Las medidas de ahorro energético aprobadas por el Gobierno central ya han cumplido un mes y eso se ha notado también en las calles de la isla, donde los escaparates se apagan ahora a las 22 horas. Sin embargo, aunque esa medida se ha aceptado “sin quejas”, otras han despertado más controversia en determinados sectores.
En el caso de la regulación del aire acondicionado en restaurantes y comercios, que ahora no pueden ponerlo por debajo de los 27 grados, hay opiniones divididas. El clima ayuda a que esta exigencia haya despertado menos polémica que en otras zonas de España, pero aún así hay sectores donde sí está afectando.
“No puedo probar un traje a alguien que está sudando”, explica Miguel Cabrera, que realiza trajes a medida en Confecciones Tito. “Además, un novio por ejemplo, nunca viene solo a probarse el traje, viene con gente. Y cuando hay mucha gente, es muy difícil para mí cumplir con la normativa de temperatura”, añade Cabrera, que también preside la asociación Arrecife Centro Zona Comercial, integrada en Felapyme.
Por su parte, la vicepresidenta de la Cámara de Comercio, Carmen Martinón Ramírez, considera que en general esta medida no es difícil de cumplir en la isla. “En Lanzarote hay mucha terraza y es más fácil. Basta abrir las puertas para generar corriente. Se puede incluso tener apagado el sistema de climatización si consigues mucha circulación de aire natural”, afirma.
Además, subraya que en la Cámara no han recibido quejas y que los comerciantes están “muy concienciados con la necesidad de ahorrar energía”.
"Las puertas correderas automáticas son inviables para la mayoría de comercios"
En términos similares se pronuncia también el vicepresidente de la Asociación de Hostelería y Restauración de Lanzarote, Cristóbal Sánchez. “Estamos completamente a favor, entendemos que tenemos que contribuir y estamos cumpliendo todas las medidas”, sostiene.
Sin embargo, el presidente de Arrecife Centro echa de menos “un mayor grado de explicaciones sobre la normativa y sobre qué tipo de establecimientos pueden estar exentos de algunas medidas”. Y también se queja de la falta de especificidad para Canarias: “Aquí el calor es más húmedo y en muchas ocasiones será preferible tener las puertas abiertas con el aire acondicionado apagado, que los sistemas de cierre de puertas automáticos a los que nos obliga la normativa”.
Precisamente ése ha sido uno de los puntos más controvertidos, porque obliga a hacer una inversión a muchos negocios. Concretamente, el decreto establece que antes del 30 de septiembre deben tener instalado un cierre automático, para preservar la temperatura y evitar un gasto innecesario de aire acondicionado.
Según explica Cabrera, hay dos opciones. Una es instalar “puertas correderas automáticas que cuestan unos 3.000 euros y que son inviables para la mayoría de los comercios, ya que tendríamos que cargarnos los escaparates”, y la otra colocar “un brazo articulado que cuesta entre 30 y 60 euros”.
“Los objetivos me parecen bien, pero la publicación de las medidas me ha parecido precipitada e improvisada. Tendrían que haberse establecido de forma progresiva, dando más tiempo al pequeño negocio para adaptarse. Cuando tuvimos que aplicar las medidas anticovid o cuando recibimos las ayudas de compensación por la pandemia, el paquete incluía por ejemplo un cartel informativo para los clientes, pero en este caso lo tenemos que diseñar nosotros, así que cada uno lo tendrá diferente”.
El decreto que recoge las medidas, vigentes hasta noviembre de 2023, establece que quedarán exentos los negocios que no puedan aplicarlas por condiciones laborales o especificidades del sector, como las cocinas de los restaurantes, pero Cabrera cree que “falta claridad para muchos otros negocios específicos”.
"Ningún problema en adelantar el apagado de escaparates a las 22 horas"
Respecto a otras medidas, como el horario de apagado de luces en los escaparates, que sí ha despertado polémica en comunidades como Madrid, en Lanzarote se han aceptado sin inconvenientes.
“Hay luz hasta las 21.00 horas y si bien es cierto que antes los comerciantes generalmente apagaban las luces a las 23.00 horas, no tienen ningún problema en adelantar el apagado a las 22 horas. Lo cumple todo el mundo”, afirma la vicepresidenta de la Cámara de Comercio.
El incumplimiento de cualquiera de estas medidas puede conllevar importantes multas, con sanciones de hasta 60.000 euros por infracciones leves, que es como se considerarían en principio.