El Ministerio resolvió el expediente cuando ya estaba caducado

La Audiencia Nacional anula una sanción que apartó a dos policías nacionales de Arrecife, tras ser condenados por detención ilegal

La Audiencia Nacional ha anulado una sanción impuesta por el Ministerio del Interior a un agente de la Policía Nacional de Arrecife, al que decidió apartar del servicio después de que él y otro compañero fueran condenados a ...

2 de junio de 2013 (01:05 CET)
La Audiencia Nacional anula una sanción que apartó  a dos policías nacionales de Arrecife, tras ser condenados por detención ilegal
La Audiencia Nacional anula una sanción que apartó a dos policías nacionales de Arrecife, tras ser condenados por detención ilegal

La Audiencia Nacional ha anulado una sanción impuesta por el Ministerio del Interior a un agente de la Policía Nacional de Arrecife, al que decidió apartar del servicio después de que él y otro compañero fueran condenados a cuatro años y medio de cárcel por un delito de detención ilegal y otro contra la integridad moral.

En esta nueva sentencia, la Audiencia Nacional acepta el recurso presentado por uno de los agentes contra la orden de separarle del servicio, ya que entiende que el expediente que se le abrió no se tramitó en los plazos establecidos. Es decir, que para cuando se resolvió, en realidad ya había caducado.

Meses después de iniciarse una causa penal contra estos dos policías en el año 2005, la Dirección General de la Policía decidió apartarles cautelarmente de sus funciones a la espera del juicio. Tras conocerse la sentencia firme, que condenó a ambos agentes por detener ilegalmente y agredir a un ciudadano africano, se retomó el expediente para adoptar ya una resolución definitiva. Sin embargo, ese expediente se abrió el 14 de mayo de 2009 y, pese a que debía haberse tramitado en un máximo de seis meses, no se resolvió hasta el 16 de julio de 2010. "Es evidente que, en esa fecha, el procedimiento se encontraba ya caducado", sostiene la Audiencia Nacional en su sentencia, contra la que cabe recurso.

En la sentencia ratificada en abril de 2009 por el Tribunal Supremo, los dos agentes fueron condenados no sólo a cuatro años y medio de cárcel, sino también a 10 años de inhabilitación absoluta por el delito de detención ilegal y a 3 añosde inhabilitación especial para empleo o cargo público por el delito contra la integridad moral, por lo que por ahora deberían permanecer alejados igualmente del servicio.

Cuando llegó la sentencia del Supremo, uno de los agentes condenados se encontraba en busca y captura, por lo que sólo el otro ingresó en prisión.

"¿Qué, vendes algo?"

Según consideró en su momento probado la sentencia de la Audiencia Provincial, los hechos ocurrieron en la madrugada del 5 de noviembre de 2005, cuando a la salida de un bar de copas de Arrecife, uno de los policías (que no estaban de servicio) se dirigió a la víctima, que estaba acompañado de otro compatriota, preguntándole: "¿Qué, vendes algo?".

"¡Yo no vendo nada! ¿Quién es usted para decirme qué?", le respondió. En ese momento, según la sentencia, el policía "empujó súbitamente" a la víctima, mientras el otro policía "se ocupaba" del otro africano que le acompañaba, ordenándole que se echara al suelo. "Tenía miedo, había cobrado, tenía 100 euros y pensó que eran bandidos que le iban a robar, pues si fueran policías enseñarían la placa", señalaba la Audiencia Provincial en la sentencia.

En ese momento, los dos intentaron huir pero sólo uno lo consiguió. Al otro, con el que se habían encarado desde el principio, le dieron alcance en la calle La Porra, donde le tiraron al suelo y le propinaron una patada en el ojo que le causó hematomas y contusiones de las que no se curó hasta 30 días después.

"Una vez que los acusados le tenían reducido y lesionado en el suelo, sin que en ningún momento se le identificaran como policías nacionales, ni le informaran de que quedaba detenido, ni de los derechos constitucionales que le asistían, se personaron en el lugar varias dotaciones policiales uniformadas, lo cual fue aprovechado por los acusados para solicitar unos grilletes y colocárselos con las manos a la espalda", trasladándole "a dependencias policiales en calidad de detenido a instancias de los acusados, quedando privado de libertad sin motivo alguno", continuaba la sentencia.

Insultos y policías con amnesia

Una vez en comisaría, continuaron las irregularidades (ellos mismos ocuparon personalmente de las gestiones propias de la detención) y también los insultos y las agresiones. Uno de los policías condenados, según la sentencia, le dijo a la víctima "mírame", "y al levantar la cabeza, le dio dos manotazos para que la volviera a agachar gritándole: ningún puto negro de mierda me ha hecho lo que tú me has hecho", "baja la cabeza, mono de mierda".

Además de condenar a los dos agentes, la sentencia de la Audiencia Provincial también dedicaba duras palabras a los testigos que acudieron por la defensa, en su mayoría compañeros del Cuerpo Nacional de Policía. "La vista oral supuso un triste espectáculo con unos testigos, agentes de policía compañeros de los acusados, en que, salvo honrosas excepciones, (?), no recordaban o no querían recordar nada". Y es que en el juicio oral, algunos policías incurrieron en contradicciones con la declaración que previamente habían hecho.

Otras causas en la misma Comisaría

Éste no es el único procedimiento penal en el que se ha visto envuelta la Comisaría de la Policía Nacional de Arrecife. Además de otras causas que han terminado en condenas de policías, y de episodios tan polémicos como la muerte de Antonio Fonseca en los calabozos, también hay un importante juicio pendiente de celebrarse.

En él, [la Fiscalía pide penas de entre 12 y 15 años de cárcel para seis policías nacionales->76435], uno de ellos subinspector, por presuntos delitos de torturas y lesiones cometidos en abril de 2010 en la comisaría de Arrecife. La causa se inició a raíz de la denuncia de dos jóvenes, que aseguraron haber recibido una brutal paliza por parte de varios agentes, tras ser detenidos cuando participaban en una pelea en Arrecife.

Según el escrito de acusación elevado por la Fiscalía, los agentes propinaron "puñetazos y golpes" a los dos detenidos en los calabozos, a YDLM y NJLM, con el ánimo de "castigarles", ya que ellos se habían enfrentado e incluso golpeado a los agentes durante su arresto.

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