Se trata del primer delito en materia de contaminación acústica que se juzga en la provincia de Las Palmas. Por este motivo, la Fiscalía ha pedido al término del juicio oral que se ha celebrado este martes en los juzgados de Arrecife contra dos acusados, el administrador único y el encargado del pub El Convento de la calle José Antonio, que se tenga en cuenta para determinar una sentencia condenatoria "enérgica y ejemplarizante".
Por su parte el abogado defensor de uno de los acusados ha criticado esta petición y ha solicitado una sentencia "justa", que supone para él la absolución de su representado, V.L., encargado del local, y del otro acusado, P.S.G, ya que no se puede determinar que la "fuente productora del ruido" fuera el pub El Convento; y que por tanto los acusados sean autores de un "delito contra el medio ambiente en su modalidad de emisión indebida de ruidos de grave perjuicio para la salud de las personas" , como ha calificado la Fiscalía. Además el letrado de V.L. expone que su representado es un mero "asalariado" y que su centro de trabajo no era este local, sino el pub La Calle, que también es propiedad del otro acusado.
Por su parte la acusación particular, que representa a Pablo Betancort, residente en el edificio colindante al local y que interpuso la denuncia por perjuicios contra su salud, ha mantenido la petición máxima de pena en cuatro años de prisión ya que entiende como agravante que "pese a que conocían que había problemas no hicieron nada por eliminar o mitigar el ruido". El Ministerio Fiscal pide dos años y seis meses de prisión, multa de 18 meses y clausura definitiva del local.
La defensa del propietario del local considera que su representado ha cumplido con toda la normativa del local de forma "exquisita". Durante el juicio el dueño ha declarado que realizó reformas para insonorizar el establecimiento y que instaló un limitador de sonido que según un perito presentado por la defensa "imposibilita" que aumente el volumen.
Las quejas de los vecinos
La causa que se ha Juzgado este martes fue iniciada por Pablo Betancor, un vecino residente en un edificio colindante a El Convento ya que el ruido proveniente, según él, del local le había generado "ansiedad y trastorno del sueño, encuadrado dentro de la disomnia". Pablo Betancor ha declarado como testigo en el juicio oral y en él ha manifestado que desde 1995 había interpuesto reiteradas denuncias en el Ayuntamiento, en el Cabildo y ante el Diputado del Común por incumplimiento de horario y por contaminación acústica. "Las vibraciones hacían moverse la lámpara que tengo en la mesilla", ha ilustrado.
También ha declarado como testigo la propietaria de la comunidad donde reside Pablo Betancor, que ha asegurado que tomaba tranquilizantes para dormir y que tuvo que trasladarse de residencia por los perjuicios que causaban los ruidos ambientales y la música que, sostenía, ponían en el local. "No diferenciaba la canción pero se oía ´pum pum`, como si estuvieran tocando tambores".
Además de estos dos testigos por parte de la acusación se ha llamado a declarar a los agentes de la Policía Local de Arrecife que en septiembre de 2005 en visitas de inspección atestiguaron que el local incumplía el horario de cierre y que emitía ruidos por encima de lo permitido. En cambio, por parte de la defensa, un inspector del Ayuntamiento de Arrecife ha manifestado que no recuerda que se haya sancionado por estos motivos al establecimiento.
Pruebas periciales
El resto de declarantes han sido peritos, cuatro a petición de la acusación y uno de la defensa. Entre ellos el jefe del Servicio de Actividades Clasificadas del Cabildo, Manuel Jesús Spínola Perdomo, y el técnico Nicolás González, que estuvo presente en la medición de ruidos realizada el 10 de septiembre en la vivienda de Pablo, y que junto con otro informe realizado el 22 de octubre arrojan cifras de medición que están por encima de lo permitido, 30 decibelios.
A este respecto la defensa ha incidido en que en ninguno de los dos casos se puede asegurar que el ruido que superaba los niveles máximos fuera "exclusivamente" del local El Convento.
Una psicóloga y una médico forense también han sido llamadas a declarar por la acusación para intentar demostrar los perjuicios que la emisión de ruidos había causado a Pablo Betancor y que para la Fiscalía dan por corroboradas las consecuencias de una exposición "continuada, periódica y prolongada en el tiempo a todo este volumen de ruido". Pero, del mismo modo que con las anteriores pruebas, la defensa no da por comprobado que el insomnio y la ansidedad fueran provocados por el ruido del local, ni que el ruido ambiental tenga como única fuente El Convento.
Ahora, el juicio ha quedado visto para sentencia, aunque se espera una segunda causa contra el Ayuntamiento, porque Pablo Betancort también ha denunciado a la Corporación, según ha manifestado, por "prevaricación", y ante lo que se pide la inhabilitación de tres concejales.
