La ULPGC estudia el ruido submarino desde Lanzarote a La Palma y su impacto en cetáceos con un planeador

El dispositivo, que ha recopilado datos acústicos y oceanográficos, fue recuperado el pasado 22 de abril frente a la costa de Tazacorte (La Palma) tras 20 días de misión en el marco del Proyecto CanBio

EFE

29 de abril de 2025 (16:26 WEST)
'Nika, el calderón tropical' en el documental de Felipe Ravina y José Hernández.
'Nika, el calderón tropical' en el documental de Felipe Ravina y José Hernández.

Investigadores del Instituto de Sistema Inteligentes y Aplicaciones Numéricas en Ingeniería de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) ha culminado una campaña oceanográfica para estudiar el ruido submarino y su impacto en cetáceos utilizando un planeador submarino autónomo que ha recorrido el archipiélago de este a oeste.

El dispositivo, que ha recopilado datos acústicos y oceanográficos, fue recuperado el pasado 22 de abril frente a la costa de Tazacorte (La Palma) tras 20 días de misión en el marco del Proyecto CanBio, un programa que monitoriza los efectos del cambio climático en la Macaronesia y evalúa su impacto en la biodiversidad amenazada de Canarias, financiado a partes iguales por Loro Parque Fundación y el Gobierno de Canarias.

En un comunicado, el Proyecto CanBio ha explicado este martes que el planeador submarino comenzó su trayecto en aguas próximas al islote de Alegranza, al norte de Lanzarote, y recorrió 550 kilómetros sumergiéndose hasta los 950 metros de profundidad, mientras recopilaba información sobre el entorno marino.

Así, recopiló datos bioacústicos, concentración de clorofila A, oxígeno disuelto, salinidad, presión y temperatura.

El objetivo principal de la misión consistió en registrar de forma continua el paisaje sonoro submarino y el trayecto incluyó zonas del archipiélago con densidades de tráfico marítimo muy distintas.

Esto "permitirá comparar los niveles de ruido entre regiones y evaluar su posible efecto sobre la presencia y distribución de cetáceos, como delfines y ballenas", y con esos datos "podrán avanzar en el conocimiento sobre los efectos del ruido antropogénico en la vida marina, contribuyendo así a la protección de especies sensibles y al desarrollo de políticas de conservación más efectivas en aguas del Atlántico". 

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