enólogo. El mundo del vino es una ciencia con 3.000 años de recorrido.
- Hablando de ciencia, ¿crees que el papel de los enólogos se ha reforzado en los últimos tiempos?
En los últimos años, sobre todo las bodegas más grandes, han aportado un conocimiento no sólo empírico o de observación a través del tiempo, sino también por parte de enólogos con formación, ingenieros agrónomos… que han permitido dar un salto. Incluido el ciclo formativo en vitivinicultura que hay aquí, y que por cierto querían cancelar. Ojalá se resuelva el problema. Es fundamental que haya gente formada.
Estamos yendo hacia un cultivo que respeta cada vez más la naturaleza y a la vez aprovecha mejor la tecnología disponible para optimizar el rendimiento con la mínima intervención. Lanzarote necesita ese ciclo sin duda alguna. Desde aquí le mando todo mi apoyo a los responsables del centro.
- ¿Dónde podemos probar vuestro vino?
Tenemos una producción pequeña, de 3.100 botellas este año. Iremos a entre 15 y 20 restaurantes de Lanzarote para que tengan Rocanegra y todos podamos disfrutarlo espero tanto como hemos disfrutando nosotros haciéndolo.
