"No recuerdo nada". Eso es lo que ha asegurado el Jefe de la Policía Local de Tías, durante el juicio al que se ha enfrentado este miércoles en el Juzgado de lo Penal número 1 de Arrecife, acusado de un delito de atentando a agentes de la autoridad y otro contra la seguridad vial, y la Fiscalía pide cuatro años de prisión.
El acusado ha tenido que responder en la vista oral por los hechos que sucedieron el pasado 17 de enero de 2008, cuando "perdió el control" de su vehículo y colisionó "con un turismo que estaba estacionado" en la Avenida Central de Tías. "Presentaba síntomas de haber bebido. Tenía un fuerte olor a alcohol y la voz pastosa", ha declarado el agente que se encontraba esa noche realizando funciones de jefe de servicio.
Según han declarado los agentes, se encontraba acompañado en ese momento del hermano del alcalde de Tías, quien "estaba sujetándole para que no se cayera".
Los agentes procedieron entonces a pedir la documentación tanto a la propietaria del vehículo afectado como a Hernández, pero éste se dio a la fuga. "Fue al coche y creí que iba a coger su documentación. Entró en el coche, arrancó y emprendió la huida rápidamente", ha explicado el agente, quien ha afirmado que incluso tuvo que "dar un salto para evitar ser atropellado", aunque no cree que ésa fuera la intención de Hernández.
Tras ello, según su testimonio, se inició una persecución por las calles del municipio, hasta que finalmente se consiguió interceptar a Hernández "a la altura de la Finca del Notario". Este agente asegura que se acercó al vehículo y que tuvieron que sacar al acusado "a la fuerza" para detenerle, tras "negarse a salir de él y a someterse a la prueba de alcoholemia".
"Paré su motor, le quite las llaves y me dijo que no se iba a someter a la prueba de alcoholemia. Que él era el jefe", ha relatado el agente ante la sala, afirmando que le rompió "la solapa de su chaqueta" y le amenazó con abrirle "un expediente". "Te ha tocado la lotería, me decía".
El jefe de servicio asegura que el hermano del alcalde les siguió "en su vehículo" y una vez allí, le pasó su teléfono, diciéndole que el alcalde, José Juan Cruz Saavedra, quería hablar con él. "Me pasó al alcalde, que me dijo que él asumía el cargo, que le lleváramos a casa y que hiciéramos un informe, que ya nos llamaría al día siguiente".
Así, según ha relatado otra pareja de policías que se desplazó hasta el lugar de los hechos, llevaron al acusado hasta su casa. "Iba profiriendo insultos y amenazas durante su traslado", han asegurado.
Tomando unos medicamentos "muy fuertes"
El acusado no ha negado lo ocurrido, pero ha señalado que no recuerda "nada" de lo sucedido y que no sabe tampoco si le dijeron que se sometiera a la prueba de alcoholemia. "Estuve en una comida en casa del alcalde y me fui para mi casa. Me empecé a encontrar mal, mareado, e intenté aparcar. Y ya no recuerdo nada, tengo todo borroso. Sólo sé que llegaron algunos policías de uniforme y cuando desperté ya estaba en casa, con mi mujer y un médico al lado", ha afirmado el acusado en la vista oral.
Eso sí, ha reconocido que se había tomado "una copa de whisky "antes de coger el coche, pero que se encontraba bien y que le parece "raro" lo sucedido. "Yo nunca he hecho daño a ningún agente", ha señalado el acusado, quien ha añadido que en aquella época se encontraba bajo tratamiento médico, tomando "unos medicamentos muy fuertes" y que puede ser que eso "influyera en la conducción".
De hecho, la defensa del acusado alega que sufrió una hipoglucemia como consecuencia de la medicación y de ahí "su extraño comportamiento". La defensa ha presentado un informe que sostiene que los síntomas de la hipoglucemia pueden confundirse con los de una intoxicación etílica. "Se puede llegar a perder el control y eso se puede confundir con un estado de embriaguez o con una enajenación mental transitoria", ha señalado el médico forense Luis del Toro.
El acusado ha añadido que "un jefe está siempre en el punto de mira" y su defensa ha puesto de manifiesto que estos agentes han estado suspendidos "de empleo y sueldo en alguna ocasión" y que, incluso, a algunos de ellos "se les ha abierto expediente".
"Bajo presión del alcalde"
Sin embargo, los agentes de la Policía Local han negado cualquier "enemistad" con el acusado y han insistido en señalar que Hernández se encontraba "bajo los efectos del alcohol", aunque no se le llegó a realizar la prueba de alcoholemia, porque el acusado "se negó a someterse a ella".
Eso sí, este hecho no aparece reflejado ni en el informe sobre lo sucedido que entregaron en el Ayuntamiento al día siguiente, ni en el borrador del atestado que hicieron y no llegó a ser pasado a limpio ni entregado en los Juzgados. "No lo pusimos porque estábamos bajo presión del alcalde", ha señalado uno de los agentes.
Y es que, según han afirmado los cuatro agentes que se han personado en la causa, José Juan Cruz se reunió al día siguiente de lo ocurrido con ellos. "En la reunión nos dijo que habían estado toda la tarde en su casa bebiendo y que le habían dicho que no cogiera el coche y que su hermano le había seguido para ver si llegaba", ha relatado uno de ellos, que ha afirmado que el alcalde les dijo que "no tenían que haber entregado el informe", ni haber "hecho nada".
En el juicio también ha intervenido el hermano del alcalde , quien ha señalado que vio al acusado en casa de su hermano, donde "estaba normal". "Luego me encontré con que había sufrido un accidente y, perdonen la expresión, pero estaba como loco", ha apuntado el testigo.
La propietaria del vehículo con el que el acusado colisionó también ha declarado en el juicio. "Yo no sé si estaba bajo los efectos del alcohol, porque no se le hizo la prueba, pero ese hombre no estaba bien".
En la vista oral también estaba previsto que testificara el alcalde de Tías, José Juan Cruz Saavedra, pero la defensa ha renunciado a su testimonio. El Partido Popular, en la oposición en el Ayuntamiento, fue quien llevó los hechos al Juzgado y se personó como acusación particular, pero después renunció a ejercer ese derecho.
El juicio continuará en la mañana del próximo 31 de mayo, tras haber faltado un testigo a la jornada celebrada este miércoles.