"Todo comenzó por una cuestión de celos". Alrededor de las 4:30 horas del 28 de noviembre de 2004, el bar Estrella de Puerto Naos en Arrecife fue el escenario de una pelea entre uno de los amigos del acusado y el camarero del local, Arturo P. "En realidad fue una tontería", explicaba en el juicio Arturo, "y así se lo expliqué a la Policía cuando todo había pasado". Al parecer, la novia del camarero estaba hablando con un amigo del acusado, éste se percató y presuntamente agredió al chico. El resultado: una pelea entre ambos. Según el testimonio del agredido, tras ser separados y alejarse del lugar, se encontró a dos agentes de la Policía Nacional a los que relató lo sucedido. Posteriormente, el acusado y otro compañero, que habían estado tomando copas con él en el bar y que habían ido a un cajero automático volvieron con su vehículo a Puerto Naos con la intención, según sus declaraciones durante el juicio, "de identificar al agresor celoso ante la Policía".
Al llegar de nuevo a la zona, el acusado, que conducía el vehículo implicado supuestamente en el atropello,sostiene que frenó y su compañero bajó del coche. Según los testimonios de los presentes, éste golpeó con un puñetazo al camarero y se enzarzó de nuevo en una pelea. Después de ser separados, volvió al vehículo con la intención de escapar ya que según testificó en el juicio, "al darme la vuelta vimos que había gente con piedras y palos. Nos asustamos y queríamos salir de allí", argumentaba.
El supuesto atropello se produjo cuando el vehículo, según la declaración del acusado y sus dos acompañantes, intentaba salir del puerto atravesando de nuevo el lugar donde se encontraba la víctima junto a otros clientes del bar. Éste, según su propio testimonio, portaba "un bloque para intimidarlos y que parasen el vehículo" y se acercó al coche que venía hacía él. "Quizás podría haber esquivado al coche pero no lo pensé", relataba el joven presuntamente atropellado ante la juez.
El acusado ha declarado que no tenía "intención ni de atropellar ni de matar a la víctima", pero ha asegurado que conducía bebido y estaba asustado hasta el punto de temer por su vida por la reacción del camarero y los compañeros de éste tras el altercado. Así explicaba en el juicio que al acercarse al joven, éste alzó una gran piedra y "nos protegimos la cabeza por miedo a que nos golpeara y no nos dimos cuenta de que le habíamos atropellado, sólo pensábamos en escapar". Posteriormente se dirigieron a las instalaciones de la Guardia Civil en Costa Teguise donde explicaron lo sucedido. Allí, fueron trasladados por miembros de la Policía Local de Arrecife a las dependencias del cuerpo.
Visto para sentencia
Tras más de dos horas de juicio en la Audiencia Provincial de Las Palmas en Arrecife, y después de la declaración de un total de ocho testigos entre los dos agentes de la Policía Local de Arrecife que detuvieron al acusado, los compañeros del mismo y los otros implicados, incluidos el atropellado, la jueza ha dejado visto para sentencia el caso.
El abogado defensor ha solicitado la libre absolución del acusado esgrimiendo que "en ningún momento su defendido tuvo intención de matar" porque según su parecer, "no existía móvil para ello ya que no había participado en ninguna de las dos peleas precedentes", añadiendo además que el acusado ha indemnizado ya a la víctima y le ha visitado durante su estancia en el Hospital, "preocupándose por su estado de salud". Considera que no había alevosía en los hechos juzgados y considera que el hecho fue accidental y que el responsable fue la víctima que "no esquivó el vehículo y se dirigía hacia el mismo con fe de venganza".
La Fiscalía, por su parte, ha elevado a seis años la pena de prisión que pide contra Rafael J. A. H. por un delito de tentativa de homicidio, y considera que el acusado "aceleró bruscamente" el vehículo en dirección a la víctima "con intención de matarle".